Los días pasaban en una carrera absoluta y tremenda. Una de mis amigas estaba organizando una subasta benéfica. No era una subasta. Algunas chicas se ofrecieron a ser subastadas.
Tranquilo! No es lo que piensas.
Lo que se subastaría era el acompañamiento para una cena. Ella insistió tanto que acepté ir.
Allí estaba yo en mi traje de gala, bebiendo mi champán y escuchando las tonterías de los hombres que vivían a mi alrededor.
Poco más de 23 horas la subasta comenzó, vi a todos dar sus ofertas, pero no tuve la más mínima voluntad. No quería pagar de buen muchacho en una cena, al lado de una joven. Al final daría mi contribución.
Estaba detrás de escena de ese gran evento. Era una de las contribuyentes de la subasta, pero después de mucha insistencia de Marcia, que era quien estaba en la organización de todo y de algunos otros colaboradores, yo terminé aceptando ser una de las chicas a ser acompañante.
Era casi la hora de mi entrada al escenario. Confieso que estaba nerviosa. Pero sabía que todo valdría la pena, cuando viera esas hermosas sonrisas estampadas en las caritas de nuestros niños, jóvenes y ancianos desamparados.
Escuché a Marcia llamar a la siguiente chica y confieso que sentí un temblor tortuoso, recorriendo todo mi cuerpo.
¿Qué avión era aquel, aterrizando justo ahí delante de mí? Sonreí de lado y supe que sería allí donde cambiaría de opinión.
Subí al escenario y miré a toda esa multitud. Vi a muchos de los hombres que estaban allí, devorarme con los ojos y eso me perturbó un poco. No voy a mentir... Sin mucha demora comencé a escuchar los altos lanzamientos, que eran dados para rematar mi compañía.
Dionisio: Doy 10 mil dólares - hablé levantando mi plaquita, llamando la atención de todos.
Miré a ese hombre y tragué seco... ¿10 mil?... había sido el mejor postor de la noche... confieso que ya me sentía incómodo allí, sobre todo porque no dejaban de mirarme.
X: 10.500... - hablé levantando la placa.
Dionisio: 20 mil - levanté la plaquita mirándola... esa joven saldría conmigo y no con ese viejo.
X: 25 mil...- hablé después de levantar la plaquita, mirando a aquel chico que ya estaba empezando a irritarme.
Dionisio: 100 mil dólares y no se habla más del asunto - hablé levantándome de la silla - hago la transferencia ahora mismo.
Cuando escuché a ese hombre ofrecer 100 mil, no pude creerlo. Al igual que todos en la sala tampoco. Confieso que no podía pensar en nada más, que en cómo ese dinero ayudaría a la gente de la ONG. Sentí que me ardían un poco los ojos, pero me contuve.
Marcia: ¿Esta es la oferta final? - pregunté mirando alrededor, para ver si alguien ofrecía y no se oyó nada más... quién diría que Dionisio competiría y pagaría por un simple seguimiento... pero vamos a acordar que estamos hablando de María... sonríe conmigo misma - dole una... dole dos... está rematado para el señor de los 100 mil.
Sonreí y agradecí los aplausos de todos.
Salí de allí y fui hasta la persona responsable, para hacer la transferencia del dinero. Conocía muy bien el trabajo de Marcia y sabía cuánto le gustaba ayudar a los más necesitados.Bajé del escenario y fui al backstage. Al bajar de allí, respiré hondo y caminé hacia la Ota, que era lo que dirigía a las chicas hacia sus acompañantes. Me llevó al hombre que me había "subastado."
Ota: Sr. Ferrer - lo llamé al acercarme - esa es María, su acompañante... espero que estés al tanto de todas las reglas.
Dionisio: Muy contento María - besé su mano encantada con mi presa y luego miré a Ota - desde el momento en que bajé a participar de eso... el pago ya se ha hecho... ¿vámonos? - la miré.
