Ahora La Muerte Tiene Dueño (en correción)

Capitulo 3 El miedo de los malos... La muerte

6 am

Eithan se despierta de golpe y ve que ya esta atrasado para prepararse.

-Solo fue otro sueño

-Yo lo llamarÍa pesadilla- dice la muerte

-¿Qué haces tan temprano aquí?

-Quiero ver como irá tu cita

-No es una cita, solo le explicaré y le diré que se mantenga alejada de todo- Dice Eithan mientras se espeluca el cabello con frustración.

-Está bien, debo irme

-Veo que tienes mucho trabajo, ¿cómo haces para estar en todos los lugares?

-Hay más como yo, yo tuve la mala suerte de encontrarte aquel día, debieron haber llamado a otro, adiós.- se despide la muerte y desaparece

Hoy la muerte se ve diferente, actúa un poco más relajada, no trae su capucha puesta, se ve que anda descalza, solo que sus pies no tocan el piso, su cabello ondulado brilla más que ayer y tiene una ligera sonrisa en el rostro.

Eithan va a tomar un baño y a prepararse para su desayuno, mientras tanto la muerte.

-No debes estar tan confiada con ese humano, no sabes sus verdaderos planes- comentó un hombre grande y fuerte

-Vamos, tranquilo, no es malo, o eso parece- comentó delicadamente la joven muerte, sus trazos finos se notan más al lado de ese hombre fuerte- además, soy la muerte- dice mientras se para al frente de él- no puede hacerme nada- finaliza mientras sonrie.

-Te ves muy confiada, yo también soy la muerte, nunca me vi envuelto con un humano, nunca tuve que enfrentar la maldición del beso- exclamo con firmeza

-Lo sé, solo que... no quiero que termine haciéndose daño como nosotros, por nuestros deseos.

El hombre de al lado baja la cabeza y se pone su capucha, no se sabe por qué cosas debieron pasar esas personas para cumplir sus deseos, por mucho amor o odio, nadie sabe lo que hoy en día la muerte sufre, solo por cumplir un deseo que no los dejará descansar en paz.

-Ya es hora que te vayas pequeña- le pone la capucha

-Ya no soy una niña, aunque siempre seré una niña delante tus ojos, sin embargo ya han pasado 473 años aproximadamente- suspira y mira al cielo- el tiempo pasa muy rápido.

-Ni que lo digas

Ambos se depiden y se van a sus diferentes casos.

-Es solo un bebé, odio cuando me tocan estos casos, es doloroso- dice la muerte mientras ve al bebé gateando hacia sus padres- pequeño, es hora de irnos

El bebé los mira y no se quiere ir, se sienta y comienza a llorar- la muerte se aproxima y lo carga

-Pequeño- lo arrulla- se que es difícil dejar a tu mami y papi pero debes irte, algún día se encontrarán de nuevo y volverán a ser tu padres, allá en el cielo hay muchos niños como tú, te divertirás y cuando llegue la hora verás a tus padres de nuevo.

Los padres del niño lloran desconcertados, nadie los consuela, la muerte en su bondad deja que vean a su pequeño por última vez, por unos minutos los padres jugaron con el pequeño sabían que se tendrían que despedir de él, esto se conoce como el último aliento o la misericordia de la muerte. La muerte les da la oportunidad de un último adiós.