Capitulo 5 Parte 2

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   Alguien toco la puerta, mi hermana se quedaría a dormir con una de mis tías y mi madre no estaría en casa hasta el próximo fin de semana. Me quede sentada, tratando de asimilar que no hubiese sido mi imaginación, quizá me sentía sola, y me imagine que alguien me vendría a ver. Otro toque. Salí a toda prisa de mi habitación y me quede frente a la puerta.


-¿Quien?-. Grite sosteniendo la manija de la puerta.


-Soy yo-. La voz que se escuchaba del otro lado de la puerta era una voz

masculina.


-¿Park?, ¿Eres tú?-. Dije un poco confundida, esperaba a todos menos a Park, aunque de todos a los que podría esperar, era a Park al que más deseaba encontrar. Abrí poco a poco la puerta, el tenía una gran sonrisa y en sus manos una caja de pizza. -¿Qué haces aquí?-


-Estaba solo en casa y he comprado una película que muchos me han recomendado, pero, no me gusta ver películas solo y Charlie no esta, iría a ver a Caterine pero, por alguna razón mis pies me trajeron hasta acá. ¿Puedo pasar?-. Su sonrisa me atrofiaba el cerebro, lo miraba a los ojos y al mismo tiempo sonreía como idiota.


-Claro, pasa.


-¿Esta alguien en casa?


-Sólo yo-. Lo lleve hasta la sala donde se encontraba la televisión. -Siéntate.


-Gracias.


-¿Qué película trajiste?


-Esta-. Dijo enseñándomela. "Bajo la misma estrella".


-¿En serio?


-Muchas me la han recomendado-. Crucé los brazos y fruncí el seño.


-¿A caso quieres verme llorar?


-¿Es muy triste?


-Mucho.


-Si no la quieres ver, entenderé.


-Nunca dije que no la quería ver.


-Dame eso-. Tomé la película y la metí al dvd. -¿Quieres algo de beber?


-¿Tienes cerveza?


-En esta casa esta prohibido tomar.


-Entonces ¿Qué hay?


-No lo se, ¿Vamos a ver?


-Claro-. Le puse pausa y lo guié a la cocina.


   Abrí todas las puertas de la cocina y tome algunas botanas y platones, tomamos las bebidas y regresamos al sillón puse en marcha la película y nos sentamos.

Me coloque con las piernas como lo hacen las personas que van a yoga, estaba concentrada en la película pero también estaba concentrada en sus ojos, su sonrisa,su cabello, sus manos, sus brazos, sus pestañas, su risa. Cuando él volteaba a verme yo apartaba la vista, tratando de disimular que lo veía. En más de tres ocasiones estuve a punto de agarrarlo de la mano pero hacía un gran esfuerzo para no hacerlo. Cuando me distraía, podía sentir que me veía, y en ese momento mi cuerpo se estremecía, la piel se me ponía de gallina y mi corazón latía con tanta fuerza que sentía que se me saldría.


-Tengo frío, iré por una sudadera, ¿Quieres una?


-No, no, estoy bien, gracias. De echo, yo ya tendría que estar en casa, son 9:53.


-Oh, esta bien.


-Te ayudare a levantar.


-Gracias, no es necesario.


-Yo quiero hacerlo. Por favor. Tú ve y ponte la sudadera, puedes enfermarte.


-Esta bien-. Su voz sonaba tierna y preocupada, yo le importaba. Y preocuparle a alguien es el mejor sentimiento que pueden regalarte.


   Me quede mirándolo, él sonreía y yo sonreía. Caminó lento hacia mí, me veía fijamente a los ojos. Yo temblaba y no era frío, era algo que él causaba, ¿Y que

importa el tiempo y las palabras si esta el lenguaje de las miradas? ¿Y qué más da si no me dice algo? puedo adivinar lo que trata de decir solo mirándolo a los 

ojos. Y me sentía tan bien estando ahí con él, sabía que no tenía que ser así, pero así era y me encantaba, porque a veces, por más que uno quiera evitarlo, los sentimientos llegan y no hay forma de deshacernos de ellos aunque nos alejemos.


-Ya vuelvo-. Dije antes de que se acercara más.


-Ve, yo me quedo acomodando-. Me sonrió y yo asentí, subí lo más rápido que pude.


Extraordinary girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora