Habíamos conseguido hablar las cosas, algo que me gustaba, porque desde mi punto de vista, la comunicación eran los cimientos de todo.
Y si los cimientos eran débiles... el edifico se caería.
Nos preparamos para la cena, nada muy formal, algo casual. Le dejé ropa a Andrea, y algo de mi hermana porque era más de su talla.
Opté por unos vaqueros sueltos negros, un top blanco y una chaqueta a juego con este, porque aún que no hiciese frío, en Barcelona por las noches solía refrescar.
Nunca pensé que Andrea pudiese tardar tanto en escoger que ponerse, y mucho menos si le quedaba bien cualquier cosa.
Me acerqué al armario, que era más una habitación entera que un simple armario con dos puertas. ¿Qué podía decir? tenia mucha ropa, casi toda de nike. Me asomé por la puerta, y la ví. Vestía un pantalón de lino blanco, ese que se compró mi hermana en Grecia y se lo puso una vez y nunca más. Le quedaba genial. Arriba, llevaba una camisa mía, color celeste, que le quedaba un par de tallas grande, pero le daba igual.
Se estaba abrochando la camisa cuando se percató de mi presencia y giró. Por mucho que lo intenté no pude apartar la mirada de ella, era preciosa.
"¿Pasa algo?" Me preguntó. Pasaban muchas cosas, muchas cosas dentro de mi.
No le dije nada, solo me acerqué a ella, pasé mis manos por su cintura y la pegué a mi. Suspiró. Nos miramos a los ojos, sin decir nada pero transmitiéndonos todo. Y ahí supe, que íbamos a llegar tarde.
La besé, no fue como ningún beso que habíamos compartido antes, este estaba lleno de pasión. Fue una lucha por la dominancia, hasta que gané, bueno me dejó ganar. Llevé mis manos a su espalda, mientras las suyas recorrían mi cuello y mi cabeza, alborotando mi pelo.
Se separó de mis labios y respiró. "Vamos a llegar tarde." Dijo entre jadeos. "Me da igual." La volví a besar. Llevé mis manos hacia su estómago, desnudo. La dejé de besar, esperando a que me diese luz verde. No dijo nada e intentó continuar el beso, me volví a separar y me miró desconcertada.
"Necesito palabras Andy. ¿Puedo?" Le pregunté.
"Si" Dijo entre suspiros. Y la volví a besar. Mientras nuestras lenguas luchaban, metí las manos entre la camisa abierta, la pasé por sus hombros, y se la quité. Llevando mis manos a sus costados. Comencé a caminar por la habitación. Puse la mano en la pared antes de que chocase contra ella. Y cuando estaba segura de que no se haría daño la empuje con mi cuerpo contra ella. La morena jadeó en mi oído, y eso me encendió más.
Abandoné sus labios por lo que la más baja suspiró pesadamente a modo de queja, yo reí, la estaba chinchando. Fui dejando besos por su mandíbula hasta llegar al cuello, por el camino supo lo que quería hacer, por lo que echó la cabeza hacia atrás apoyándola más en la pared para dejarme más espacio.
Besé, lamí y mordí su cuello, dejando mi huella ahí. Intenté no hacerlo, pero sus gemidos directamente en mi odio no me lo ponían nada fácil. Llevé mi mano hacía su entrepierna, y un jadeo escapó de sus labios.
De repente, mis manos ya no estaban en sus pantalones, me las tenía agarradas. La mire confundida. ¿No era esto lo que quería? ¿La había forzado?
"Ale." Se les escapó con un suspiro. "Yo también quiero esto, muchísimo, pero vamos a llegar tarde si no nos vamos ya, y una mala impresión no es exactamente lo que quiero dar cuando conozca a tus amigas." Eché el aire que estaba reteniendo. Lentamente volví a posicionar mis manos en sus caderas. Y me acerqué a su rostro. "¿Seguimos luego?" Me besó en respuesta a eso y me aparté, dejándola jadeando apoyada en la pared.
