So sweet [Pt. 2]

A de Albus/ A de amor 1/2

Draco 24 años/ Harry 23 años/ Albus 5 años/ Scorpius 5 años/ m-preg.

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1998

En el último año de colegio en Hogwarts, Harry y Draco se volvieron compañeros sexuales. Donde cada vez que querían tenían sexo en lugares donde otras personas no supieran.

Draco se lo propuso a Harry con una regla, sin enamorarse. Y todo salió bastante bien para Draco, porque él no fue el que se enamoró.

La última noche en Hogwarts, se juntaron en la torre de Astronomía para hacerlo por última vez.

Draco tomó a Harry tan suave, porque sentía que con cada toque que daba se iba a quebrar. Estaba tan embriagado con su olor y su sabor que olvidó poner el hechizo anticonceptivo.

Cuando el sol estaba saliendo, Harry comenzó a vestirse. Draco dormía.

-Ojalá está vez sea la última que nos veamos. -se acercó y dejó un beso en la frente de Draco.- Te amo, Draco, pero te gusta Astoria y yo no podría competir contra alguien como ella.

Terminó de arreglarse y salió de la torre de Astronomía, dejando a Draco durmiendo solo.

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2003

-¡Papi! -escuchó el grito antes de que se tiraran sobre él.- Papi.

Abrió los ojos y pudo ver a Albus sentado sobre su estómago sonriendo.

-Albus. -se dio media vuelta y tiro a Albus sobre la cama a su lado. Miro el reloj en la mesita de noche: 6 a.m- ¿Qué haces despierto tan temprano? Volvamos a dormir.

-Papi, tenemos que ir de compras, mañana voy al colegio. -decía mientras intentaba salir de los brazos de su papá.

-Hijo, son las seis de la mañana, las tiendas aún no abren.

-Pero..

-Pero nada, duerme un rato más.

Y así, Albus se volvió a quedar dormido entre los brazos de Harry.

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Más tarde, ese mismo día, Harry y Albus estaban en el baño, mientras el más grande intentaba peinar el cabello azabache del niño, pero era imposible.

-Papi. -Albus estaba sobre un banquito y se miraba en el espejo.

-¿Si, cariño?

-¿Crees que se reirán de mi por tener los ojos de distinto color?

-¿Qué? Por supuesto que no. -se agacho para quedar a la altura de su hijo y lo miro a los ojos. Un verde y otro gris.- Tus ojos son lo más hermoso que he visto.

-¿Enserió? -hizo un pequeño puchero.

-De verdad. -dejó un besito en su frente.- No estés triste, mi vida. Nadie se reirá de ti y si lo hacen, yo iré a hablar con ellos.

Albus sonrió y pasó sus brazos por el cuello de su papá para abrazarlo.

-Te quiero, papi.

Harry lo abrazó de vuelta.

-Y yo a ti. Ahora vamos de compras.

-¡Si!

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Caminaban de la mano por el callejón Diagón, pasando tienda por tienda.

Ya habían comprado todo lo que Albus necesitaba para ir a la pequeña escuela.