Park:
Yeraldin se quedo dormida en el sofá y aun dormida no me soltaba. Se veía tan perfecta con los ojos cerrados, sus labios rosas, su piel suave, y ese silencio tan acogedor. Mi pasatiempo favorito se había convertido en verla dormir, hablar, reír, llorar y enfadarse, porque, todas y cada una de sus expresiones la hacían única y perfecta.
Y descubrí que al mirarla, mis ojos brillaban, mi sonrisa se escapaba y mi corazón se aceleraba, me hacía temblar sin tener frío y hacía que se me escaparan suspiros sin yo permitirlo. Sus ojos tristes me deban fuerzas para continuar y su sonrisa me derrumbaba. Con un simple gesto hacía que me levantara o que me derrumbara en segundos. Ella tenía todo lo que yo buscaba en una chica. Era hermosa, inteligente, honesta, de vez en cuando impulsiva, era lo que quería.
Me miraba y por dentro temblaba y cuando me tocaba, Dios, no había mejor sensación que su piel contra la mía. En el momento en el que la tocaba, le decía que la quería o simplemente la miraba, sabía que cuando se terminara me dejaría hecho pedazos, pero aun así, la seguiría amando cada instante de mi aburrida vida. Ella se había apoderado de mi mente, su sonrisa aparecía en cualquier lugar, y su simple recuerdo me hacía estremecer, estaba seguro de que no era una chica más, era distinta a las demás, de afuera hacia dentro, de pies a cabeza.
Era tan increíblemente hermosa, que en ocasiones, parecía ser mentira. Sus ojos grandes color café oscuro casi negros y pestañas largas, negras y risadas, sus mejillas que se chapean cada vez que algo le da pena, esos labios pequeños pero carnosos , suaves y rosas, tan atractivos que te provocan inmensas ganas de besarles. Sus pequeñas manos, suaves y delicadas siempre con las uñas pintadas de negro. Su cabello negro, corto y siempre suelto, brillante y alborotado, con su mechón que no me permite verle el rostro completo. Su altura, a la altura de le protección de mis brazos, tan perfecta para que se subiese a mis pies y me besara. Y es que si la miraba a ella ya no podía mirar a nadie más, capturaba toda mi atención.
No me di cuenta cuánto tiempo me quede observándola sin quitarle ni un segundo la vista de encima, acariciaba su cabello hasta llegar a su cara y vuelta a comenzar, estaba tan metido en ella que el tiempo se pasaba volando.
-¿Park?-. Sonreí cuando abrió los ojos.
-Hola-. Me devolvió la sonrisa.
-¿Cuánto llevo dormida?-. Se sentó a un lado mío.-Lamento ponerme histerica-. Levanto mi brazo y recargó su cabeza en mi pecho, yo la abracé y le di un beso en la cabeza.
-No pasa nada.
-¿Seguro?-. Alzo la vista y me miró a los ojos.
-Lo juro-. Sonrió.
-Te quiero, Park-. Me sorprendió escuchar eso, los labios me temblaron y el corazón se me acelero.
-También te quiero, Yeraldin-. Volvió a poner su cabeza en mi pecho y nos quedamos callados, estaba inmensamente feliz por dentro.
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Extraordinary girl
RomanceEsta no es la típica historia de la típica chica nueva que enamora a todos, no, esta historia es diferente, esta historia, es mi historia. Ya la había visto antes, pero nunca la había observado, era linda, muy linda, la mire a los ojos, solo fue...