So sweet [Pt. 2]

Confía en mi.

Sexto año/ 16 años

Está cansado.

Solo quiere dormir, dormir entre los brazos de él, pero ¿cómo? Si él lo odia.

A pasado casi seis años molestando lo y ya no había vuelta atrás para ser amigos o algo más.

Y ahora, Voldemort amenaza con matar a su familia si no cumple lo que le ha pedido.

Y Draco no puede, lleva meses intentándolo, sin dormir, sin comer, sin amigos. Su mente siempre está en las nubes, pensando en como cumplir, pero nada se le ocurre, el cansancio le gana, pero las pesadillas no lo dejan dormir.

[!!!]

Se levanta de su cama a mitad de la noche, aún llevaba puesto su uniforme y bajo sus ojos se le notaban unas oscuras bolsas.

Camina, sin importar nada, por los pasillos. Abre puertas, sube escaleras y llega a la torre de Astronomía. El viento lo hace temblar, mientras camina lentamente hacia la baranda, puede ver el campo de quidditch desde allí.

Su varita cae al piso con un ruido sordo.

Ya no puede más, esta tan cansado.

Y él solo quiere descansar.

Cierra los ojos, sus manos sueltan la baranda a sus lados y su corazón se acelera. Siente el viento en su cara y también unas manos en su cintura. Luego un tirón hacia atrás.

—Tranquilo, bebé. Te tengo.

Y Draco cae rendido a la oscuridad.

[♡♡♡]

Las caricias en su pelo son muy agradables.

El cálido aliento que choca contra su frente cada vez que susurra shhh.

El lento latido que sonaba contra su oído

Lo hacen querer seguir durmiendo, pero la inquietud de no saber donde está, ganan.

Abre despacio los ojos y mira a su alrededor. Unas cortinas rojas cubren toda la cama donde está y se hace una idea de donde puede estar, pero no quiere aceptar el con quien puede estar.

Se relame los labios y susurra.

—¿Harry? —el latido contra su oído se acelera y se arrepiente de haberlo llamado así.

Las caricias en su cabello desaparecen y luego la persona al lado de él de se mueve, quedando frente a frente.

—Malfoy. —dice Harry, en el mismo tono que el lo hizo, pero con una cálida y pequeña sonrisa en la cara.

Eso desconcierta un poco al rubio, su corazón se aprieta y solo quiere llorar.

—¿Q- qué hago aquí?

La sonrisa de Harry flaquea un poco, pero no desaparece.

—Parecías cansado, no sabía la contraseña para entrar a Slytherin, así que te traje a mi cuarto.

Su mente viaja a la noche anterior en la torre de Astronomía.

—¿Por qué?

—Ya te dije, parecías cansado-

—No. —sube un poco el volumen.— ¿Por qué me agarraste? Anoche.

Esta vez, la sonrisa de Harry desaparece y mira hacia otro lado.

—He visto que estas cansado y para pensar bien, tienes que estar descansado y relajado. —lo mira a los ojos, luego sube una mano y aparta un mechón rubio de la cara de Draco. Las mejillas de ambos se calientan y el azabache aparta su mano.