Después de pasarle el plato de tostadas y que cogiera una, apoyé mis antebrazos en la encimera mirándola.
—Voy a ir a una fiesta con par de amigos más. Lo planeé desde el jueves pero como tu llegada fue sorpresa.. —me encogí de hombros—, podrías venir conmigo.
Asintió no muy confiada, como si tuviera miedo de no ser aceptada allí, cosa que me entristeció un poco.
...
Al ver a la morena salir de la habitación con su conjunto esbocé una sonrisa. A mí aún me quedaba para vestirme, pues me estaba afeitando y eso a ella le dio un poco más de ventaja.
Llevaba una mini falda plateada con pocos brillos ajustada a sus caderas y muslos, una camisa negra ajustada con un escote de palabra de honor y de zapatos sus botas altas negras.
Las ondas morenas de su cabello brillaban bajo la luz del atardecer que entraba por la ventana.Se decoró los dedos finos con par de anillos plateados y mientras se daba par de retoques noté las repetidas veces que se bajaba la camiseta negra intentando esconder su abdomen.
Siempre había pensado que Mar no tendría ningún tipo de complejo. Aunque después de escuchar a su madre no me extrañaba.
Para mí siempre se había visto bien. De la manera en la que fuera.Me vestí con una camisa de tirantes blancas ajustada y la remetí por dentro de unos vaqueros azul claro cortos. Encima me puse una camisa de lino de botones remangada de color azul y por último me calcé con unas botas negras.
Me dirigí al salón y vi como la castaña se levantaba del sofá mirándome con una sonrisa, al igual que yo a ella.
Salimos de la casa y nos dirigimos al sitio que yo le había dicho al taxista.
Al llegar era una villa bastante grande. Estaba llena de gente y música.
Presenté a Mar como mi novia intentando sonar lo mejor posible, aunque ella se veía un poco incómoda. Cosa que me preocupaba.Una chica de pelo rubio no tardó en acercarse a mí con una sonrisa. Llevaba un vestido rojo llamativo al igual que sus labios. Después de darle un trago a su copa me miró fijamente y señaló a Misho, el cual estaba alejado de nosotras divirtiéndose con el resto de hombres de allí.
Había oscurecido un poco y estaba con el grupo de amigos que había allí hablando, perdí de vista a la morena aunque cuando la encontré Laia se había alejado de ella.
Me preocupaba.Laia había sido una relación no confirmada por un tiempo, aunque en cuanto noté que no le importaba en absoluto lo sentimental, me alejé de ella.
Me acerqué a amar y me senté al lado de ella.
—¿Estás bien? —Le acaricié la espalda con delicadeza.
Dio un respingo del susto y cuando me miró a los ojos asintió levemente. No estaba demasiado seguro pero de lo que sí estaba seguro era de que la rubia le había comido el coco.
Volvimos a casa sobre las tres de la mañana y en el trayecto del taxi no hablamos de absolutamente nada, fuimos en silencio.Giré la cerradura con ayuda de la llave y entramos en el piso. Me quité los zapatos y me tumbé en el sofá acariciando a Mierdón.
Mar se perdió por el pasillo y fruncí el ceño. Aunque después pensé que probablemente iría a cambiarse la ropa por el pijama, pero no fue así.
Al llegar a la habitación las luces estaban apagadas, pero en cuanto ella me vio las encendió y se sentó en la cama.
—Qué te pasa? Llevas así desde la fiesta. —le pregunté preocupado pero ella no contestó— ¿Ha pasado algo que necesite saber?
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Opuestos || Misho Amoli
FanfictionDecíamos esa estupidez de que «somos diferentes», sin comprender que los polos opuestos siempre se atraen. Decíamos eso, en vez de darnos un abrazo que nos rompiera por fuera y nos edificara por dentro. -C...