𝑿. 𝘔𝘈𝘓 𝘗𝘙𝘌𝘚𝘈𝘎𝘐𝘖

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Abrió los ojos con cuidado, abrumado por la luz matutina que lo golpeó sin piedad como el dolor en cada fibra de su cuerpo, obligándolo a cerrar los ojos oscuros de nuevo

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Abrió los ojos con cuidado, abrumado por la luz matutina que lo golpeó sin piedad como el dolor en cada fibra de su cuerpo, obligándolo a cerrar los ojos oscuros de nuevo. Cuando despertó, estaba en una cama desconocida, rodeado de vendas y ungüentos. Una mujer mayor, de cabello cano, piel oscura y mirada bondadosa le sonrió al verlo abrir los ojos.

──¿Cómo te llamas, muchacho? ── le preguntó con voz dulce.

Él se incorporó con dificultad, sintiendo un mareo. Intentó recordar lo que había pasado, pero su mente estaba algo borrosa.

──Prabhakar, Pavitr Prabhakar── dijo su nombre sin pensarlo mucho, enfocado más en recordar lo que había pasado ──¿Qué... qué me ha ocurrido? ¿En dónde estoy?── preguntó con angustia.

La señora le acarició la frente con ternura.

──Tranquilo, niño. Estás a salvo. Estás en nuestra granja, a las afueras de Hell's Kitchen. Mi hijo te encontró medio muerto en el río, cerca del castillo. Estabas muy malherido, pero logramos curarte las heridas. Estarás como nuevo con un poco de reposo── le explicó intentando transmitirle calma.

Pavitr sintió un nudo en la garganta. Recordó lo abrupto del momento, el miedo y la impotencia qué sintió bajo las aguas heladas de aquel río, y el momento en el qué dejó de luchar, pues creyó que le había llegado la hora.

──El carruaje... la yegua... el señor Parker...── susurró mientras comenzaba a hiperventilar.

──Calma, calma, no te alteres, aún no estás del todo bien── la amable señora se inclinó sobre él para ofrecerle un tarro de agua.

──El señor Parker y yo íbamos de camino a ver a su hija. No sé si él... si él esté vivo── dijo con lágrimas en los ojos, tomando del agua entre hipidos.

──Oh, mi cielo. Lo siento mucho. No sé nada de ese hombre. Mi Hobie solo te encontró a ti. Pero tal vez alguien más lo ayudó. No pierdas la esperanza── lo consoló ella.

Pavitr se aferró a ella, buscando algo de consuelo. No podía creer que Peter estuviera muerto. No podía aceptarlo. Él era su señor, su protector, su amigo. Sin él, no tenía nada.

Pasaron varias semanas antes de que Pavitr pudiera levantarse de la cama. La señora Brown y sus hijos lo cuidaron como si fuera uno más de la familia. Le dieron comida, ropa y un lugar donde dormir a pesar de no tener mucho, pues eran una familia de granjeros humildes que vivían de lo que cosechaban y de lo que vendían en el mercado. Hobart, el joven qué lo halló al salir el sol cuando pescaba en el río y que no dudó en subirlo a su carreta en cuanto vió que aún estaba con vida, era el mayor de cinco hermanas. Era un chico alto y fuerte a pesar de su contextura delgada. Tenía una sonrisa amable y un carácter caótico. Pavitr se llevaba bastante bien con él, mejor que bien.

𝑼𝒏𝒅𝒚𝒊𝒏𝒈 | SpiderdadsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora