Cuando salí de la pequeña habitación en la que había estado a oscuras y sin tener ningún contacto humano todo parecía diferente, el campamento parecía cubierto de densos nubarrones oscuros y todos tenían el gesto ensombrecido por la preocupación y el miedo. Nadie se percató de que yo había vuelto a mis labores en la enfermería o de que me partía el alma cargando pesadas cajas llenas de latas y provisiones que traían de las expediciones.
No encontré a Dakota por ningún lado y Mafi me comunicó que había mejorado bastante durante mi ausencia, tanto que había cargado su mochila y se había esfumado prometiendo volver. Yo sabía que no iba a hacerlo, nada le ataba a esta pesadilla de lugar y mucho menos aun cuando me confesó que planeaba hacerlo en cuanto la cosa se pusiera fea. Pero una pequeña y estúpida parte de mi aún estaba esperanzada por que volviera por mí.
Los Radicales llegaron puntuales el día que tocaba recoger su parte, hubo silencio, hubo lloros y desesperación en el aire al ver que todos nuestros esfuerzos se iban con tanta facilidad por la puerta y entre risas de aquellos malnacidos. Yo solo podía mirar mis puños con cicatrices y callos gracias a todo lo que había trabajado y tragar el veneno que parecía consumirme.
Ángel, se dedicó a tratar de enseñarme cómo sobrevivir según él a pedido de Dakota: me enseñó a golpear correctamente para hacer más daño al oponente que a mí, a encender una fogata con escasos recursos, a identificar plantas comestibles, a ser más sigilosa que un gato...
Y a pesar de tener el día tan lleno de tareas y trabajo, cuando llegaba a la manta en la que dormía en la propia enfermería, no conseguía conciliar el sueño ni aunque lo implorase. Por más exhausta que estuviera mis tripas se retorcían queriendo devorarse a sí mismas del hambre que estaba pasando en aquellas últimas semanas, trataba de engañar al cerebro bebiendo toda el agua que podía, pero aquel señuelo duraba bastante menos de lo que me gustaría.
Sólo conseguía dormir una vez que perdía el conocimiento por puro agotamiento, pero tampoco descansaba gracias a las horribles pesadillas que me perseguían:
'' El mundo a mi alrededor estaba en completas llamas y nadie parecía darse cuenta, el terror resbalaba por mi cuerpo en forma de pequeñas gotas de sudor, mis resuellos apenas alcanzaban a satisfacer la necesidad de oxígeno que demandaban mis pulmones. A mi alrededor todo estaba borroso, pues las lágrimas dificultaban la visión; los gritos de nuestro líder eran estremecedores, pues estaba igual de aterrado que todos nosotros, se debía de sentir como un verdadero imbécil, pues la traición a la que nos había condenado a todos escocía.
A unos metros de mí, también arrodillado, podía ver a Dakota, habían pasado muchos meses desde que había marchado del campamento, pero pude darme cuenta de que aquella electricidad que fluía entre ambos no había hecho otra cosa más que potenciarse. Sus ojos chispeaban ferocidad, su cuello se encontraba tenso y las aletas de su nariz se movían de manera rítmica; me sostenía la mirada al tiempo que podía casi con total claridad leer en su frente como trataba de buscar una salida.
Los tres niños contados, no hacían más que llorar separados de sus madres, quienes les observaban con impotencia y dolor. A nuestro alrededor, los radicales cantaban, reían y chillaban, estaban contentos, como para no estarlo con digno sacrificio que iban a hacer.
Por más que quisiera apartar la mirada de él, no podía. Ni tan siquiera cuando escuché sollozar a la gente a mi alrededor. Mis manos se volvieron prietos puños, mis muelas se apretaron al encontrar el miedo y la impotencia en su negro iris, y mis ojos se humedecieron al encontrar por sobre esta total determinación. Estaba dispuesto a sacrificarlo todo, a pesar de cuantísimas veces le había hecho daño o las veces que habíamos chocado al ser dos bombas de relojería, tal y como él nos había descrito. La sonrisa que me dedicó me desarmó por completo, pues lo hacía sin maldad y con todo el cariño que sólo él y yo íbamos a entender.
Y después de inhalar despacio... supe que no podía, a pesar de tener el cuerpo totalmente agarrotado por el frío de la noche, el pánico y la confusión. Supe perfectamente en qué momento fui totalmente consciente de que no podía permitir aquello, que no sería capaz de verlo caer. No a él...
Así que reuniendo valor como pocas veces lo había hecho a lo largo de mi vida, empujé a Salvador lejos de Dakota. El hombre que me había devuelto las ganas de vivir la vida me observó horrorizado y negó con la cabeza boqueando un par de veces sin que ningún sonido consiguiera salir de su boca. Dos de los Radicales le sacaron de escena, su líder se levantó encolerizado en mi dirección. Fue entonces cuando me di cuenta de que el sacrificio había pasado a ser yo, y no por las súplicas de Dakota. El machete se alzó a la altura de mi estómago y silbó cuando cortó el aire. El chapoteo que se escuchó una vez que extrajo de mi cuerpo de un solo movimiento me sacó el aire de un golpe, lo que sentí al ver mi sangre gotear y manchar todo a mi alrededor iba más allá de un dolor, podía sentir mis latidos cada vez más arrítmicos golpear en mis oídos, a mi alrededor todo se volvió confuso... La gente me miraba, pero no decía nada, palpé con desconcierto el agujero que se abría camino a través de mí. La mano me brilló en tonalidades escarlata y sabía que eso que se escurría fuera de mi cuerpo era la vida. Mi instinto me invitó a conectar la mirada con la de Dakota, se veía totalmente colapsado, destruido, las lágrimas ya no rodaban y se limitó a caer de rodillas sin fuerzas o preocupación por las probables heridas que desencadenaría con ello.
Intenté sonreírlo, porque a pesar de no haber sentido un dolor como aquel jamás, sabía con total certeza que volvería a recibir mil más como aquel, sólo porque él viviera. Así que, en un acto de orgullo o estupidez, encaré a mi asesino y di mi mejor grito de guerra esperando el próximo.
- Bella – mi nombre resonaba en mi cabeza, había estado tan aturullada con aquel espectáculo que tarde un momento en darme cuenta de que realmente la que me hablaba era Mafi – Bella, despierta. ''
Y de un golpe me incorporé, respirando agitada y asustando a mi compañera de trabajo que se apartó justo a tiempo para que no le golpease inconscientemente.

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Furia.
Science FictionSolo los que han caído a ese abismo saben de lo que hablo, saben lo que es que te duela como si fuera una antigua lesión que no se ha curado correctamente. Cicatrizas y sigues adelante, más fuerte, más astuto que antes, pero con más cautela, con más...