Había descubierto que tenía poca paciencia.
Las cosas de la boda estaban causándome estrés.
Pedri siempre intentaba ayudarme en todo lo que podía, aunque a veces acababa yéndose para que no le tirara con el mando de la televisión.
Su madre había sido de gran ayuda y sinceramente lo agradecía.
Se había dejado caer por aquí para ayudarme, pero había tenido que ir a Tenerife unos días, así que hacerlo sola estaba siendo algo difícil.
Pedri entró por la puerta cuando yo estaba a punto de pegarme un tiro.
Se acercó a mí y me miró fijamente.
– Cariño, deberías darte un descanso. Esta noche vamos a salir a cenar ¿vale?– murmuró besando mi frente.
– No quiero que salga nada mal.
– Alba, me importa bien poco la decoración. Con verte vestida de novia y dándome el "sí quiero" habré ganado en la vida.
Sonreí y me colgué de su cuello.
Me agarró cogiéndome en brazos y subió las escaleras para entrar en nuestra habitación.
Me dejó sobre la cama y después se quitó la camiseta tirándomela.
Me reí y la aparté de mi cara.
– Voy a ducharme, después entras tú y luego nos vamos a cenar.
Lo miré fijamente y asentí.
Últimamente estábamos saliendo poco de casa juntos, porque entre los preparativos de la boda y sus entrenamientos era algo casi imposible.
Lo vi entrar al baño y solté un suspiro.
Un rato después salió peinándose y entré yo.
Al terminar nos vestimos y nos montamos en su coche.
– ¿Que quieres cenar?– preguntó mientras conducía.
– Me da igual, mientras te tenga de acompañante.– murmuré sonriendo.
– Claramente soy el único acompañante.
– Bueno, tengo un amigo que quiere quedar para cenar.
Le vi mirarme de reojo y entonces puso una de sus manos en mi muslo y lo acarició en círculos.
– Pues ese amigo tuyo tendrá que vérselas primero con tu prometido y con mi puño.
Me eché a reír y le agarré la mano.
Llegamos a un restaurante y me abrió la puerta.
Bajé y me agarré a su brazo para entrar.
Estuvimos cenando tranquilamente y después decidimos dar una vuelta.
Íbamos paseando por la calle tranquilamente mientras yo me agarraba de su brazo.
Vi a una pareja correr detrás de un niño pequeño y me eché a reír.
– ¿De qué te ríes?– preguntó Pedri a mi lado.
– Aquellos dos.
– Seremos nosotros en unos años.
Lo miré fijamente.
– ¿Unos años?– pregunté mirándole.
– Bueno, cuando tú quieras. Sinceramente no hay cosa que más quiera que tener niños contigo.
Lo miré sonriendo y me agarré a su brazo más fuerte.
– Si van a ser como tú no estoy tan segura.– murmuré sonriendo.
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𝐒𝐔𝐏𝐄𝐑𝐍𝐎𝐕𝐀 +18 | Pedri
Teen FictionAlba y Pedri han sido siempre la dupla perfecta, se conocen más que a ellos mismos pero ninguno conocía los sentimientos del uno del otro y con la marcha de Pedri ese lazo que les une se vuelve más frágil.