Narra: Danilo.
Un amor no correspondido, que va más allá de tus mayores deseos. Es esa fuerza que aún me mantiene de pie. Esa misma fuerza que me desespera en varios aspectos de mi vida. Se que sentir todo esto que siento por Yolanda, no me está haciendo bien.
Habeses siento que debería de confesarle mis sentimientos, pero otras veces, solo siento que será un desperdicio de mi tiempo. O por lo menos, es de esa manera como me miento a mi mismo. ¿Y porque sería una mentira?. Pues, porque si le llegará a confesar todo lo que siento, y ella no aceptará mis sentimientos. Se que mi corazón se destrozaria de una forma que jamás podría volver a reconstruirlo. Así que me encontraba haciendo lo que en estos momentos.
Mejor me ayuda a aliviar mi estrés y frustración. Subo con velocidad las colinas, el árbol que trepaba junto a Graciela cuando éramos solo unos niños. Continuaba siento tan hermoso como ese entonces. Habeses sentía que hacer ejercicio en la mansión de mis padres, me ayudaba mucho más que ir a el gimnasio. Quizás esto se deba, a que cuando mi padre tuvo la idea de hacer un gimnasio dentro de la mansión, mi madre se lo prohibió, y dijo que era mejor idea.
Que saliéramos al "jardín" el cual siempre a contado de colinas, árboles, flores y muchas frutas. Es como una hacienda, pero sin caballos o gallinas. Me doy vuelta, para así mirar a mi hermana, la cual intentaba seguirme el pasó subiendo la colina.
-Vamos escarabajo, ya falta poco para que llegues-le indico estando una ves más en la cima. Ahora debía felicitar al jardinero, y esto debido, a que el césped jamás se avistó tan bien como lo está ahora.
-Te eh dicho miles de veces que no me llames así-ella acelera un poco su paso. Para así lograr llegar adónde yo me encontraba, su respiración se encontraba acelerada y su rostro estaba bastante rojo, esto debido. Al profundo cansancio, y es la clara razón por la cual hacemos esto, Bailee necesita tomar aire fresco, tener buenas calificaciones, es algo muy bueno. Pero Bailee es la clase de chica que podría pasarse todas las vacaciones, leyendo libros o inventado sus recetas, cosa que amaba. Ya que podría probar múltiples platillos deliciosos y originales. Pero debía salir y tomar ejercicio, solo así.
-Y yo te eh dicho miles de veces que no te dejaré de llamar así-le indico sonriente. Odiaba que le dijera escarabajo, y a mi me encantaba ver cómo fruncía su ceño al estar enojada, por que la llamo de esa manera. Ella rueda sus ojos con molestia, para así finalmente llegar definitivamente a la sima.
-Eres un tonto-ella se inclina hacia mi y me da un ligero golpe en la cabeza. Yo me acuesto en el césped, y Bailee se acostó a mi lado. El día era hermoso, parecía que hiba a estar muy soleado, amo los días soleados.
-¿En que piensas?-le pregunto curioso. Por saber lo que estaba pensando.
-¿Porque piensas que estoy pensando algo?-ella rueda un poco su rostro a la derecha. Para así devorar mi mirada con sus hermosos ojos azules, Beilee ya había cumplido dos años desde que entró a la universidad. Y aunque es una niña feliz, se muy bien que finge con tener amigo, es muy tímida y casi no le gusta hablar. Es mejor escuchando, que para hablar. Es muy inteligente y tan hermosa, verla. Es como tener a mi lado a Charlotte.
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¿Tú y yo?
RandomDanilo es un doctor prodigio, él cual pertenece a una familia poderosa. Un sentimiento y cientos de secretos. Miles de dificultades que tendrán que enfrentar con la mayor discreción posible. O por lo menos. Eso a ocurrido la mayor parte de su vida...