⚖️ El Remate ⚖️ - Maria y Dionisio (Concluído)

⚖️ ER 11 ⚖️

Penúltimo capítulo amores 🤩 😘

María: Un... está bien entonces... ahora déjame ayudarte a darle el biberón a nuestro niño...- hablé sentándome en el brazo del sillón en el que estaba.

Dionisio: Por supuesto mi amor. Quiero aprender... quiero ayudar en todo... él también es mi hijo.

María: Muy bien señor papá...- sonríe - mira, tienes que sostener así mi amor... ten cuidado de no girar demasiado...- lo expliqué todo bien.

Dionisio: ¿Así está bien? - sonríe girando un poco el biberón - ¿estoy bien mamá? - la miré sonriendo.

María: Sí, mi amor...- hablé sosteniéndolo en su mano, arreglándolo un poco más - está yendo muy bien... mira mi amorcito... papá aprende rápido...- sonríe.

Dionisio: Aprende sí - sonrí - eso es todo lo que quiero... aprender y cuidar muy bien de él... no es mi amor... no lo es - le dije tonto mirándolo.

Como había dicho, el otro día María despidió a la enfermera y contrató a una niñera. Ella es un amor de persona, se lleva super bien con todos, principalmente con María, las dos son muy amigas.

Habían pasado casi dos meses y todo estaba listo para nuestro tan soñado sí ante Dios, allí solo estarían nuestros amigos más cercanos. Lucía había sido juzgada y su sentencia fue cadena perpetua, aún contemplaron pena de muerte, pero no sucedió. Ella ya no tenía ninguna conexión con Valentín. Él era mi hijo con María, finalmente nuestra familia estaba bien y feliz.

María es una excelente madre, vive paparicando nuestro orsito de amor. Verlos juntos me hizo tan feliz. Allí estaba seguro de que había hecho el mayor remate de toda mi vida. Mi familia.

Ese domingo por la mañana había terminado de prepararme. Estaba tan nerviosa que no sabía cómo actuar ni qué hacer. Ya estaba casi lista, faltaba muy poco para decir sí a mi amor.

Marcia: ¿Está lista María? Dionisio debe estar a punto de hundirse en el piso de la iglesia - ri.

María: Sí...- sonríe volviéndome hacia ella - es... debería hacerlo... tal como es, ya debe tener un cráter allí.

Marcia: ¿Entonces vamonos? Antes de que entre en la tierra - ri - sé que no querrá quedarse sin su marido.

María: Vamos...- sonríe - ni siquiera...- nos reímos, luego salimos de allí y nos dirigimos al lugar de la boda... mi corazón estaba a mil... estaba tan nerviosa que me temblaba un poco la mano... nunca pensé que me casaría tan feliz como ahora... de lejos vi mi amor y le sonreí... como no tenían madre y mucho menos padre, Marcia entró conmigo llevándome hasta Dionisio... al llegar al altar, sentí que mi cuerpo temblaba mirando a Dionisio y le sonreí, que me miraba tan hermoso, con esa carita de enamorado que tanto amo.

Marcia: Cuida bien de ella en Ferrer - le sonríe.

Dionisio: Con mi vida - sonreí sosteniendo la mano de María y nos volvimos hacia el sacerdote, que comenzó a realizar nuestra ceremonia.

Padre: ¿María Fernández, acepta a Dionisio Ferrer como su legítimo esposo, para amar y respetar, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?

Miré a Dionisio y le sonreí tierna. Estreché un poco su mano y miré al sacerdote a continuación.

María: Sí!... acepto.

Padre: ¿Dionisio Ferrer, acepta a María Fernández como su legítima esposa, para amar y respetar, en la salud y en la enfermedad, en la riqueza y en la pobreza, hasta que la muerte los separe?