•-ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟙

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Entré junto con Cade al enorme taller-granero que tenía al lado de su casa. Este ya había remolcado nuevamente el viejo trailer oxidado hacia adentro, y yo ya me encontraba con unos guantes viejos que me protegerían del ácido.

—¿Seguro que esto es una buena idea? —lo miré no muy convencida, ajustándome los guantes.

Estaría mintiendo si dijera que nada de esa situación me traía desconfianza.

—Algo de aquí tiene que darle dinero a la familia... y espero que sea él —suspira en derrota con una mano en la cadera, señalando el camión.

—No quiero meterme en asuntos familiares, pero creo que Tessa tiene razón esta vez, Cade. No debiste traer este camión aquí, ni mucho menos comprarlo con dinero ajeno —rodeo el vehículo cuidadosamente, mirándolo detenidamente por todas partes.

Se veía sucio, descuidado. Habría que repararle muchas cosas, pero lejos de eso también me sentía inconforme.

Desde que había recibido esa descarga me sentía extraña. Era como si hubiera un tipo de conexión que me dijera que ese camión no era un simple camión. Era algo más que eso que por alguna razón no podía descifrar, y comenzaba a ponerme en alerta.

—No quiero compararte con Tessa —me mira directamente—. Pero empiezas a sonar justo como ella, y yo ni siquiera soy tu padre.

Yo me cruzo de brazos y él suelta una risa.

—No le veo lo gracioso —respondo.

—Tampoco lo dije como chiste —se encoge de hombros, dirigiéndose a la puerta del camión—. Escucha, necesito que desarmes todo el motor mientras me encargo de esto aquí arriba. Puedo sacarle provecho a otras partes.

Yo suelto un suspiro en modo de derrota porque sé que me comprometí a ayudarlo con esto, y me uno a él para empezar con el desarme. Cuidadosamente miré el frente donde tenía los ventiladores y me percaté que tenía no solo uno, sino varios agujeros en ellos, como si varios misiles o balas lo hubieran alcanzado.

—¿Quién te habrá hecho esto, amigo? —susurró, pasando lentamente mis dedos por su carrocería. 

Me dispongo rápidamente a empezar con mi labor y a tomar unas cuantas herramientas de la mesita, hasta que Cade brinca del asiento del piloto emocionado y mostrándome lo que parecía ser...

—¡¿Qué rayos haces con eso?! —me altero cuando me doy cuenta de que se trata de un misil.

—¡No sé! Lo encontré aquí adentro al parecer... eso fue lo que lo daño de esa manera —lo señala aún sin salir de su asombro—. Puede ser que lo hayan utilizado como un blanco de escape, o camuflaje...

—¿Sí? Pues eso no se ve muy seguro que digamos —solté—. ¿Y si está activo?

—Ay por favor, este camión está desecho, es chatarra, quien sabe cuantos años estuvo así. No creo que esté activo. Además... no te preocupes, T/N... si tanto te preocupa yo mismo lo iré a tirar —señala el misil en sus manos y camina hacia mí mostrándolo.

Yo cierro los ojos para evitar el disgusto, y él pasa a mi lado dispuesto a desechar el misil.

¿Cómo es posible que esté tan tranquilo después de saber que ha sacado un jodido misil de un trailer?

—Espero, y solo espero que no vengas con más sorpresas —enarco una ceja, acercándome al camión.

Tomé las herramientas de la mesa, junto a una batería vieja que Cade estaba dispuesto a usar en él, y me dispuse a abrir el capó para conectar la batería con el motor. Por alguna razón Cade aún tenía la esperanza de lograrlo encender, sin embargo, con esas condiciones lo dudaba mucho.

Cᴏ́ᴅɪɢᴏ 365 [Oᴘᴛɪᴍᴜs Pʀɪᴍᴇ | Tʀᴀɴsғᴏʀᴍᴇʀs] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora