El viaje no duró mucho.
Puedo decir que quizá pasaron unos treinta minutos para llegar al taller. Optimus fue precavido, no usó la carretera principal que conectaba los puentes donde probablemente estarían los del gobierno esperándonos, así que decidió tomar rutas alternas donde sabía que el flujo de autos era menor.
Cuando llegamos, me bajé rápidamente y abrí el porte eléctrico que protegía todo el taller. Dejé a Optimus pasar, y así como entró, cerré el garaje.
—Hay bastante espacio por acá porque hace mucho no reparo nada. He estado preparándome para los exámenes de admisión de la universidad entonces he estado algo ocupada —le menciono, desempolvando una gran manta de tela vieja que tenía protegiendo algunas herramientas y repuestos.
Optimus se transformó rápidamente y se apoyó en una columna, mirando detenidamente todo el lugar. Probablemente pensaba que le estaba mintiendo cuando le dije que podía repararlo, o no me creía lo de que tenía un taller en casa, pero ahora podía saber que era cierto.
—Tienes muchas cosas aquí —me dice curioso.
Le sonreí.
—Me lo heredó mi padre. Él amaba ser mecánico y creo que también heredé ese gusto —bajé la mirada, recordando los buenos momentos que tuve con mi padre.
Para ser sincera, tengo más recuerdos de mi padre que de mi madre. A ella ni siquiera le importó dejarme abandonada, así que supongo que era normal sentirme más apegada a él.
Aunque después de la muerte de mi padre, puedo decir que ahora veo el ejemplo en Cade. Sentía que me había apoyado por mucho tiempo, tanto que veía una figura paterna en él, la cual me hacía sentir mucho respeto hacia él.
—Tú... ¿extrañas al tuyo? —le pregunté curiosa.
Optimus me miró pensativo, y luego responde.
—Los cybertronianos no tenemos padre o madre. Al menos no de la misma forma que ustedes los humanos lo llaman —me responde calmo, luego prosigue—. Nosotros somos construidos, luego pasamos a manos de un tutor mayor. Sería lo equivalente a tener "padre" aquí en la tierra.
—¿Cómo es tu planeta, Optimus? —cuestioné curiosa, aunque luego me arrepentí. No sabía si era un tema sensible del que aún no estaba preparado para hablar—. E-Está bien si no quieres responder... lamento ser imprudente.
—No, está bien. No me molesta —me dice con una voz suave. Siento que algo en él cambia, ya no está tan a la defensiva y puedo percibir como poco a poco se relaja, como si le vinieran recuerdos a la mente, y eso le trajera un poco de nostalgia—. Cybertron era un planeta pacífico en el que vivíamos con tranquilidad, hasta que la guerra y la rebeldía de los decepticons provocó su decadencia. He perdido muchos compañeros en batalla, abandonados, perdidos. Un maestro que me traicionó... No lo sé, T/N... a veces siento que es una guerra de nunca acabar, y ahora la raza que creía amiga, nos traiciona.
Su voz a pesar de sonar robótica, nostalgia y tristeza se refleja en ella. Puedo entenderlo completamente, todos aquellos que creyó amigos, familia, y aliados, se habían ido.
—No todo es tan malo. No lo veas de esa manera —le digo, subiéndome a una escalera para poder alcanzar su pecho descubierto y herido—. Aún hay personas dispuestas a tenderte una mano, a ayudarte. Yo incluida...
A pesar de estar malherido veo como da una sonrisa, o trata de dar un gesto amistoso, más conmovido que feliz en realidad.
—¿Estarías dispuesta a arriesgar tu vida, solo por estar a mi lado? —me pregunta, parpadeando lentamente.
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Cᴏ́ᴅɪɢᴏ 365 [Oᴘᴛɪᴍᴜs Pʀɪᴍᴇ | Tʀᴀɴsғᴏʀᴍᴇʀs]
Fanfiction-•нⷩan pasado cinco años desde el desastre que habían causado los autobots en Chicago en su última pelea con Sentinel Prime y Megatron. Las cosas simplemente se habían salido de control después del incidente porque desafortunadamente... Ahora los hu...