"Ah. Y andy." "Dime" Me respondió al instante. "Coge otra camisa." La morena miro la camisa celeste que estaba tirada en el suelo con pena. Se agachó a recogerla, la extendió sobre la cama y la dobló cuidadosamente. Después de esta acción la cual yo había observado desde mi habitación, se dirigió al armario, ojeó las camisas y optó por una negra. La desabrochó y se la puso, estaba guapísima.
"Voy al baño." Pasó por mi lado dejando un beso en mi mejilla. Esta mujer iba a ser mi perdición. "Vale, te espero en la entrada." Le contesté, y me dirigí a la entrada, el caso es, que nunca llegué.
"¡Alexia!" Gritó desde el baño. Yo ni me lo pensé y fui lo más rápido que pude a ver que pasaba. Llegué al baño y vi lo que pasaba, no pude evitar reírme. "No te rias. No me hace ninguna gracia." Me dijo con tono de enfadada, cosa que me hizo más gracia. No podía tomármela enserio.
"Ahora no solo van a pensar que yo te hago llegar tarde, si no que encima van a ver esto." Dijo señalando el percance en su cuello.
"Eh, eh. Mírame." Le cogí las manos y la acerqué a mi. "Da igual lo que piensen ¿vale? Solo somos tú y yo." Me besó. Y volvió a mirarse el cuello en el espejo.
Abrí un cajón y saqué una caja, la morena me miró extrañada. "Venga siéntate." La ayudé a subir al lavabo, y maquillé su cuello. Con un poco de suerte se vería menos.
"¿Como sabes- mejor no quiero saberlo." Empezó con la pregunta y reculó, me hizo reír. "Mi hermana es una loca del maquillaje, y cuando éramos pequeñas, bueno, adolescentes, me tocó aprender para poder cubrirla. Supongo que es lo que hacen los hermanos mayores." Dije terminando mi trabajo, y observando lo bien que me había quedado. "Eres una gran hermana mayor Ale." Dijo y me besó.
No fue como el beso que compartimos antes. Fue un beso tierno, un beso en el que te sientes agusto, con el que se para el tiempo porque no tienes prisa en separarte de esa persona. Un beso mágico.
Nos separamos a la vez, y al mirarnos reímos. Bajo del lavabo, me cogió de la mano y nos dirigimos a la puerta.
Al llegar al coche y ver la hora, ya eran las 21:30. Claro que llegábamos tarde. Pero, por ella llegaría tarde a cualquier parte.
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Buenas, buenas. Me he ido a la playa, así que tengo bastante tiempo libre, pero no os voy a prometer algo que no puedo cumplir.¿Habéis visto el lío que ha montado el calvito del rubiales? Bueno pues Andrea se va a enterar, porque el próximo capítulo es muy probable que tenga que ver con ello.
Espero que os guste y no os olvidéis de votar 🌟
Os quiero
Pd: Para aclarar, esta historia no sigue la línea temporal. Alexia está lesionada después de la euro, como pasa en la vida normal. Pero había pensado que lo sucedido con el rubiales tenga lugar durante la Euro, y así poder dedicar el siguiente capítulo un poco a ello. ¿Os parece bien? Sino, no se toca el tema hasta más adelante que sean los capítulos del mundial. Pero tenia pensado hacer la historia mejor de lo que ha sucedido en la realidad y que echen a Vilda y a Rubiales tras la Euro, se arregle lo de las 15 y creemos una historia paralela del mundial a la que ha ocurrido.
Estoy abierta a opciones, solo decir SI o NO, lo que queráis, al fin y al cabo, los lectores sois vosotros.
♡
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Sin ti no soy yo misma
FanficAlexia Putellas, tras su operación de cruzado, tiene que trabajar duro para volver al campo más fuerte que nunca. Tras unas sesiones, cansadas y sin resultados para la capitana, son el punto final de su carrera, y decide darse por vencida y olvidars...