Me gusta pensar que los escritores evolucionamos, al igual que las personas. Este libro de poesía se ha convertido en algo más profundo, donde no solo hablo de nuevas experiencias y emociones, sino que se comienza a tener contacto con un mundo más real y adulto.
Durante el proceso, un obstáculo se interpuso haciéndome replantear si continuar. Y es que cuando de repente una persona se marcha sin decir adiós, la culpabilidad de no haber estado ahí te consume.
Quiero dedicarle este libro a mi abuela. No estuviste en todos los momentos que hubiese gustado, pero durante todos estos dieciséis años fuiste única y diferente. También a mis padres y a mi hermana Laura, quienes siempre me han despejado las piedras del camino, aunque yo no quisiera.
Con este libro, espero que haya aclarado que por muy rota que esté una persona, no hay motivo para no ser noble a uno mismo.
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La nobleza de un corazón roto
Poesia¿Alguna vez has visto un corazón roto? ¿Alguna vez has sentido un corazón roto? Extraño, porque cuando un alma se rompe, no grita. Solo hay silencio. El corazón está cansado de continuar el camino, del dolor que implica vivir. Aun así, antepone a l...