María: Igualmente...- hablé le mirando atentamente y después de su respuesta a Ota, respiré hondo el mirando - sí...- hablé con calma.
Dionisio: Hasta más verlo - lo miré y luego miré a María ofreciéndole mi brazo... salimos de allí y nos subimos a mi auto... hablé con mi conductor y pronto fuimos a mi mansión, allí nos sentiríamos más cómodos y no quería sair a ningún lado.
Me acomodé en el interior del auto, me puse el cinturón en silencio y miré hacia afuera, viendo el movimiento de los autos que nos pasaban.
María: Su ofrenda fue de mucha generosidad Señor Ferrer - lo miré - agradecida... la generosa cantidad nos ayudará mucho.
Dionisio: Espero que haya valido la pena - la miré y luego miré la hendidura en su pierna - no es cualquiera que esté dispuesto a esa generosidad.
María: Tenga la seguridad de que haré todo para que pueda pagar por su generosidad....- hablé lo mirando y vi que él miraba mi pierna que estaba la muestra... saqué un poco mi vestido, cubriendo ese lugar un poco, pero de nada sirvió.
Dionisio: ¿No tiene miedo María? ¿Entró en esa subasta sabiendo lo que podría pasar? ¿Cómo puede terminar esta noche? - pasé de un vistazo mi dedo en su piel desnuda.
Tiré un poco de mi pierna y lo vi un poco serio.
María: Según las reglas, no estoy obligado a hacer nada que no quiera... sin embargo, necesito ser amable y agradable con quien me remató... pero no estoy obligada a someterme a situaciones abusivas...- lo enfrenté - no se trata de un lechón clandestino sino de beneficencia y si estoy aquí, es por todos esos niños y ancianos, que necesitan ayuda mi señor... pero no pienses que puedes hacer de mí lo que quieras.
Dionisio: Por alguna casualidad estás aquí, ¿gracias? Fue voluntaria... pagué por su compañía... en ningún momento te dije que te llevaría a la cama... además... incluso si quisieras, no haces mi tipo - ríe a un lado - no me lleves a mal... si quieres mando a mi conductor dejarte donde quieras... tengo cosas más importantes que hacer... si hubiera querido mujeres, habría ido a otro lugar y le aseguro que no sería solo una... serían varias... no soy hombre de una mujer.
Lo miré con cierto desprecio.
María: No señor... no estoy aquí, gracias, pero tampoco me gusta... fui voluntaria por insistencia y no pienses que me sentiré mal por saber que no soy tu tipo... incluso me alegro de eso, porque me está mostrando qué tipo de hombre es...- lo miraba con cierta rabia - si tiene cosas más importantes que hacer, no debería haberme traído - hablé quitándose el cinturón - ¿por favor podría detener el coche por un instante?...- cuestioné al conductor, estábamos en una carretera muy poco transitada y ya estábamos un poco lejos del lugar del evento, pero saldría de ese auto... este hombre ya me estaba quitando la paciencia.
Dionisio: No se detendrá, Edgar solo recibe mis órdenes... si fue por insistencia, ni siquiera debería haber venido. No me importa lo que pienses de mí, lo único que no sabe es quién soy... no piensas que sabes - resoplé de ira - ¿qué quieres chica? ¿Qué? Ya me está molestando... pagué 100 mil dólares por tu compañía y no para estresarme, así que un consejo... quédate bien callada y dame paz - dije enojado - chica estúpida y mimada, si fuera mi hija le daría unas nalgadas para aprender.
Solté un aire de risa y lo miré enojada.
Continúa...
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⚖️ El Remate ⚖️ - Maria y Dionisio (Concluído)
Random"Mi corazón no está a subasta, si quieres ganarlo tendrás que hacerlo por merecerlo! " Nota: Si usted está leyendo esta historia en cualquier otro sitio que no sea en wattpad, los invito a leer directamente en el sitio original. 🚫El plagio es un de...