1. Una nueva dimensión

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Roier se relajaba con tranquilidad con sus ojos cerrados y sus extremidades extendidas, deleitándose con la suave brisa a la vez que un aroma intenso a flores envolvía sus sentidos.

«¿Dónde estoy?»Se preguntó mientras movía sus manos suavemente, dándose cuenta de que yacía sobre el cálido césped.

«En la Isla de los Instintos» respondió una voz robótica muy conocida.

« ¿Otra dimensión?» Reflexionó, combinando la satisfacción de haber superado la realidad anterior con la fatiga por querer concluir su viaje. «Siento que he vivido un millón de vidas»

«Novecientas noventa y nueve mil, novecientas noventa y nueve para ser exactos» corrigió la voz robótica «solo te falta superar esta para alcanzar la iluminación».

«Oh, ¿de verdad?» preguntó emocionado, girándose para acurrucarse en la suave hierba.

Mientras lo hacía, notó que el aroma de la naturaleza se intensificaba, y sus manos que colocó bajo su cabeza, parecían más suaves de lo habitual. Además, una cálida corriente lo recorría de pies a cabeza.

—En esta realidad —habló con su voz por primera vez, la cual sonaba inusualmente suave— ¿soy un humano?

«Más o menos» resonó la respuesta en su mente.

«En otras realidades» continuó reflexionando en su mente «he sido un humano cúbico que ha vivido en diversos lugares, he librado muchas peleas. He triunfado y me han matado, y después...» hizo una pausa con una amplia sonrisa «conocí el amor en brazos de Cellbit.» una risita escapó de sus labios «He sido un pingüino unido a mi compañero, no fue muy diferente de la Isla Quesadilla. También he vivido en una realidad de carne y hueso» hizo una pausa intentando recordar cómo se sentía el tacto de Cellbit «no, en esa realidad no tuve la oportunidad de conocerlo».

«¿Es lo único que valoras de tu recorrido por las diversas realidades?» Preguntó la voz robótica «¿Cellbit?»

—Bueno —reclamó al fruncir el entrecejo sin abrir los ojos aún—tengo muy buenos recuerdos con él.. Es un gran compañero y, además, es un desafío interesante. Cellbit es una persona muy difícil.

«¿Difícil?» A pesar de ser una voz robótica podía percibir la confusión «Te permitió entrar en su vida, se casaron, eres el padrastro de su hijo en la Isla Quesadilla, ¿acaso hay algo que no te haya entregado aún?»

—Sí, su verga —bromeó estallando en una gran carcajada— el culero no afloja, cree que con unos besitos es suficiente y no, Cucurucho, yo también tengo necesidades.

Una extraña corriente de calor le recorrió el cuerpo y no pudo evitar quejarse por la extraña e incómoda sensación.

«Eso podría cambiar en esta realidad»insinuó la voz.

— ¿A qué te refieres? —Preguntó extrañado, pero no recibió respuesta— ¿Cucurucho?

Un viento repentino golpeó su espalda, llevando consigo un aroma fuerte y atrayente. Abrió los ojos de golpe y se sentó en el cálido césped para ubicar la fuente del aroma. Pronto vio acercarse a una figura alta; un hombre musculoso que era una especie de híbrido pues tenía orejas y cola de gato. Ambos se observaron intensamente durante unos segundos.

— ¿Guapito? —Murmuró el hombre con la respiración entrecortada, transmitiendo un asombro que él mismo sentía ante semejante especímen.

Un impulso irresistible lo llevó a saltar hacia él, siendo acogido en los brazos abiertos del hombre. El abrazo era firme y cálido, y el aroma embriagador parecía casi hipnótico y excitante.

La última realidad (Guapodúo: Roier x Cellbit)Where stories live. Discover now