Prólogo

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Cuenta la leyenda que jamás el charro negro se iba sin cobrar su deuda, pero otros relatos y rumores dicen que no solo hubo un hombre que se libro de pagar su deuda, sino que toda una familia de generaciones logro burlar al charro negro.

Los rumores cambian de distintas formas pero siempre se cuenta que en los tiempos del Porfiriato, un hombre trabajador como esclavo en una tequilera conoció al amor verdadero, una hermosa mujer que cautivo su corazón.

Su amor era fuerte y hermoso que al poco tiempo la mujer quedó embarazada del hombre, todo parecía de un cuento de hadas excepto por un problema, la falta de dinero era demasiado presente y aún más con la espera de un bebe, por lo que el hombre apenas veía a su esposa de tanto que trabajaba tanto de día y de noche y todo para que ella y su futuro hijo tuvieran una vida sin escasez.

Una de esas noches de arduo trabajo, el hombre le pidió a cualquier ser que lo escuchara que lo ayudara aunque fuera un poco.

Pobre la suerte de aquel hombre que fue escuchado por el charro negro, un ser maligno que se aprovechaba de los deseos mundanos del mundo y esa noche había encontrado una nueva victima.

El charro apareció frente al hombre en su caballo con un porte elegante para ofrecerle su ayuda, eso hizo que el hombre se sintiera agradecido con todos pensando que era un ángel o algo parecido, así que con mucho respeto le pidió que le ayudara para que su familia y generaciones futuras jamás les faltará nada.

El charro asintió aceptando la petición con un rostro amigable que poco a poco se volvió uno ruin y malicioso, pues ahora venía la parte que le encantaba, arrebatarle lo más apreciado, su alma.

Pero ese hombre hizo algo que nunca alguien había hecho, sorprender al charro negro, pues en la ignorancia del hombre creía que el charro era una persona como él, asique le ofreció a cambio su futuro bebe como esposa.

El charro al inicio iba a rechazarlo, pero el ver el gran amor que le tenía a ese bebe que aún no había nacido hizo que una sonrisa malvada se dibujara en su rostro.

Al charro no le importaba el bienestar de nadie, quería que todo ser humano que hacía un trato con él sufriera y el dolor de que un hombre le arrebate a la princesa de su corazón era mejor que robarle el alma.

Así que acepto, todas las riquezas suficientes para que todo el linaje de ese hombre viviera cómodamente a cambio de la princesa de su corazón.

Después de cerrar el trato el charro desapareció en la oscuridad diciéndole al hombre que cuando despertara al día siguiente todos sus problemas desaparecerían y con eso se fue dejando el ambiente tenso.

Aquel hombre eufórico fue con su esposa a contarle que todos sus problemas desaparecerían por la mañana, la mujer algo extrañada por las palabras del hombre sintió que había algo raro pero aun así se alegró por su familia.

Y como había dicho el charro, a la mañana siguiente la pareja despertó en un hogar mucho más lujoso hasta con sirvientes y montones de dinero.

Eso alegró al hombre, pero a la mujer le pareció demasiado extraño, por lo que se puso a investigar descubriendo con quien había hecho un trato su esposo.

Preocupada por eso, ella le avisó al hombre haciendo que ambos se preocuparan por el bebe que esperaban, así que el hombre fue a buscar al charro para cambiar su trato pero el charro se negó le encantaba ver la preocupación del hombre con cada semana que pasaba del embarazo.

Hasta que por fin el temido día llegó, en el nacimiento del bebe estaban el hombre y la mujer preocupados mientras el charro vigilaba con una sonrisa esperando para llevarse a ese bebe.

Pero tal parecía que la suerte les sonrió pues habían tenido un niño, eso alivió los corazones de la pareja pero irritó al charro.

La pareja por temor solo tuvieron a ese único hijo para que el charro no cobrará su deuda, y solo para estar seguros le contaron a su hijo sobre eso, cosa que también puso alerta al hijo preocupándose de tener una niña.

Generación tras generación y ni una sola niña había nacido, tanto por causas genéticas como alteraciones en el embarazo, cada generación sintiéndose aliviada de que no hubiera nacido una niña.

Pero con cada generación el charro se enojaba cada vez más, arrepintiéndose de haberse dejado llevar por esa codicia que había visto en tantas personas que caían en la desgracia, queriendo ya tomar a el siguiente bebe sin importar su género, pero decido tragarse ese enojo y ser paciente pues sabía que en algún momento iba a haber un descuido.

Y ese descuido había llegado, una niña había nacido y todos estaban nerviosos y temerosos de que el charro viniera

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Pero el charro nunca vino.

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Todos pensaron que el trato se había roto y que estaban a salvo todas las siguientes niñas que vinieran a esa familia, por lo que celebraron sin parar a esa niña.

Niña que no era parte de ese linaje, sino que era parte de una aventura, pero esa niña había hecho que la familia se descuidara.

Y después de tanto tiempo, a principios del siglo veintiuno

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La princesa de su corazón había nacido.

Princesa de mi corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora