Capitulo 9

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-¡Demonios, Park!-. Abrí los ojos y estaba en el suelo. Yeraldin tenía una botella de alcohol en una mano y un algodón en la otra, veía un poco borroso. -¿Como te sientes?-. Preguntó, podía notar la preocupación en su voz y en sus ojos.

-Estoy bien, gracias-. Miré a los lados confundido. -¿Qué me paso?-. Yeraldin se puso de pie y me extendió la mano para ayudarme a levantar.

-Te desmayaste-. Tome su mano y la jalé hacia mí, se recostó a mi lado, la rodeé con mi brazo derecho y ella me abrazó. -Me diste un gran susto-. Le di un beso en la cabeza y la abracé un poco más fuerte.

-No te librarás de mí tan fácil.

-Que bueno porque no quiero, no quiero perderte.

Sentí un nudo en la garganta "Te quiero. Sí Park, te daré una oportunidad. no quiero perderte". Esas palabras, esos momentos que deseaba fueran interminables, que hacían que se me enchinara la piel cada vez que los recordaba.

Me quería, tenía una oportunidad con ella y tenía miedo de perderme. Entonces, todos los cachitos de mi corazón volvieron a unirse, me sentía vivo, feliz, completo. Todo estaba bien, jamás estuvo mejor.

Estaba enamorado. Lo sabía porque me perdía en su mirada cada vez que la veía a los ojos, sus besos me llevaban lejos de este mundo y cuando me tocaba me invadía de fuerzas. Podía escribir miles de textos sobre el amor pero en cada palabra escrita llevaría un pensamiento sobre ella, porque ahora, todo yo, era ella. Mis pensamientos, mis palabras, mis ojos, en todo estaba ella, con su físico y personalidad perfectamente imperfecta, haciéndome parecer un tonto cuando no podía despegarle la vista de encima, volviéndome loco cuando no la tenía cerca y sintiendo morir cuando la veía triste.

Extraordinary girlDonde viven las historias. Descúbrelo ahora