Capítulo cuatro: Reunión Familiar

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Narra: Camil.

La puerta de mi habitación es abierta con delicadeza. De esta manera, puedo apreciar la entrada relajante de mi padre. El se asegura de cerrar la puerta de mi habitación con tranquilidad. Mientras que toma asiento a mi lado.

-¿Esta todo bien?-le pregunto con curiosidad. Mientras que mi atención y mirada, se encuentra en la revista de modas.

-Eso me gustaría saber-alzo mi mirada con confusión. Para así abrir mi boca medidamente, al entender lo que estaba indicándome.

-¿Lo dices por el cumpleaños de mamá?-una vez más. Enfocó mi mirada y atención en la revista.

-Camil-el toma la revista con sus manos. Para así dejarla aún lado-me refiero a Olivia. ¿Porque debes ser tan cruel con ella?.

-¿De que hablas?. Es ella la que no desea madurar y solo nos deja en ridículo-con tranquilidad. Se acerca aún más a mi, para así absorberme con sus preciosos ojos azules.

-Debes intentar entenderla un poco.

-¿Hablas en serio?-no podía creer que estuviera de parte de Olivia. Es ella la irresponsable, pero soy yo, la que siempre resive los regaños-ella sabe lo importante que es esta fiesta. Y aún así, no le importó, se atrevió a llegar tarde, y luego solo se presentó con una amplia sonrisa y como si nada pasará. ¿Realmente crees que eso es algo justo?.

-Camil...-no permito que mi padre continúe. Sabía perfectamente lo que estaba apunto de decirme, y no, estaba cansada de ser siempre la estúpida. Que solo frena a Olivia, no soy un monstruo o amargada. Solo deseo que no arruine a nuestra familia con sus acciones.

-No esta vez. Ella debe de madurar de una vez por todas, es la maldita zorra de los desconocidos. ¿Realmente crees que eso es algo justo?. Olivia debe de madurar, es parte de esta familia. Y no pienso ser blanda con ella, solo por que mi tía murió y su padre también. No es justo que actúe de esta manera. O acaso dime. ¿Le a faltado amor, comida o comodidades?. Pertenece a una gran familia con prestigio. Pero se comporta como una cualquiera. ¿Como piensas que un hombre de nuestra misma clase social, pueda fijarse en ella?-y esto no era un acto de odio. Por supuesto que no, yo solo deseaba que no arruinara su futuro, pero al parecer. Solo yo me preocupaba por eso.

-Debes aprender a utilizar tus palabras. Quizás tú hermana sea un tanto promiscua.

-¿Solo un tanto?. Padre, ella es...-ahora es el. Quien posa sus manos a unos centímetros de mi rostro, indicándome de esta manera. Que me quedé en silencio.

-Son diferentes. Pero Olivia ya es una adulta.

-Eso no justifica para nada su maldita actitud.

-Ya basta. Debes parar, de lo contrario, acabarás exponiendo ciertos sentimientos que realmente no sientes y acabarás haciéndole daño. Así que lo único que te diré con respecto a esta situación, es que seas sabía hija mía. Mide tus palabras y no permitas que tú enojo te impulse a decir cosas que realmente no sientes. Usa un poco más la inteligencia, y solo calla-¿Acaso eso era algo posible?.

Solo deseo lo mejor para esta familia. Nuestro abuelo es el cenador de Nueva York, y por cuestiones políticas, debemos demostrar una buena imagen. ¿Pero de qué sirve esforzarse tanto y intentar ser tan perfecta?. Cuando toda mi vida, me he restringido de tantas cosas, y Olivia hace hasta lo que una persona "normal" no debería hacer.

Así que no. No pararé, no me quedaré de brazos cruzados, viendo cómo mi hermana destruye su vida con sus estúpidas decisiones. Debe de madurar, y debe hacerlo ya. De lo contrario.

Acabaré perdiendo la cabeza por completo.

Narra: Danilo.

Y ciertos recuerdos. Se convierten en tu peor enemigo. De que quizás hubiera servido de ayuda, que alguien te lo advirtiera. Que alguien te dijera todo lo que hiba a pasar, y es que todo eso. Fue algo que nos tomo de sorpresa, nadie esperaba o imaginaba que algo como eso estaba ocurriendo.

¿Tú y yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora