Desde que te fuiste [Chanbaek]

[11]

La primera vez que se entregó a Chanyeol, fue mágica. Su corazón latía rápido mientras el alto lo llenaba de besos y le susurraba palabras que lo amaba. Con el tiempo, su cuerpo se acostumbró al contacto íntimo, descubriendo un placer que los unía más allá de las palabras. Después de cinco años, su cuerpo reaccionaba de manera intensa al toque de Chanyeol. Se sentía nervioso, como si fuera la primera vez, pero esa ansiedad estaba mezclada con un deseo abrumador de sentirlo dentro una vez más.

Los labios del alto recorrieron su cuello con una necesidad apremiante mientras sus manos acariciaban cada rincón de su piel, provocando que Baekhyun se estremeciera con cada roce.  Los gemidos se escapaban de su boca al sentir la erección del otro sobre su ropa, lo estaba enloqueciendo.
No fue consiente del momento exacto en que su cuerpo empezó a dejarse llevar por su instinto, sus manos encontraron el camino hacia los pantalones del mayor. Una mezcla de nerviosismo y anticipación lo impulsó a acariciar su miembro con movimientos tímidos pero cargados de intensidad. La reacción de Chanyeol no se hizo esperar, su mirada ardiente se encontró con la de Baekhyun, junto sus labios cuando los movimientos se aceleraron.

 
El alto empujó suavemente a Baekhyun hacia la habitación, cerrando la puerta tras ellos sin romper el contacto. Con una destreza evidente, comenzó a desvestirlo con lentitud,
deteniéndose a besar cada centímetro de su piel como si fuera un tesoro que mereciera ser explorado y adorado.

A medida que avanzaba, podía percibir los cambios en el cuerpo de Baekhyun, y no le importaban en lo absoluto. Sus muslos y caderas lucían más pronunciados, y las pequeñas marcas de estrías en su vientre que dejaban rastro de su embarazo. Chanyeol no evitó detenerse en ellas, acariciándolas con ternura. Su corazón se estrujó cuando fue consciente de todo lo que había perdido. En su imaginación, visualizó a Baekhyun con su linda pancita embarazado de sus mellizos.

 
—¿Está todo bien? —preguntó Baekhyun al notar que se había detenido.
Chanyeol alzó la mirada y asintió con una sonrisa. Dejó un último beso en su vientre antes de ponerse de pie y acunar el rostro del más pequeño entre sus manos, dejando un beso casto en sus labios antes de tomar al hombre en sus brazos y acostarlo con suavidad en la cama.

Con cuidado, se posicionó entre las piernas de Baekhyun, acomodando sus muslos en su cadera mientras sus labios se unían en un beso ardiente. Poco a poco, se despojó de la ropa restante.

Baekhyun dejó sus manos reposar en el pecho del alto , recorriéndolo con melancolía. Si bien muchas cosas parecian no haber cambiado, notó la ausencia de ciertos moretones que solía esconder en el pasado.
Mientras sus caricias recorrían el cuerpo de Chanyeol, intentando revivir los momentos en que habían compartido situaciones similares en el pasado, el alto tomó su miembro y rozó su entrada.

—Espera — lo interrumpió, captando su intención—. No he tenido sexo en 5 años. No puedes simplemente meterlo.

Chanyeol asintió, buscando los labios de Baekhyun con urgencia. Un beso apasionado unió sus bocas, sus lenguas se entrelazaron con un fervor compartido. Al separarse, una línea de saliva quedó suspendida entre ellos, un detalle que Chanyeol aprovechó para humedecer dos dedos en la boca de Baekhyun. 

Luego de retirarlos, los dirigió hacia la entrada de Baekhyun, introduciéndolos con cuidado. Aunque encontró resistencia debido a la falta de actividad en esos años, comenzó a mover sus dedos suavemente, lo cual provocó un gemido suave en el mas pequeño, un sonido que siempre avivaba sus deseos.

Incrementó gradualmente el ritmo, añadiendo un dedo adicional. Baekhyun estaba consciente de la presencia de los niños en la habitación contigua, lo cual lo motivó a contener sus gemidos. Sin embargo, la atmósfera sensual que se había construido llenaba la habitación con una energía palpable, resaltada por sus gemidos que encontraban eco en los labios de Chanyeol.