Todos esperábamos atentos para cuando dijeran nuestro nombre en la lista. Estábamos ordenados alfabéticamente, y yo era la única en empezar con "N", además de Noah que era nuevo.
Cuando se acercaba mi nombre quedé observando la cara de Noah por un instante, quería ver su expresión.
- ¿Marie Holwey?- preguntó el profesor.
- Aquí- respondió una chica de cabello corto que estaba en el asiento de al lado.
¡Sigue mi nombre!
Nunca en la vida había sentido tal emoción por que pasaran mi nombre en la lista, es más, muchas veces deseaba que no me nombraran. Pero hoy todo cambiaba.
- ¿Nathaly Haroley?- Preguntó el profesor observando a todos.
Antes de alzar mi mano, pude percatarme que Noah miraba a todos lados al escuchar aquel nombre.
- Aquí- dije alzando mi mano.
Volví a girar mi rostro hacia Noah y por un momento pensé que debiamos llevarlo a la enfermería.
Ese chico estaba pálido y sus ojos estaban completamente abiertos demostrando sorpresa. Estaba mirándome sin disimulo y se notaba la vergüenza en su mirada.
Te lo mereces Noah...
Algunos de los chicos se dieron cuenta de la tensión y la incomodidad que se generó en ese momento, pero como no pudieron descifrar nada de lo que estaba sucediendo simplemente dejaron de prestar atención. Otros ni siquiera escuchaban, estaban en otro mundo, tal vez en el de los sueños, lo digo por los que estaban tirados en la mesa babeando.
- ¡¿Noah Smith?!- preguntó por segunda vez el profesor Robert, molesto.
- ¡Que iresponsable, es nuevo y no asiste a clase las primeras semanas, perfecto!- siguió exclamando con rabia.Noah no daba señales de vida, aún seguía en shock. Pero los gritos del profesor Robert le habían despertado.
- S..soy yo- dijo tartamudeando un poco y a su vez aclarando la garganta. Aún estaba descolocado.
El profesor le lanzo una mala mirada y se volteo para sentarse en su escritorio.
Nuestra clase empezó y todo siguió normal. Una que otra mirada de Noah, pero todo normal. Él ya había recuperado ese aire de superioridad, pero sus ojos reflejaban otra cosa.
Aunque sabía que él me buscaría para hablar, tenía planeado ignorarlo unas semanas. Después de todo, él me había tratado mal. Pensaba sacarselo en cara.
Estabamos tomando dictado, cada uno observando con cansancio al profesor Robert, que bosteseaba cada dos palabras que decía. Mirabamos el reloj que colgaba justo arriba del escritorio del profesor, el cuál nos indicaba que saldríamos en unos veinte minutos. Estaba a punto de cerrar los ojos, cuando sentí que mi móvil vibraba en uno del los bolsillos de mis geans.
Saqué de allí mi móvil y lo revisé por debajo de la mesa para ver la notificación que había llegado, teniendo cuidado que el profesor no se diera cuenta.
Era un mensaje de un número desconocido, frunci mi ceño al darme cuenta de lo que estaba escrito alli.
- Nos vemos en la salida del instituto- leí en vos baja. Qué extraño.
Seguro que te van a secuestrar, para vender tus organos en el mercado negro.
Ya decía yo que en cualquier momento aparecería mi conciencia opinando.
Agradeceme que te dejé unos días.
¡Porqué no soy normal, como todas las personas!
Acéptalo jamás lo serás. Pero bueno volviendo al tema, valla que tienes ovarios.
ESTÁS LEYENDO
Por Primera Vez
Ficção AdolescenteTodos en nuestras vidas tenemos un rayito de luz. Y cuando empieza a iluminarnos somos las personas mas afortunadas y fuertes que puedan existir. Siempre hay una persona que te saca de los peores momentos, que te ayuda a seguir adelante y cuando est...