Cᴏ́ᴅɪɢᴏ 365 [Oᴘᴛɪᴍᴜs Pʀɪᴍᴇ | Tʀᴀɴsғᴏʀᴍᴇʀs]

•-ℂ𝕒𝕡𝕚́𝕥𝕦𝕝𝕠 𝟛

Todo el auto se quedó en silencio cuando Shane le había dicho a Tessa bebé. Probablemente se le había olvidado que su padre estaba ahí con ellos, porque de otra manera estaba segura que nunca habría atentado contra su vida de esa manera.

—Se llama Shane y es mi novio —Tessa responde, rompiendo el incómodo silencio que se había formado.

Cade estaba tan sorprendido que le costó asimilar lo que estaba pasando. Era obvio, decirle a tu padre que tenías novio cuando este pasaba sobreprotegiéndote no era la mejor manera de arreglar la relación padre e hija.

—No, no tienes un novio —finalmente responde molesto, mirándome por el retrovisor—. ¿Acaso tú sabías de esto, T/N? —me mira con reproche.

Miré a Tessa que me lanzaba una mirada suplicante de que no dijera nada, y yo simplemente miré hacia la ventana disimuladamente, haciéndome la que no sabía.

Por supuesto que lo sabía, Shane también había sido mi amigo.

—Lo siento, en problemas familiares no me meto —respondí.

Podía ver por el rabillo el rostro furioso de Cade, señalando a Tessa con un dedo.

—Estás castigada por el resto de tu vida.

—Lamento que me haya conocido de esa manera señor Yeager, mi nombre es Shane, y soy un conductor de autos de carrera... —trata de explicar apurado, extendiendo su mano. Pero en eso uno de los autos que nos perseguían empiezan a disparar, obligándolo a volver a su postura.

—Tú cállate que no quiero hablar contigo. Cállate y conduce —le obliga.

Desde el minuto uno donde Optimus había hecho explotar la casa, desde ese momento supe que mi vida iba a cambiar para siempre. Ayer en la noche simplemente estaba estudiando para los próximos exámenes de admisión y ahora me encontraba en un auto de carreras siendo perseguida por agentes del gobierno como si hubiéramos matado al presidente.

Ahora que podía percatarme de todo esto mientras Shane manejaba como el verdadero profesional que era, esquivando carros, metiéndose en callejones, y maniobrando el auto a como pudiera entre el maizal, podía saber que no me arrepentía de lo que había hecho.

Si bien es cierto que podía vivir toda mi vida como una fugitiva, no me arrepentía de haber ayudado a Optimus. Quizá era admiración o empatía, pero en el fondo sabía que necesitaba de mí ayuda... o al menos de la nuestra.

—¡Piérdelos en la fábrica, Shane! —le grita Tessa cuando ya habíamos salidos del maizal y salimos a carretera principal.

Miré por la ventana cuando divisé a Optimus ayudarnos, lanzándose encima de varios autos del gobierno para ganar tiempo. Aún con su ayuda, salían más de todos lados, porque lo que no le quedó de otra a Shane que manejar dentro de la fábrica abandonada para perderlos.

Varios de los carros nos persiguen hasta el último piso donde Shane da un aviso aterrador cuando le avisa a Tessa que le ayude con el freno de mano.

—¡¿Qué piensan hacer?! —menciona Cade asustado cuando se da cuenta que acelera.

—Lo que haremos a continuación será un poco... aterrador.

Hasta que finalmente saltamos al vacío junto con el carro. Por el sentimiento de gravedad al caer solté un grito, tratando de sostenerme de los asientos, enterrando las uñas en ellos.

—¡Nos vamos a caer! —grita Lucas.

Aunque eso no pasó de esa manera, al menos había una rampa al final esperando, por lo que la caída no fue tan peligrosa como se veía.