Capítulo nueve: ¿Conocer a mi cachorro?

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El domingo dió los buenos días a través de una preciosa salida del sol, con sus rayos impactando en el rostro de todos los que olvidaron cerrar sus cortinas la noche anterior.

Entre ellos: Han Jisung.

El omega se puso de pie enojado y cerró las cortinas con fuerza, odiaba despertar por la mañana gracias al sol, el sol era una de las cosas que más detestaba, no le gustaba sentir el sudor en su piel, o la piel caer luego de quemarse en la playa, y mucho menos sentir su rostro arder por las quemaduras del sol luego de un día en la playa.

Se volvió a tirar a la cama boca arriba, con cuidado de no lastimar su pancita y cerró los ojos otra vez con intenciones de volver a conciliar el sueño. Al ver que no pudo volver a dormir, abrió los ojos y recordó que estaba en casa del alfa.

Minho fue dado de alta al rededor de las 8 de la noche, tan pronto pudieron salir de allí, llegaron a casa y se metieron entre las sábanas. Jisung debía regresar a su casa hoy por la tarde ya que al día siguiente le tocaba laburo.

Vio a alfa salir del baño con una toalla en su cabeza y otra más envolviendo su cintura, dejando su pecho descubierto.

—Muérdeme, pégame y azótame como tu quieras... —murmuró observando al alfa de pies a cabeza con detenimiento.

—¡Jisung! —regañó con el rostro colorado al escuchar lo que había dicho el rubio.

El omega comenzó a reír.

—¿Te sientes mucho mejor? —preguntó poniéndose de pie de la cama y estirándose.

—Si, muchas gracias por quedarte conmigo. —agradeció Minho con una sonrisa.

—Quisiera quedarme más tiempo, pero debo irme a casa.—dijo observando el semblante del mayor ponerse triste.

Jisung corrió y se metió entre los brazos del alfa recién salido de la ducha, estaba todo mojado pero no le incomodó. Minho correspondió el abrazo con tristeza.

—Vale, espero que podamos salir más.—dijo el alfa.

—En pocos días me dan mi licencia por maternidad así que la pasaré en mi casa aburrido sin hacer nada.—mencionó.

—Ven a mi casa entonces. Avísame cuándo salgas de trabajar.—sugirió con una enorme sonrisa.

Jisung rió y asintió.

Los días pasaron con una extraña rapidéz, Jisung estaba a pocos días de dar a luz y estaba más que preparado

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Los días pasaron con una extraña rapidéz, Jisung estaba a pocos días de dar a luz y estaba más que preparado. Tenía exactamente 38 semanas de gestación, estaba tan emocionado de poder conocer a su cachorro pronto. Respecto a su cortejo con Minho, todo va de bien a mejor.

Minho recién hoy cumplía dos meses cortejando al menor, aún no estaba totalmente listo para dar el siguiente paso, pero sabía que pronto lo daría y Jisung no se quedaría atrás y lo seguiría a la par de sus piernas.

El omega estaba con sus padres, quienes habían viajado desde EE.UU para ir a ayudarlo con las pocas semanas de embarazo que le quedaban. El reloj marcaba las 9:15 a.m y Jisung se preparaba para su (posiblemente última) consulta con el doctor.

El padre de Minho había llegado al país luego de su descanso, por lo que Jisung tuvo que seguir consultándose con él, pero eso no significaba que ha dejado de ver al alfa con constancia.

—¡Jisung-ah, vámonos!—llamó el Señor Han Soong-ki, padre de Jisung.

El omega gritó un "ya voy" desde su habitación y pronto salió a la vista de sus padres, quiénes lo miraron enternecidos por el lindo atuendo del menor. Llevaba unos pantalónes para maternidad de Jean anchos y un sueter de color beige tejido con lana bastante ancho y holgado.

De sus orejas colgaban unos pendientes tiernos y poco llamativos; y por su torso cruzaba un lindo bolso tejido a crochet de color verde oscuro en el que llevaba sus pertenencias.

