Directora técnica → Antoine Griezmann ✓

quatorze

Besos

La noche del cumpleaños de Lucas...

El ojiazul se acercó a mi oído –¿Vienes conmigo? –pregunto

A lo que yo, sin entender mucho a donde quería que fuera con él, me encogí de hombros y le dije que si

Tomó mi mano y me guió durante el trayecto. Entramos a la casa y subimos las escaleras. A este punto, mi corazón se me quería salir de lo rápido que estaba latiendo, me estaba muriendo de nervios.

Pronto, abrió una de las puertas, que honestamente no sabía si era la habitación de Lucas o de invitados, pero no le presté mucha atención a eso.

Entramos a la habitación y cerramos la puerta detrás de nosotros. Lo miré sin saber exactamente qué quería hacer y él solo me miraba sonriendo grande, como si de una travesura se tratase.

–¿Veremos una peli? –pregunte señalando la tv del cuarto, intentando disimular mis nervios

El negó y se acercó –Sabes...estas muy hermosa hoy –dijo mientras tomaba una de mis manos y entrelazaba nuestros dedos

Sonreí inevitablemente ante su declaración –Tú te ves muy guapo –le devolví el cumplido

El, sin dejar de sonreír, acercó su rostro al mío –He tenido ganas de besarte toda la noche... –murmuró

Trague saliva, mas no me aleje. Su cercanía me estaba poniendo aún más nerviosa, pero mentiría si dijera que no tenía ganas de besarlo también

–¿Qué te detiene? –pregunte luego de un rato en el que solo nos mirabamos

Sin dejar de sonreír, acortó la distancia entre nosotros y les juro que sentí todo un zoológico dentro de mi.

Todo empezó como un beso con pena, ambos solo conectando nuestros labios delicadamente. Permitiéndoles conocerse. hasta que en algún punto, la intensidad subió y pronto, mis manos se encontraban jugando con su cabello y las suyas, se encontraban en mi cintura, dejando suaves caricias.

Caminamos hasta chocar con la cama, donde Anto se sentó y yo, sin separarme de sus labios, me senté en sus piernas, con las mías a cada lado.

Sentí como las manos de Anto bajaban y se posicionaron en mi trasero, a lo que me exalte un poco. El quito sus manos y se separó, mientras me miraba preocupado

–Disculpa –pidió disculpas

Pero al ver sus mejillas coloradas, sus labios hinchados por los besos y sus hermosos ojos, negué despreocupada y volví a posicionar su mano en donde la había colocado.

Seguimos nuestra sesión de besos, hasta el punto en el que yo había perdido mi blusa y Anto su suéter, en alguna parte de la habitación; dejándonos a mi con el top que llevaba debajo de la blusa y Anto con su torso descubierto.

Luego de un rato, en donde mis manos se encontraban en su torso desnudo y las suyas se mantenían en mi espalda baja, nos separamos buscando aire.

Unimos nuestras frentes mientras tomábamos bocadas de aire, como si hubieras corrido una maratón.

–N.no sabes lo que me encantaria...hacer mas cosas contigo –murmuro luego de un rato en el que solo nos mantuvimos con las frentes pegadas y los ojos cerrados

Sentí mis mejillas calentarse más, si era posible, y sonreí –¿pero...?

El río –Pero no quisiera que nuestra primera vez fuera en la casa de Lucas –dijo divertido y ambos reímos