Capitulo 4 -parte 4- El Arte del Mal, Joseph Capelleti Davis

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(Todo lo que se narra aqui es ficción)

Hoy 8 de julio, decidi dedicarle todo el día a mi hijo, jugamos juntos, charlamos por horas, horneamos una tarta y al final me despedí de él;  ya que tuve que mandarlo a casa de sus abuelos.

Hoy 9 de julio, decidí pasar el día con mi marido.

-Amor, hoy estaré a tu lado todo el día, hagamos las cosas que solíamos hacer juntos

-Sí, mi señora, haré todo lo que usted desee

Capelleti se ve diferente al de hace unos días, ha pasado tiempo en casa y se ha visto un poco deprimido.

Ese día, reímos juntos, lloramos, bailamos, como amo bailar, tomamos una copa de vino pero solo un poco, disfrutamos del viñedo, paseamos por el jardín, él hizo una pintura de mí, claro yo hice un retrato de él también, él volvió a ser el mismo de siempre, pero sabía que solo sería por un momento.

Hoy 10 de julio, un día antes de mi muerte, sé que no me queda mucho así que este día lo dediqué exclusivamente para mí, en mi guarida dejaré comida y ropa, quién sabe si alguien algún día lo necesite, dije guarida, que divertido suena, pero se convirtió en eso, dejaré todos los crímenes que mi esposo cometió anexados, es fácil de encontrar, son crímenes que serán viejos, pero sirven para la actualidad, pude encontrar todo eso gracias a que entré a su oficina.

Así que tendrán copias de libros de toda clases, desde agenda hasta libros de contabilidad, todo lo que él hace lo escribe, es un mal o buen hábito que tiene él, dice que no quiere olvidarse de nada, mañana morire y no se quien contara mi historia, dejare un mapa por si usted, que esta leyendo necesita ayuda para ubicarse en esta casa, adiós mi querido lector.

Soy Emilia Jhon, fui sirvienta de Alice Rossi, les contaré qué pasó en su funeral, como se esperaba, pocas personas pudieron asistir, solo los más cercanos y los sirvientes que ella dejó en su testamento para ayudarla con su funeral, estoy escribiendo esto por que creo que merecen saber que, para el funeral de Alice, mi señora, había ordenada solo rosas blancas, sin embargo, el señor Capelleti lanzó una rosa roja a su ataúd y dijo, "no descansaré hasta obtener lo que quiero, gracias por abrime los ojos amor". 

La señorita Rossi dejó de tomar sus pastillas y se debilitó mucho, no sé que quiso decir el señor Capelleti.

Mitni acabó de leer el registro y encontró todo lo que allí decía, todos los delitos de Capelleti estaban allí, ella tomó el mapa y decidió dirigirse al lugar donde casi siempre se encontraba Capelleti, según indicaciones del mapa, ese lugar es su oficina, entra en el ducto de aire  y comienza a buscar hasta que encuentra la oficina, en el lugar no hay nadie, baja y comienza a examinar el lugar.

-Aquí no hay cámara, debe ser por orden de Capelleti- alguien entra y ella se esconde, para luego ver que es el mismo Capelleti.

-No puedo creer que no la encontraran aún, puede estar escondida en cualquier lugar y pudo haberse movido, sigan buscando solo quedan pocos lugares, eso es lo malo de tener una mansión tan grande.

Los hombres se van y Mitni sale de su escondite y le dice

-Tenemos que hablar- con un tono serio

-Supongo que así será, venga, toma asiento

Van y se sienta en un sofa una al frente del otro.

-¿Qué es o era lo que querías lograr?, la razón de no detenerte y decirle eso a tu esposa.

-¿Cómo sabes eso?

-Es importante nunca revelar la fuente de la información cuando la noticia aun no es lanzada al aire.

Ahora La Muerte Tiene Dueño (en correción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora