Todas las sectas pensaron que el temible patriarca Yilin estaba solo, pero estaban equivocados, Wei Wuxian cuánta con el apoyo de su hermana jurada, y su madre de corazón, quiénes no durarían en hacer correr sangre con tal de protejer a su pequeño A...
Ya había pasado un mes desde que un nuevo rumor se esparció por los pueblos de como la líder Hua mando a qué el líder de YueYang recibiera unos azotes de su parte por haber golpeado y maltratado a un niño pequeño. Tal acto trajo muchas opiniones tanto buenas como malas, pero nada de importancia para las secta Hua.
Hua Meili volaba con rapidez sobre su espada, iba de camino a la secta Nie pues Lan Huan le había mandado un carta para poder encontrarse con él allí, aunque estaba segura que tendría que aguantar a Nie MingJue preguntando por "Hua Li", y es en esos momentos que se pregunta si hizo bien en vestir a A-Ning de mujer para esconderlo. Pero dejando eso de lado llegó hasta la secta Nie en dónde los discípulos la dejaron pasar sin problemas, ya que Lan Xichen había avisado que cuando ella llegara, la llevarán donde se encontraría él con Nie MingJue.
Al llegar allí, lo primero que vio fue a Lan Huan, tocando para el Nie mayor, cerró los ojos dejando que la música la relajara, conocía esa canción, era claridad, Lan Huan se la había enseñado poco antes de que ella se fuera a viajar con su madre. Cuando la canción termino, se acercó a ambos líderes.
-Saludos-realizo una reverencia.
Ambos hombres correspondieron la reverencia, en ese momento entro un discípulo y le dijo algo a Nie MingJue.
-Xichen, será mejor que tú y le heredera Hua vayan a dar un paseo por el mercado de la secta, debo atender un asunto.
-Esta bien Da-ge.
El Lan y la Hua, salieron rumbo al mercado, durante todo el camino se la pasaron charlando tranquilamente, la camaradería entre ellos era tan natural, y el afecto en los ojos de ambos era claro para cualquiera que los veía caminar juntos.
Se detuvieron en un puesto que vendía joyas, lazos, peines, horquillas, entre otras cosas, el Lan veía con detenimiento todo buscando algo en particular.
-A-Huan ¿Que es lo que buscas?
Pero Xichen no respondió, hasta que finalmente encontró los que buscaba y con una sonrisa habló.
-Señor ¿Cuánto sería por esta horquilla y este peine?
Levato una bella horquilla de jade con una orquídea de color azul, y un peiné a juego con la horquilla.
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