Narra: Danilo.
Es increíble saber. Como una discusión podría definir tu vida en tan solo un instante. Los sentimientos humanos, suelen pesar mucho más, que una decisión que tomaste apresuradamente. ¿El por que?.
Eso para mí. Siempre a sido muy sencillo de responder, y es que si existirá una lucha de empatía, contra la soberbia. La soberbia y "malos modales" ganarían por un gran número indiscutible. Vivir en una sociedad, que prefiere la soberbia, a la empatía. Es una cuestión con dificultad. Y si no saben el por qué.
Es decido a la maldad que existe en toda sociedad. De que todos prefieren ser soberbia que tener empatía o ser amable con quién lo merece, de que consideran una abominación las cosas buenas, y premian de una manera nefasta a la maldad. Que ya nadie ayuda a nadie por que si, sino que lo hacen por un buen común, es decir. Por algo a cambió.
La sociedad a dado un gran grado. Hasta haber alcanzado un punto, en el cual. Todo podría ocurrir y si no tienes una buena posición económica o influencias poderosas, no harás nada. Y solo quedas vulnerable a toda la maldad que se mueve en el planeta tierra.
El maravilloso aroma, que transmitía la deliciosa creaciones de mi madre. Me ayudó a levantarme del sofá y abrazarla por la espalda. Ella sonríe con alegría, mientras que su mirada se encontraba fijamente en el pastel de arándanos y chocolate, que tanto ama mi padre.
-Hace días, que no venías-ella se aleja de mi. Para así mirarme a los ojos con un poco de enojó-eres un mocoso-con su mano derecha. Se asegura de darme con fuerza en la frente, causando que retrocediera mi cabeza hacia atrás.
-¿En serio me regañaras por eso?. Sabes muy bien que tu hijo es un doctor, no solo reconocido internacionalmente como el mejor. Sino también con una agenda muy ocupada.
-¿Y eso a mí que me importa?-ella me da un golpe aún más fuerte. Pero esta ves en mi brazo izquierdo-¿O que, acaso pensabas que no sabía que fuiste a una fiesta ayer y hace dos días?. En lugar de gastar tu tiempo con tantas mujeres que solo ves una vez, deberías venir y visitar a tus padres-el sonríe con ternura. Para así tomar su cabeza en mis manos y dejar un casto beso en la coronilla de su cabeza.
-Prometo venir más seguido. ¿Satisfecha?-ella intenta ocultar su sonrisa. Para así solo hacérse la desinteresada de mi conducta y concentrarse en su pastel. Gracias a mi madre, ser el mejor neurólogo y odontólogo pediátrico, no ha sido un problema. Es ella la que se encarga de mis comidas, aún cuando no tengo tiempo para comer, ella se encarga de hacerme algo rápido de comer y nutritivo. Mi madre es la mejor chef del país, toda su vida, fue enfocada en su carrera. Sus hijos y mi padre, es una magnífica madre y una extraordinaria esposa. Realmente, no se qué haría sin ella en mi vida, sin duda alguna, sería un desastre.
-¿Ya pensaste que le regslaras a tu hermana?-enfoca nuevamente su mirada en mi-espero que sea algo lindo. Y no un quith de primeros auxilios como el año pasado.
-¿De que hablas?. Pero si a ella le encantó?.
-Por supuesto-la pequeña rubia dejo aquí mochila en la mesa. Para así acercarse a nosotros, cruzados de brazos y con su rubia derecha alzada-aun lo tengo debajo de mi cama. No lo se, quizás esté año podrías regalarme un ultrasonido.
-¿De que hablas?. Tu ni siquiera lo necesitas-le indico con burla. No podía creer como Bailee podría estar rodeada de tantos doctores y ella aún no saber que es un ultrasonido.
-Por eso lo digo. Así de innecesario fue tu regalo del año pasado-suelto una gran carcajada. Al caer encuenta su ironía.
-Este año cumples dieciséis. ¿Crees que es momento de tener un auto?-la sonrisa de la rubia se puso par en par. Mientras que la mirada de mi madre, me indico que no le había hecho gracia mi propuesta. Aunque fuera sincera.
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¿Tú y yo?
RandomDanilo es un doctor prodigio, él cual pertenece a una familia poderosa. Un sentimiento y cientos de secretos. Miles de dificultades que tendrán que enfrentar con la mayor discreción posible. O por lo menos. Eso a ocurrido la mayor parte de su vida...