Capítulo 4

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Omnisciente 

El reencuentro que Marinette pensó que tendría con Adrien sin duda no sería viendo como ella casi se iba con Diosito por nomás escuchar su voz. De hecho, pensó que estarían en un escenario totalmente diferente, como por ejemplo, ellos entrando en el mismo orfanato para ir por su hija. Siempre pensó que lo harían de manera inconsciente y juntos se encontrarían ahí, pero como pudimos notar no pasó.

Adrien aún seguía preocupado por ella, ¿qué tal y se moría en medio de la fiesta? Pensó, ya hasta estaba pensando a dónde la iba a llevar por si eso ocurría, pero afortunadamente no pasó. 

Marinette aún seguía en shock, es decir, el chico que había amado gran parte de su vida estaba ahí frente a ella, con una cara de preocupación que hubiera conmovido a cualquier persona ahí. 

¿Segura que estás bien, Marinette? —preguntó Adrien no muy seguro, estaba claro que ella no se veía bien, de hecho tenía la cara roja. 

—Estoy bien, Agreste. —le respondió Marinette tratando de evitar que en la mente de él pasase algún pensamiento sobre la muerte. Lo conocía muy bien. —puedes calmarte, tengo mucho por vivir.

Y mucho por vivir con Hope, pensó la ojiazul. 

Ambos se miraron como por cinco minutos y Adrien aún se preguntaba… ¿por qué ella no se quedó?, sin duda eso era algo que no lo iba a dejar en paz durante mucho más tiempo. 

—Okey… ¿Cómo has estado? —A ver, Adrien de sintió la persona más hipócrita después de preguntarle eso cuando hace dos semanas decirle a Nathalie que no quería verla ni saber nada de ella. 

—Pues yo he estado bien…, estos años en la universidad fueron muy difíciles. —Marinette agarró un trago y se tomó como si fuera el último en la tierra. —¿y tú? 

La pregunta del siglo, ¿cómo se había sentido Adrien durante estos cinco años? 

Él estaba bien, tenía buen sustento económico, una empresa que había creado y disfrutaba mucho trabajar en ella. Seguía en contacto con sus amigos, hasta ahí todo bien. 

Pero si hablamos de Hope… bueno, Adrien siente una pizca de rencor hacia Marinette por dejarla en adopción, él nunca había estado de acuerdo en eso, él siempre pensó que tenía el dinero suficiente para mantenerla pero no contaba con algo. Él había sufrido mucho en su adolescencia, tenía traumas de abandono, de encierro, y su salud mental no era la mejor. 

Marinette se había rendido antes de intentarlo y eso es algo que le va a perseguir siempre a ella. Él se lo recalcó muchas veces cuando discutieron y terminaron su relación. Él le dijo que no debía hacerlo, que debía luchar y que era una cobarde, cosa que hirió a Marinette. 

Siempre lo había sentido y que él se lo haya dicho de esa forma solo le afectó mucho más. 

—Pues digamos que bien, aún mejorando en lo que puedo. —A la ojiazul le encantó oír aquello, puesto que sabía lo mucho que significaba para él intentar cosas nuevas y salir de su zona de confort. 

—Me alegra que todo vaya bien, Agreste. —Ella pone su mirada en él— en serio me alegra que todo haya ido bien para ti.

Sonrió leve y se levantó de la silla para irse, algo que el rubio se iba a negar. Cuando estaba a punto de acercarse a la puerta Adrien la tomó del brazo para hacer que lo mirara.

—¿Eso es todo lo que dirás? —Mari lo mira confundida— ¿Ahora no sabes a lo que me refiero?

Marinette hizo un gesto de cansancio, sabía que esa conversación había sido demasiado buena para ser real.

1 | 𝐑𝐄𝐒𝐂𝐀𝐓𝐀 𝐌𝐈 𝐂𝐎𝐑𝐀𝐙𝐎́𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora