trente

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Te amo

Mordí mi uña nerviosamente. ¿Debía hacerlo? El partido estaba yendo muy bien, aunque íbamos uno a uno y necesitábamos ganar, antes de irnos a tiempo extra y penales. Antoine estaba jugando increíble, pero tenía una tarjeta amarilla y no puedo arriesgarme a que no pueda jugar en el próximo partido, si ganamos.

—Va, vamos a sacar a Griezmann —le dije al técnico a mi lado —que entre Dembelé —ordené y el llamó a Dembele para que empezara a calentar

Pasados unos diez minutos, hicimos el cambio. Antoine salió con una sonrisa algo incómoda de la cancha. Me acerqué a él

—Lo estabas haciendo increíble...

El me interrumpió —si, gracias —dijo cortante y fue a sentarse

Fruncí el ceño, pero decidí ignorarlo. El partido era más importante que su enojo en estos momentos

Pasaron unos diez minutos más en los que hicimos el cambio, Giroud metió un gol de cabeza, que si nos manteníamos así, nos llevaría a la final. Celebré con toda la banca el gol que nos abría el camino

El pitido final fue el que hizo que mi presión se normalizara, pues eso indicaba que estábamos en la final y yo no pude hacer nada más que sentarme a llorar en una esquina, estaba logrando mucho más de lo que muchos se esperaban

—¡Vamos, Alexia! —exclamó Mbappe a mi lado, mientras me abrazaba, sonreí ante su alegría. Todos estaban felices por lo que estábamos logrando.

Fuimos a los vestidores, en donde dejé que los muchachos celebraran y se cambiarán, para poder regresar al hotel. Sin embargo, me quedé esperando a una persona en específico, dejando de lado lo que sucedía en nuestra relación personal, noté su incomodidad al sacarlo del partido y sentí la necesidad de explicarle.

—Antoine —lo llamé cuando iba saliendo de los vestidores, él siguió caminando —Anto.. —volví a llamar, el no se volteó, suspire y camine hasta alcanzarlo —¿Puedes dejar a un lado tu actitud? —pedí ya cansada

Él me miró y noté que se encontraba molesto —¿Vas a decirme que sacarme cuando estaba jugando bien, no tiene nada que ver con lo que pasa entre nosotros? —preguntó, justo cuando algunos muchachos pasaban por nuestro lado. Los miré incómoda y tomé a Anto del brazo, para apartarnos y hablar mejor

—Sacarte del partido, no tuvo nada que ver con nosotros, Antoine —dije frunciendo el ceño —¿Me crees capaz de eso? —pregunté, un poco dolida, él se quedó callado —Para que sepas, te saqué porque ya tenías una tarjeta amarilla y te necesito...te necesitamos para el próximo partido, que por si no lo analizaste aún, es la final. Eres un jugador clave, Griezmann. Y mis decisiones el día de hoy, no tienen nada que ver con mis sentimientos hacia ti —termine de hablar, sintiéndome enojada por su actitud y me di la vuelta para irme

Escuche como suspiro y me tomó del brazo antes de que me retirara

—Lo siento, Alexia... —pidió y noté como su ceño se había relajado y ya no estaba molesto

Me solté de su agarre —es solo que... —miro a otro lado y luego regreso su mirada a mi —Te extraño...demasiado...no soporto la idea de no poder acercarme a ti y besarte después de cada partido, o de simplemente irnos a descansar juntos después de un día tan pesado. He estado irritable ultimamente porque me siento como un idiota por alejarte y no hacerte saber que si, que si estoy decidido y sí te quiero en mi vida, te quiero conmigo...Te amo, Alexia...eres lo mejor que me ha pasado en el ultimo año y creeme, quiero que me sigas pasando cada día...

Lo miré sorprendida...¿me ama? Pero, lo más importante, ¿lo hago yo?

Antes de poder responderle, nos llamaron, pues el bus ya se iba y nos iban a dejar

Directora técnica → Antoine Griezmann ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora