Capítulo 22. 🔥

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Antes de empezar este capítulo, os quiero advertir de que hay un momento +18 casi al final, el cual he estado pensando mucho si escribirlo o no.
Para aquella gente que prefiera pasarlo pero no saltarse la historia, he echo lo siguiente;

Antes del momento, habrán tres puntos (como de normal cuando se va a cambiar de escena) pero después de esos tres puntos la letra será diferente.
Esa será la escena, después de volverá a cerrar con tres puntos y ya estaría JAJAJ.
Por si las dudas, no os perderéis porque antes de esos tres puntos, hay un momento de tensión y cuando se acaban los tres puntos, se enlazan con ambas partes.
(Espero que lo hayáis entendido)
Disfrutar !!

...

31 de octubre, 2023.

Me quité los auriculares intentando volver a regular mi respiración y las aletas de mi nariz. Ya había oscurecido un poco, eran aproximadamente las seis.
Con una mano me limpié el sudor que caía de mi frente y de la riñonera saqué las llaves del portal.
Al cruzarme con la vecina me miró de arriba a abajo, admirando mis pintas con cierta asquerosidad.
Alcé las cejas sujetando la puerta hasta que terminara de pasar, y en cuanto lo hizo, subí las escaleras.
Lo que más me gustaba del piso era que estaba en la segunda planta y no tenía que subir siempre por el ascensor.

Al llegar abrí la puerta  e hice que la maleta rodara por el suelo del piso. Seguido de ello abrí un poco más la puerta para pasar yo, pero fue imposible al notar como algo me impedía abrirla del todo.
Extrañada fruncí el ceño y al asomar la cabeza vi a Misho escondido en la puerta con unas margaritas en las manos.
Di un pequeño salto al no esperármelo y luego me abracé a su cuello enlazando las piernas en su torso.

Feliz cumpleaños. —Me murmuró en el oído.
Dejé un beso en sus labios y luego me bajé, recogiendo las flores, admirándolas.

Las dejé sobre la mesa del comedor y luego me quité los zapatos viendo el regalo sobre la mesita enfrente del sofá y par de globos alrededor.

—Estoy asquerosa.. —Abrí un poco los brazos y me miré de arriba a abajo.
Misho se llevó las manos a la cadera y sonrió.
Pues los pantalones te hacen buen culo. —Me guiñó un ojo.
—Mihail. —Rodé los ojos y le di un golpe suave en el hombro.

Me había pasado la mayoría de octubre ocupada. Con la empresa y también yendo a Barcelona cada vez que el tiempo me lo permitía.
A por cuadros que mi madre quería encargar o simplemente.. a ayudarla con la casa y que no se sintiera tan sola.
Guille y yo habíamos ido varias veces, Clara en cambio había tenido que irse a Alemania por un viaje de empresa, ella llevaba otra de las de mi padre.

Sonreí levemente y señalé los regalos sin saber que hacer con ellos.
El búlgaro asintió con tranquilidad indicándome que los abriera.
Al coger el primero me dijo que lo dejase para el final, parecía ser alguna prenda de ropa.
Cogí el otro, al abrirlo me encontré con una caja cuadrada pequeñita de tercio pelo azul. Cuando la abrí vi de lo que se trataba;
Una cadena dorada fina con una perla adornándola.

—Es preciosa, Mihail. No hacía falta. —Coloqué el collar en la palma de mi mano y le miré contenta.

Cogí el regalo que antes me había mandado a dejar sobre la mesa.
Al retirar el envoltorio me encontré con una camiseta, el último drop que había sacado en su web.
Solté una risa mirando la camisa de arriba a abajo y luego, me la probé.
Me puse de pie una vez la tenía puesta y di una vuelta poniendo los brazos en jarra.

—Si es que.. te podrás quejar. —Se acomodó en el sofá después de decir su frase con aquel tono de chulería.

Me senté en su regazo entrelazando mis manos en su pelo, uniendo nuestras bocas en un largo beso.
Me separé para coger aire y curvé mis labios hacia arriba en cuanto los suyos también lo hicieron.

Opuestos || Misho AmoliDonde viven las historias. Descúbrelo ahora