Jungkook un hombre que tiene una vida infeliz solo para enorgullecer a sus progenitores, en una noche en la que se suponía que debía pedir matrimonio a su novia, las cosas se tornan un poco diferentes haciendo que Kim Taehyung, uno de los cantantes...
Jungkook estaba sobre el cuerpo sudado del más pálido auto penetrandose, su pene daba justamente en su próstata, lo que le hacía retorcerse sobre el miembro ajeno, dando una vista espectacular al pelinegro que no dejaba de sentirse más excitado por los movimientos del contrario sobre su polla.
Taehyung puso sus manos en el pecho del menor para impulsar su cuerpo con más rapidez, sacándole más sonidos a su acompañante, quien no pudo evitar venirse llenando las entrañas de Taehyung con su espesa semilla, lo que hizo que el castaño también tuviera su orgasmo, manchando parte del cuerpo ajeno y su abdomen.
Los dedos en la cadera de Taehyung quedaron marcadas por la fuerza que ejerció el menor, como una huella de pasión y deseo. Ambos sintiéndose exhaustos, pero felices, se dejaron caer en la cama, abrazados, quedando a dormir juntos por súplicas de Jungkook, ya que no se verían en un buen tiempo por la apretada agenda que tendría el mayor.
La habitación se sumió en un silencio tranquilo, solo interrumpido por la suave respiración de los dos jóvenes, que se habían entregado por completo el uno al otro. La conexión entre ellos era palpable, y en ese momento, nada más importaba que la presencia del otro.
Taehyung, con los ojos cerrados, sintió la calidez del cuerpo de Jungkook junto al suyo, y sonrió levemente, sabiendo que había encontrado a alguien especial. Jungkook, por su parte, abrazó a Taehyung con fuerza, como si nunca quisiera soltarlo, y se dejó llevar por el sueño, aún a sabiendas que todo cambiaría cuando tuviera que volver a Seúl finalmente.
— En vista de que nuestro padre está más que jodido te dejo la empresa en tus manos.
— ¿De verdad? Te juro que no voy a defraudarte.
— Claro que no — desordenó su cabello — confío en ti plenamente para dejar la empresa familiar.
— Por cierto hermano... Recién me enteré que salgo con el primo de tu novio.
— ¿Qué? ¿Su primo? Taehyung había mencionado quién era pero nunca dijo que fuera su primo.
— ¿TAEHYUNG TE MENCIONÓ QUÉ?
— Eso es lo que sucede en las parejas niña — pellizcó su nariz — se comparten todo.
Soyeon refunfuñando se sentó en el despacho que era de su hermano, notando como ahora la placa decía "Lic. Jeon Soyeon" no podía sentirse más feliz por esa simple razón. Era un nuevo comienzo, una nueva etapa en su vida, y tener el apoyo de su hermano y su novio, Hoseok, significaba todo para ella.
Mientras se acomodaba en su nuevo espacio, Soyeon no podía evitar sonreír al pensar en Jungkook y Taehyung, y en cómo sus vidas se habían entrelazado de manera tan inesperada. Era como si el destino hubiera querido unirlos, y ahora, estaban todos juntos, apoyándose y amándose.
Era un lunes, Jungkook planeaba ir a despedir a Taehyung antes de que se fuera, era demasiada su ilusión por ir al restaurante en dónde le había dicho que estaría antes de irse. Pero nadie pensó que cuando se fuera se encontraría con el dueño del recinto diciéndole que Taehyung ya había tomado su vuelo, que todo lo que le había dejado era una nota con un anillo. Jungkook sintió que iba a despedazarse, que su corazón se iba a romper en mil pedazos, pero se contuvo y fue hasta su auto para abrir la carta, necesitaba saber qué había escrito Taehyung.
Mientras abría el sobre, sus manos temblaban ligeramente, pero su determinación era más fuerte. Sacó la carta y comenzó a leer, sus ojos devorando cada palabra, cada frase.
Querido Jeon Jungkook:
Probablemente te estés preguntando porque no fui al restaurante como lo acordado y simplemente fui al aeropuerto rumbo a Seúl, verás, no quiero interferir en lo tuyo con Sohee, los ví la otra vez bajo la lluvia, ví como se sonreían mutuamente y ¿Sabes? Yo nunca seré una mujer Jungkook, yo soy una persona ingenua que se enamoró de un hombre comprometido, el error es mío, no te culpes por eso.
No dije nada de esto antes porque los últimos días en Busan quería ser egoísta y tenerte conmigo, pretender que eras solo mío. Desafortunadamente la realidad dista de eso, por la misma razón es que yo te devuelvo el anillo que sé que tiene un valor significativo para ti y también te dejo mi corazón y alma en tus manos.
Te amo Jungkook, te amo a pesar de todo y deseo que Han Sohee te haga sentir tan pleno como mereces después de muchos años de sufrir.
Con todo mi amor: Kim Taehyung.
Jungkook simplemente lloró cuanto pudo tras leer las palabras de Taehyung, su corazón se sentía destrozado, como si hubiera sido partido en dos. No podía creer que Taehyung se hubiera ido, que lo hubiera dejado sin decirle nada. La carta era un golpe directo a su alma, un recordatorio de que había perdido a la persona que amaba.
Lloró por el dolor, por la tristeza, por la sensación de vacío que lo invadía. Lloró por el amor que había perdido, por la oportunidad que había desaprovechado. Y lloró por Taehyung, por el dolor que había sufrido en silencio, por la valentía que había tenido al dejarlo ir.
¿Había perdido al amor de su vida por un malentendido? La pregunta resonó en la mente de Jungkook como un eco doloroso. La carta de Taehyung había revelado la verdad, una verdad que Jungkook no imaginaba que el mayor pensaba. Taehyung había creído que Jungkook estaba comprometido con Sohee, y por eso se había ido, para no interferir en su relación.
Jungkook se sintió abrumado por la culpa y el arrepentimiento. ¿Por qué no había hablado con él sobre lo que había visto? ¿Por qué no había aclarado las cosas? Ahora, era demasiado tarde, Taehyung se había ido, y Jungkook se quedaba con el dolor de saber que había perdido al amor de su vida por un malentendido.
La tristeza lo invadió, y Jungkook se preguntó si alguna vez podría recuperar a Taehyung, si alguna vez podría hacer que entendiera que su amor era real, y que Sohee no era más que una amiga. Pero por ahora, solo podía llorar, llorar por el amor que había perdido por algo que no se llegó a aclarar.
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