Capítulo 7.

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Los días que me mantuvieron en aislamiento fueron lentos, horribles y de mucho pensar.

Volví a pensar en el día en el que todo acabó, empezaron con noticias en la televisión poniendo en alerta a todo el país, decían que era un simple virus y que todo pasaría rápido, que no llegaría hasta nosotros, que estaba en la otra punta...

La risa fue que en seguida nos vimos todos en confinamiento domiciliario, ''por precaución''. Creímos hasta la última mentira que nos contaban por las noticias, creímos de verdad que solo era una simple gripe pasajera, creímos que no pasaría de un par de semanas... La cosa se fue poniendo cada vez peor, el virus mutaba y nadie sabía a ciencia cierta de donde había salido, nadie sabía nada, pero sacaban vacunas a diestro y siniestro con cada variación de la enfermedad, se enfrentó el mundo entero pues unos temían y se las inyectaban y otros trataban de desmontar el bulo de las mismas, se hacían llamar los Puros al no haberse contaminado con la mierda que llevaban... Y puede que algo de razón llevasen puesto que la tasa de mortalidad no hacía más que dispararse, siguieron con el juego de las vacunas y las guerras civiles durante un año completo hasta que se observaron las primeras infecciones en animales, comenzaron a evolucionar hasta llegar a casos ridículos como el ciervo con tres astas en mitad de la frente. Los animales se volvieron agresivos y con claras muestras de una inteligencia superior, organizaban estrategias para cazarnos, nos devoraban o simplemente nos masacraban.

Y de la nada, todos y cada uno de los políticos o cualquier tipo de dirigente del mundo desaparecieron. Salieron documentos en los que se explicaba que había sido un plan muy elaborado para exterminar a gran parte de la humanidad, se destapó un estudio sobre la escasez de recursos naturales del que disponíamos y que al haber tanto consumidor iba a ser del todo inviable llegar a vivir diez años más. Crearon el virus en un laboratorio para poder hacer uso de él cuanto quisieran, modificarlo al antojo en el caso de que el sistema inmunológico consiguiera aniquilarlo... Y todo aquel poder en un mundo regido por la corrupción fue demasiado, pues todos querían ser los reyes de todo y todos.

Al no contar con gobierno o autoridad el caos se desató, los gritos, el fuego y las explosiones fueron todo lo que acunó al mundo al completo durante dos largos años... Hubo entonces a algo a lo que temer mucho más que a los animales infectados o al mismo virus, los Radicales.

Aquellos psicópatas eran los mismos que se hacían llamar Puros, decían adorar a la madre tierra y odiar al rebaño denigrado y vacunado que siguió a ciegas unas ordenes de los de arriba, o de los que creíamos que estaban arriba. Su lema era fácil: O te adaptabas a su fe o no eras digno de vivir en el ''nuevo mundo''.

En lo referente a mí, al principio me costó aceptar la realidad y la nueva vida que me esperaba, pero conforme fue pasando el tiempo y fui perdiendo gente entré en un automático estado de supervivencia, porque el enemigo no eran los Radicales, ni el gobierno, ni los animales ni el virus... El peor enemigo estaba dentro de cada uno de nosotros.

Furia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora