Alguien toco la puerta, mi hermana se quedaría a dormir con una de mis tías y mi madre no estaría en casa hasta el próximo fin de semana. Me quede sentada, tratando de asimilar que no hubiese sido mi imaginación, quizá me sentía sola, y me imagine que alguien me vendría a ver. Otro toque. Salí a toda prisa de mi habitación y me quede frente a la puerta.
-¿Quien?-. Grite sosteniendo la manija de la puerta.
-Soy yo-. La voz que se escuchaba del otro lado de la puerta era una voz
masculina.
-¿Park?, ¿Eres tú?-. Dije un poco confundida, esperaba a todos menos a Park, aunque de todos a los que podría esperar, era a Park al que más deseaba encontrar. Abrí poco a poco la puerta, el tenía una gran sonrisa y en sus manos una caja de pizza. -¿Qué haces aquí?-
-Estaba solo en casa y he comprado una película que muchos me han recomendado, pero, no me gusta ver películas solo y Charlie no esta, iría a ver a Caterine pero, por alguna razón mis pies me trajeron hasta acá. ¿Puedo pasar?-. Su sonrisa me atrofiaba el cerebro, lo miraba a los ojos y al mismo tiempo sonreía como idiota.
-Claro, pasa.
-¿Esta alguien en casa?
-Sólo yo-. Lo lleve hasta la sala donde se encontraba la televisión. -Siéntate.
-Gracias.
-¿Qué película trajiste?
-Esta-. Dijo enseñándomela. "Bajo la misma estrella".
-¿En serio?
-Muchas me la han recomendado-. Crucé los brazos y fruncí el seño.
-¿A caso quieres verme llorar?
-¿Es muy triste?
-Mucho.
-Si no la quieres ver, entenderé.
-Nunca dije que no la quería ver.
-Dame eso-. Tomé la película y la metí al dvd. -¿Quieres algo de beber?
-¿Tienes cerveza?
-En esta casa esta prohibido tomar.
-Entonces ¿Qué hay?
-No lo se, ¿Vamos a ver?
-Claro-. Le puse pausa y lo guié a la cocina.
Abrí todas las puertas de la cocina y tome algunas botanas y platones, tomamos las bebidas y regresamos al sillón puse en marcha la película y nos sentamos.
Me coloque con las piernas como lo hacen las personas que van a yoga, estaba concentrada en la película pero también estaba concentrada en sus ojos, su sonrisa,su cabello, sus manos, sus brazos, sus pestañas, su risa. Cuando él volteaba a verme yo apartaba la vista, tratando de disimular que lo veía. En más de tres ocasiones estuve a punto de agarrarlo de la mano pero hacía un gran esfuerzo para no hacerlo. Cuando me distraía, podía sentir que me veía, y en ese momento mi cuerpo se estremecía, la piel se me ponía de gallina y mi corazón latía con tanta fuerza que sentía que se me saldría.
-Tengo frío, iré por una sudadera, ¿Quieres una?
-No, no, estoy bien, gracias. De echo, yo ya tendría que estar en casa, son 9:53.
-Oh, esta bien.
-Te ayudare a levantar.
-Gracias, no es necesario.
-Yo quiero hacerlo. Por favor. Tú ve y ponte la sudadera, puedes enfermarte.
-Esta bien-. Su voz sonaba tierna y preocupada, yo le importaba. Y preocuparle a alguien es el mejor sentimiento que pueden regalarte.
Me quede mirándolo, él sonreía y yo sonreía. Caminó lento hacia mí, me veía fijamente a los ojos. Yo temblaba y no era frío, era algo que él causaba, ¿Y que
importa el tiempo y las palabras si esta el lenguaje de las miradas? ¿Y qué más da si no me dice algo? puedo adivinar lo que trata de decir solo mirándolo a los
ojos. Y me sentía tan bien estando ahí con él, sabía que no tenía que ser así, pero así era y me encantaba, porque a veces, por más que uno quiera evitarlo, los sentimientos llegan y no hay forma de deshacernos de ellos aunque nos alejemos.
-Ya vuelvo-. Dije antes de que se acercara más.
-Ve, yo me quedo acomodando-. Me sonrió y yo asentí, subí lo más rápido que pude.
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Extraordinary girl
RomanceEsta no es la típica historia de la típica chica nueva que enamora a todos, no, esta historia es diferente, esta historia, es mi historia. Ya la había visto antes, pero nunca la había observado, era linda, muy linda, la mire a los ojos, solo fue...