~• UNO ~•

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Hirving, mi niño, mi gran omega. Debes entender que quién eres, es importante; a diferencia de las personas alfas, tú... tienes más que perder, escucha a tu abuela, mi omega; no permitas que nadie te robe tu vida, tus sueños y tu cuerpo sin antes haber establecido un vínculo.

Claro abuelita.

Yo no soy... ese tipo de omega.

Las manos de Hirving temblaban

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Las manos de Hirving temblaban. El baño de su facultad era bastante tranquilo, aunque claro, normalmente quienes estudiaban en ingenierías siempre solían tomarse muy en serio su carrera, así que no se escapaban a perder el tiempo en el baño.

Bueno, en realidad los alfas no tenían necesidad de hacerse una prueba de embarazo en los baños.

Estúpida gota- susurró Hirving sentado en aquel retrete, con la tapa abajo. En medio de aquel silencio tan acogedor que le asustaba, solo se podían oír los goteos de un grifo mal cerrado del lugar.

Bip...

Bop...

Suspiró moviendo su pie de arriba abajo con desespero. Ya habían pasado 10 minutos desde que salió corriendo del salón de clases, en cuanto Andrés, su amigo también omega, le habría comprado y traído aquella prueba de embarazo.

Juro que si lo estoy, me mato- volvió a susurrar al borde del colapso con la prueba sin testear aún, en su hormigueante y temblante mano.

Abue, perdón. -Exclamó viendo al techo. Sabía que su abuela desde el cielo le estaría recriminando miles de cosas.- Pero juro que sí no lo estoy, juro que sí me ayudas a no darte un bisnieto, no volveré a hacerlo.- Dejó la prueba en sus piernas cerradas, y junto debotas, sus manos para rezar un poco en su mente.

Bip...

Bop...

¡Agh!, esas gotas no me dejan concentrar. Ya está, la voy a ver- Hirving, el omega de 22 años alzó la caja de la prueba para leer sus instrucciones en voz baja- una raya, no embarazo. Dos rayas, embarazo...

Suspiró pesado. Pronto quitaría la tapa de aquella prueba...

Entonces lo hizo, con sus ojos cerrados. El "click" de esta lo hizo abrirlos lentamente con su rostro arrugado y...

Una rayita. ¡No estoy preñado!.

 ¡No estoy preñado!

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𝑬𝒍 𝒄𝒂𝒄𝒉𝒐𝒓𝒓𝒐 𝒅𝒆 𝒑𝒂𝒑𝒂́.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora