Capítulo seis: Un pequeño accidente

9 1 0
                                    

Narra: Danilo.

-Solo piénsalo-necesitabamos unas vacaciones. Oliver es como ese hermano que jamás tuve, un poco amargado y molesto, pero lo quiero como un hermano. Se excede trabajando, así que unas vacaciones. Nos sentaría bastante bien.

-Concentrate en el camino-manejar en su compañía. Era muy estresante, ya que el pelinegro es todo un perfeccionista irremediable.

-No me interrumpas. Sabes perfectamente que no me gusta que me interrumpan cuando estoy manejando-me quejó por su falta de atención, delante de esta situación tan importante para mí.

-Y yo preferiría vivir por unos veinte o treinta años más si es posible-me indica con una sonrisa fingida. No comprendía por que se comportaba de esa manera, sin duda alguna, soy el mejor conductor de Los Ángeles. Es más, de todo Estados Unidos.

-¿Para que quieres tantos años más si no disfruta tu vida justamente ahora?-Oliver tenía mucha suerte de tener un amigo como yo. Y es que sin duda alguna, nuestras personalidades son completamente diferentes, pero yo me encargaría de que el pelinegro disfrutará su juventud, es guapo y tan inteligente. Quizás no habla mucho, pero posee un gran corazón, así que debía encontrar la manera de que el disfrutara de su juventud como debía.

-¿En serio harás esto justamente ahora?-acelero un poco más.

-Es que solo piénsalo-poso mi mano derecha en su hombro izquierdo, para así manejar con mi mano izquierda-un mes completo de tranquilidad. En las playas de las Lomas, piña colada y chicas en bikinis durante el verano. ¿Acaso esa idea no te emociona?. ¿No deseas tener unos buenos melones en tu rostro?-trato de deshacerme de la imágen de Yolanda desnuda. Dios, esos senos si que me provocan-O donde desees-el objetivo era irnos de vacaciones. No me importaba adónde-el punto es ser creativo-lo observó y le guiño y ojo derecho con picardía. Oliver merecía vivir la vida, y no envejecer, teniendo el único recuerdo del trabajo. Y no digo que yo no sea un adicto al trabajo, se que lo soy, pero por lo menos. Disfruto mi tiempo libre al máximo.

-Mira hacía adelante-y en solo cuestión de segundos. Siento como he impactado algo, el pelinegro y yo regresamos nuestra mirada a el camino. Sin poder creer lo que había acabado de ocurrir.

(.....)

Sentía como mi corazón estaba apunto de salirse por mi boca. Esto era un total desastre, jamás pensé que algo como esto llegará a ocurrirme. Dios, tu eres testigo de que no soy una mala persona. Nunca fue mi intención impactar a esa chica, jamás quise hacerle daño. Nunca antes a rodado por mi mente, hacerle daño a una persona. Dios, si realmente estás hay, te pido que me ayudes con esto. Por favor, mis padres no podrían soportar ver a su hijo en la cárcel.

Haré lo que sea. Solo ayudame con esto. Camino de un lugar a otro, los nervios estaba calcomiendome, de una forma que jamás pensé posible. Esto era un completo desastre, jamás espere que ocurriera algo como esto. Y me siento tan culpable, soy un completo imbécil, debí prestar más atención en el camino. En lugar de hablar con Oliver.

-Ya calma. Harás que te dé un infarto,-Oliver es el rey del melodrama. Así que por más que lo pensaba, no podía entender. ¿Como es que podía estar tan tranquilo en este momento?-y será peor-sentia que en cualquier momento me daría un infarto. Cielos, no podía manejar esta clase de nervios, trago en seco. Para así detenerme abruptamente, al momento exacto que el pelinegro me toma de los hombros y me obliga ha mirarlo ha los ojos-ya basta, trata de tranquilizarte un poco. Ya te dije que no presenta heridas internas-me asegura con firmeza.

-Pero era mi auto-esto estaba matándome-y fuy yo precisamente quien la impacto. ¿Tienes alguna idea de lo que podía perjudicarme todo esto la reputación de mi familia o mi prestigio profesional?-no podía solo estar tranquilo. Cuando estaba conciente de todas las consecuencias que me podrían traer algo como esto.

¿Tú y yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora