•~ OCHO ~•

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Una nueva ecografía se sumó a las tres anteriores más

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Una nueva ecografía se sumó a las tres anteriores más.— Que bien estás creciendo, frijolito, seguramente vas a ser igual de bonito que yo— sonrió Lozano mientras caminaba observando la ecografía en tonos grises de su pequeño bebé.

¿Debería enseñárselo a mi mamá Ana?...— susurró cuestionando y deteniéndose un poco. Pero después pensó que lo mejor sería ir a casa de su tia Lola.

Al llegar, como de costumbre, no tocó la puerta, simplemente abrió lleno de euforia...

Pero un trío de voces en la cocina, discutiendo lo hizo detenerse antes de entrar a esta, y ponerse alerta. Eran las voces de sus madres y su tía.

¡Seguramente tú eres quién detiene a mi hijo aquí, y creo saber por qué!— gritó Regina.

¿Ah sí?, ¡y por qué no me lo dices!— respondió su hermana, Lola en la misma intensidad.

Basta, las dos, Hirving no tarda en llegar— exigió Ana.

¡Por qué estás celosa de mi!, ¡realmente no quieres a mi hijo, quieres a mi esposa!— gritó con agresividad Regina. Hirving se cubrió la boca pues, hablaban de su mamá Ana.

¡Bien sabías que yo llegué a ella antes que tú!, pero nuestros padres, ¡ellos y sus estúpidas reglas, la casaron contigo por ser una alfa y yo una omega!— respondió Lola.

¡Basta!— gritó Ana bastante desesperada.

Lozano estaba casi revolcándose en silencio en el sofá, sumamente shockeado al oír todo aquello.

¡Ella se enamoró de mí en cuanto me vió, nunca pudiste superarlo, por eso jamás te casaste, pero ahora quieres robarme no solo a mi esposa, sino también a mí hijo!— respondió Regina quién era sostenida por su esposa Ana.

Cariño, basta— pidió Ana— Lola, lo que tuvimos tú y yo solo fue pasajero, porfavor, deja regresar a mi hijo a casa, ¡yo amo a Regina!, es mi destinada.

¡Jamás!— exclamó Lola— ahora que Hirving está conmigo, me hace sentir no solo acompañada, sino también con la sensación de que tú eres mía, Ana. Él es mi hijo, ¡debió ser así, no el de mi hermana!— volvió a exclamar bastante audible Lola.

... ¿Que yo qué?— las tres mujeres vieron el marco de la puerta con la figura asustada y confundida del preñado.

Cariño— Ana sonrió nerviosa — ¿qué escuchaste?...

¿Tú eres la mujer tachada en los álbumes?, ¿tú y mi tía Lola?, ¿yo solo soy un objeto, tía?— Lozano tenía más preguntas que respuestas.

Regina suspiró — nos vamos a casa, hijo. No voy a permitir que esta mujer siga robándose a mí familia. Ella realmente solo quiere a mi esposa, no cuidarte a ti.

Lola estaba llena de lágrimas y un rostro de coraje— Hirving, cielo, no olvides que te amo, ¿bien?, incluso si no soy tu madre, te amo como tu tía, no lo olvides. No eres objeto de nadie... — explicó sin dejar de ver con odio a su hermana alfa, Regina. Ana estaba en medio de ambas, autoabrazandose.

𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒄𝒉𝒐𝒓𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒑𝒂𝒑𝒂́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora