Driving to Death. • Toll/Twc

Capitulo 22: Esclavas

POV: Danika

Me sincere con alguien después de años y fue con quien menos esperaría, Hazzel y Bill me parecían estúpidamente confiables, les podría decir que soy una asesina a sueldo y se que ninguno de los dos me juzgaría, pero en definitiva no lo haría, no quería arruinar el momento de paz que teníamos. Me parecía increíble que todos quedáramos en un lugar, no tenía la mínima idea de que Hazzel y los polos opuestos fueran amigos, no parecen un grupo de amigos normal ¿Cierto? Dos hermanos que parecen homosexuales, una masculina pelirroja alcohólica demasiado guapa, un cabellos lacios que se altera a la mínima y un rubio hijastro de un narcotraficante. Vaya diversidad de personas que encuentras en las calles de Hamburgo, como si ellos mismos fueran su propia pandilla estaban el uno para el otro, aunque ahora no lo pareciera.

"ángeles caídos, ustedes parecen verdaderos ángeles, no por que estén guapos si no porque realmente irradian la misma energía." Esa frase la recordaría por este y mil años más, tuve una obsesión con los ángeles cuando era una niña, la mierda de creerme un ángel caído llego tan lejos que lo adopte como una personalidad, realmente pensaba que yo no merecía estar en este plano terrestre y tampoco debería estar en el cielo, yo debería estar en el infierno con el diablo o en el limbo con la misma muerte, pero Bill... Bill no parece el tipo de persona que merezca estar en el infierno, el es ese tipo de Ángel que llega a la vida a iluminar y cuando se va todo se vuelve oscuro. El es el verdadero ángel que camina entre nosotros.... O al menos eso es lo que pensaba. Aunque Hazzel dijera que Bill y yo dábamos la misma energía... no era real, Tom y Bill siempre encajarían a la perfección y se notaba desde el primer minuto que los conocí.

- ¿Qué? - le pregunto Bill a su hermano que ahora se acercaba a nosotros disgustado, como si le hubieran puesto los cachos en su cara.

-Nada, ya me voy- dijo alzando los hombros y deteniéndose frente a nosotros. - ¿Te vas conmigo? - le pregunto a Bill metiendo sus manos en los bolsillos traseros de sus anchos pantalones.

-No- hablo firmemente el menor, la pelirroja y yo solo nos volteábamos a ver confusas. -Vete tú, no me iré contigo- saco unas llaves de su pantalón y se las extendió a Tom.

- ¿con quién te vas a ir?, ¿Con esa? - me señalo con la cabeza, aun mantenía ese ceño fruncido.

-No es "esa", tiene nombre que por cierto no sabes por que te la vives tonteando con el amor- escupió Bill y levanto las llaves hasta la mirada de su hermano. -Toma mi carro y vete, no te debe de importar con quien me vaya, somos malditos gemelos, no la misma persona. Puedes andar solo por las calles, puedes ser un misero asesino... asesino de corazones y no estar pegado a mi–

-No te hagas el fuerte ante ojos de cielo, ambos sabemos que también eres un asesino de corazones. No discutiré contigo por que eres cruel y vil cuando algo no te parece, no te aguantare más. - Tom hablo y se acerco a Bill lo suficiente como para que el de mechas se sorprendiera. ¿Ojos de cielo? ¿Yo soy ojos de cielo?

- ¡BIEN VETE, SI SOY CRUEL Y VIL COMO DICES, ALEJATE DE MI Y NO QUIERO QUE APAREZCAS MAÑANA! - grito Bill y su gemelo dio pasos atrás asintiendo y dando una media sonrisa.

- Me iré y no volveré jamás... Te juro Bill... te juro que me extrañaras cuando no esté- su voz se cortó y le arrebato las llaves al otro polo opuesto, se acercó a mí y me susurro. -Ojos de cielo... Gustav ya esta despierto, sal de aquí, no le cuentes a su padrastro ni a su madre y por lo que más quieras, te lo ruego e imploro... no te metas con Bill en ningún sentido más allá de una amistad- se alejo de mi y se despidió de Hazzel dándole un beso en la mejilla, troto a lo largo del pasillo y se dirigió hasta las escaleras, no espero al elevador, tenia prisa de irse lo más rápido posible. Entonces me di cuenta que yo era ojos de cielo, ¿Por qué?, solo ellos lo saben, también me di cuenta que esa pelea no fue del todo fraternal... fue extraño presenciar eso y yo estaba segura que Hazzel también sintió la incomodidad. El silencio entre los tres duro poco por que Hazzel volvió a hablar