—¿Me veo lindo?—preguntó acariciando su pancita y dando una pequeña vuelta.

—Te ves igual de tierno que tu madre durante su primer embarazo.—respondió el Señor divertido.

Jisung rió y los tres partieron al hospital, el omega iba comiendo una rica porción de pastel de zanahoria, por más se queje de que se ve gordo e inflado seguía comiendo. Aunque nunca tuvo tantos problemas con eso, había ciertos días en los que se lamentaba el haber comido tanto, pero luego se le pasaba y se comía un bowl de pasta.

Llegaron al hospital y cómo las consultas suelen ser por orden de llegada, entraron casi de inmediato al consultorio. Saludó al señor Lee, padre de Minho y se subió a la camilla.

Podía observar el rostro del doctor con una expresión indescriptible, cosa que puso nervioso a Jisung.

Una vez acabaron el ultrasonido, Jisung esperó a que el señor Lee le diga el porqué de esa expresión.

—Jisung, hoy tal vez conozcas a tu cachorro.—dijo.

El rubio comenzó a temblar y lo miró atónito, luego miró a su padre que estaba igual de sorprendido que él.

—Papi...—habló con voz cortada sosteniendo el brazo de su padre para aferrarse a este en un abrazo.

El señor Han abrazó y consoló a su hijo, quien pronto fue trasladado a una habitación privada y fue conectado a un sin número de maquinas que monitorearían el proceso de su bebé antes de su nacimiento.

Por otro lado Minho paseaba por el hospital en su hora de almuerzo sin estar enterado de nada a excepción de sí mismo. Una llamada entrante lo hizo sacar su celular del bolsillo de su bata.

—¡Hey! papá.—atendió la llamada.

¿Qué haces, hijo?—preguntó el hombre del otro lado del línea.

—Nada en especial, estoy en hora de almuerzo.—respondió.

Bueno, era para decirte que Jisung, el omega del que me contaste y con el que estabas tratando de tener algo, tal vez de a luz hoy.—habló.

—¿¡Qué!?—preguntó atónito.

Colgó la llamada con su padre antes de que pudiese decir algo y corrió por literalmente todo el segundo piso hasta llegar al ascensor y tomarlo para llegar al piso del consultorio de su padre. Abrió la puerta encontrándo a su padre de lo más tranquilo en su escritorio revisando unos papeles.

—Está en el quinto piso, habitación 0567.—respondió sin mirar al alfa en la puerta, sabía con certeza que su hijo se desesperaría y correría hasta su consultorio. Minho salió y corriendo subió las escaleras, no tenía tiempo de esperar al duradero ascensor.

Llegó al número de habitación que su padre le había indicado y tocó la puerta. Modales ante todo, el desearía tumbar esa puerta y poder ver al omega.

Escuchó un "pase" desde adentro y abrió la puerta con velocidad, encontrándo al omega sentado en la cama y llorando con fuerza. Ya no vestía sus lindos pantalónes, sino que llevaba ropa del hospital.

Jisung miró a la puerta y al ver al alfa abrió sus brazos esperando recibir un abrazo por el mayor.

—¡A-alfa...!—lloriqueó.

Minho lo abrazó con fuerza y acarició su cabello tratando de calmar su llanto. Los padres de Jisung miraban la escena asombrados y algo confundidos por el alfa que consoloaba a su hijo.

—Jisung-ah... Cielo, todo va a salir bien.—apoyó al menor que aún lloraba.

—Tengo mucho miedo...—sollozó.

—Tranquilo, confía en mi. He inducido muchos partos y todos han salido bien, el tuyo no será la excepción.—consoló.

Jisung detuvo su llanto poco tiempo después, Minho canceló todas las consultas que tenía para ese día sólo para quedárse atendiendo al menor todo el tiempo que sea necesario.

Holo, papá • MinSungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora