Løve

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18 años los dos/ último año en Hogwarts.

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Cuando lo veía por los pasillos, se veía una persona amable y tierna, siempre pensó eso de él.

Pero ahora, en esa habitación con poca iluminación, pensaba todo lo contrario.

—¡Ah! —era la tercera vez que se corría esa noche.

Su piel estaba caliente, el sudor caía por su frente. Había una mano tirando de su cabello hacia atrás y otra ejerciendo un poco de fuerza en su cuello.

La piel de su cuello, pecho y espalda, estaba marcada con mordidas y marcas rojas.

—Harry... —jadeo cuando lo sintió correr se dentro de él.

—Draco. —salió de su interior y apoyo su cara en su cuello, dejando besos.

—Ya no más, por favor. —se sujeto de sus hombros.— Son las cuatro de la mañana, estoy cansado.

Harry lo sujeto de la cintura, se sentó en la cama y lo sentó a horcajadas de él.

—Pero ya te has puesto duro de nuevo, Draquito. —le dijo mientras tocaba suavemente el miembro erecto del rubio.

Draco se mordió el labio y miro fijamente los ojos verdes de Harry.

—La última vez.

Harry lo miro mientras lo penetraba.

—Te lo prometo. —dejó un beso en su pecho.

Draco cerró los ojos y empezó a mover su cintura. Sus movimientos de arriba a abajo hipnotizador a Harry, mientras lo agarraba de la cintura y lo hacia moverse más rápido.

Cabe recalcar que la noche, no termino ahí.

<♡>

—¿Draco, qué te pasa? —le pregunto Pansy, cuando iban caminando los dos por los pasillos.

—Nada, ¿por qué? —hizo un mueca mientras veía su libro.

—Caminas raro.

—Ah. —se sonrojó un poco.— Anoche salí a volar y tuve un pequeño accidente con la escoba.

—Merlín, te he dicho que no salgas a volar de noche. —le reprochó la pelinegra.— Hola, Harry. —saludó al de lentes cuando llegó.

—Hola, Pansy. —pasó un brazo por la cintura de Draco y le dejó un beso en la mejilla.— Buenos días, Draco.

Pansy sonrió.

—Se ven tan bonitos juntos. —dijo feliz.— Pero ya me tengo que ir, me están esperando en la biblioteca.

—Adiós. —se despidieron de la chica.

Como era sábado en la mañana, no andaba casi ningún alumno por los pasillos.

—¿Qué ocurre? —preguntó Harry al ver que Draco no lo saludó de vuelta.— ¿Estás enojado?

—No, no. —Draco lo miró.— Solo me duele el culo por todo lo que me hiciste anoche.

Harry sonrió y se mordió el labio.

—Perdóname. —lo tomó de la cintura y lo acercó a él.— Es que, no me puedo resistir a ti cuando estás desnudo, además tu quisiste hacerlo anoche.

—Si, quería hacerlo. —le dijo.— ¡Pero no seis veces en la misma noche! No me puedo ni sentar bien.

—Amor. —se rió Harry.— Lo siento, ¿quieres tener una pequeña cena conmigo hoy? En la sala de menesteres, tú y yo. Te doy un masaje gratis, vino, tu comida favorita.

Draco intento reprimir una sonrisa, pero no pudo.

—Está bien, pero nada de sexo. —Harry hizo un puchero.— No, Harry Potter, nada de sexo hoy.

—¡Bien! —se rindió.— Te estaré esperando allí, a las 9.

Le dejó un largo beso en los labios.

—Te amo.

Draco sonrió.

—También te amo.

<♡>

La chimenea tenía fuego que iluminaba toda la habitación.

Había una pequeña mesa con dos copas, un buen vino y la comida favorita de Draco. También un sillón negro de cuero, donde estaban los dos sentados dándose besos.

—Te dije que nada de sexo hoy. —se separó Draco y tomó su copa de vino.

—Lo sé y lo respeto. —puso su brazo sobre el hombro de Draco.— Así que, ahora viene tu masaje.

Draco le dio la espalda y se sacó la polera que andaba trayendo. Harry conjuro un poco de crema y comenzó a frotar los hombros del rubio.

—¿Sabes que la otra semana cumplimos tres años? —le habló Harry.

—Lo sé, no me olvido de nuestros aniversarios. —cerró los ojos.

—Y también, este año terminamos Hogwarts.

—Si, al salir de aquí me convertiré en medimago.

Harry sonrió y dejó un beso en su nuca.

—Y estoy seguro de que serás el mejor.

—¿A donde vas con todo esto? —preguntó Draco.

Harry dejó de hacerle masajes y Draco abrió los ojos.

—¿Qué ocurre?

—Quería saber si. —hubo un momento de silencio.— ¿Te quieres casar conmigo?

Draco se dio vuelta para mirar al chico junto a él.

El que en ese momento estaba escondido detrás de su mano que tenía una cajita abierta con un anillo en el.

—Se que recién tenemos dieciocho años y si quieres podemos comprometernos ahora, pero casarnos cuando tu quieras. — hablo Harry.— Aún no estoy seguro que quiero hacer al salir de Hogwarts, pero lo que si tengo seguro, es que quiero que sigas siendo parte de mi vida, como mi pareja y mi futuro esposo.

Draco lentamente se acercó y sacó el anillo de la caja. Era de plata, con un pequeño diamante en el.

Lo pasó por su dedo anular lentamente, viendo como le quedaba perfecto.

Harry cerró la caja y la dejó sobre la mesa.

—Se que no es mucho, el diamante no es muy grande y es de plata, pero te aseguro Draco, que cuando salgamos de aquí, te conseguiré uno mej–

Draco lo interrumpió con un beso, se sentó a horcajadas de él y lo besó.

Harry lo sostenía de la cintura.

—Es hermoso. —le dijo el rubio cuando se separaron.— Me encanta, Harry.

—¿Entonces es un si?

—¡Por supuesto que si, mi amor! —rió, contento.

—Te amo, Draco.

—Y yo te amo a ti, Harry. —dejó un besito en la punta de su nariz.— Ahora podemos tener sexo para celebrar.

—¡Sí!

Fin.

So sweet [Pt. 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora