•~ DOS ~•

171 26 51
                                    

Una semana, Andrés — Hirving sollozaba con desesperación en su voz y cuerpo

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Una semana, Andrés — Hirving sollozaba con desesperación en su voz y cuerpo.— ¡Cómo se supone que eso sea normal!.

Hirving, a ver, cálmate. Los mareos y las nauseas no son solo por un embarazo— trataba de tranquilizar Guardado, a su desesperado amigo.— Además, es algo que debes afrontar si es que lo estás. Te dije que te cuidaras.

Lozano se cubrió el rostro mientras temblaba — deja de culparme, estoy tan asustado, Andrés, no puedo estar preñado; además, tengo muchas nauseas, no necesito tus regaños, ya sé que estuvo mal, ¡ya lo sé!.

Guardado suspiró. Se acercó y abrazó a Hirving quién se recostó en su pecho y sollozó.— Las pruebas de sangre, son efectivas, mucho mejor que las de orina. ¿Quieres que te acompañe?.

Hirving asintió — solo, por favor, no se los digas, a ninguno; no quiero asustar con falsas alarmas.

Ambos omegas se levantaron. Hirving con nauseas y mareos.— Andrés, ¿qué haré si realmente lo estoy?.

Hirving, sé que no quieres oir esto, pero debés afrontarlo, de una u otra manera. Aún así, si lo estuvieras y decides no ser padre, yo te apoyo— dijo Guardado siendo plenamente comprensivo con la situación de su amigo.

Lozano se sostuvo de él a punto de desmayarse.— Gracias, Andrés. Tú realmente ered mi mejor amigo... sólo de ti puedo aceptar cualquier reclamo.

¿Entonces puedo hacerlos?— sonrió el omega rizado.

No, no los hagas o te vomito — respondió Hirving con una risita.

Después, solo fueron por sus mochilas y salieron tomando un taxi para ir a un laboratorio, el más cercano.

Después, solo fueron por sus mochilas y salieron tomando un taxi para ir a un laboratorio, el más cercano

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

La soledad de la habitación de Hirving fue testigo de lo que ahí sucedió. Todo ese conjunto de feromonas llenas de tristeza, rabia y desesperación suyas que solo él mismo podía percibir.

Dos horas antes, asistió con Andrés a  un laboratorio dónde hacerse su prueba de embarazo por medio de su sangre. Ahora tenía los resultados.

Abue— Hirving, con su temblorosa mano, susurró viendo aquella hoja— ¿por qué, por qué si soy tan joven?— incluso algunas lágrimas de sus enrojecidos ojos cayeron sobre la blanquecina hoja de papel.

𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒄𝒉𝒐𝒓𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒑𝒂𝒑𝒂́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora