Capitulo 65:La aldea de los herreros

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El nuevo y recién formado equipo de tres conformado por Melissa, Aiba y Danjuro, habían dejado la ciudad atrás para encaminarse a un lugar ubicado en medio de la nada que solo podía ser localizado mediante un mapa satelital y es donde se supone podrían ayudar a la rubia con el problema de su katana semi rota. Actualmente se encontraban en un bosque envuelta en su totalidad por una densa niebla.

-Aiba: Esta niebla es muy densa, apenas puedo ver por donde piso (comentó agarrada del sacó de Tobita a fin de no separarse del grupo)

-Danjuro: Ciertamente esta neblina es muy peculiar, no surgió hasta que ingresamos al bosque (dijo con intriga y sospecha)

-Melissa: Tienes razón, es probable que haya alguien en este bosque que la creara con su quirk. No se separen bajo ningún concepto y estén alerta en caso de algún ataque (habló seria a su vez estando en guardia vigilando su alrededor)

De la nada el propio suelo empezó a temblar en intervalos, cosa que si alarmó al grupo ya que nunca se esperaban que ocurriera eso de entre todas de posibilidades

-Aiba: ¡Primero esta niebla y ahora un terremoto! ¡¿Que le pasa a este lugar?! (exclamó aferrada a la capa del peliblanco al perder el equilibrio por los temblores repentinos)

-Danjuro: Conserva la compostura, Aiba. Si te tomas el tiempo suficiente para analizarlo, te darás cuenta de que son mas como pisadas de un ser enorme teniendo en cuenta la poca magnitud y los intervalos (analizaba calmado)

-Aiba: Lo dices como si fuera mejor, pero es peor, Danjuro (dijo asustada por la idea de toparse con un gigante haciendo entender al mostachón su propio punto)

-Melissa: {El sensor de peligro no se ha activado todavía y no podemos verlo con la niebla} A lo mejor si nos quedamos quietos sin hacer ruido no nos localice (sugirió bajando el tono de su voz ganándose un asentimiento de afirmación de ambos)

Optaron por quedarse callados mientras los temblores y el sonido de las grandes pisadas se iban alejando poco a poco hasta que cesó volviendo al silencio inquietante de antes.

-Danjuro: Lo que sea que haya sido ese tal gigante, ya se fue (soltando un suspiro por la tensión del momento)

Desafortunadamente el gusto no les duro mucho ya que por sorpresa una cadena salió de entre la neblina, la cual se enredó en las piernas de la pelirroja.

-Aiba: ¿Pero queaaaaaaaa!! (gritó al comenzar ser arrastrada en el suelo por la cadena)

-Melissa/Danjuro: ¡¡Aiba!! (gritaron al mismo tiempo e intentaron ayudarla, pero fue tarde)

-Aiba: ¡¡Ayúdenme!! (suplicó antes de ser engullida por la niebla)

Seguido de eso se escuchó una serie de disparos probablemente por el arma que llevaba la enana consigo, mas volvió a callarse.

-Melissa: {¡Maldita sea! ¡Bajamos la guardia por un segundo y solo eso le bastó a quien quiera que nos ataca!} No te preocupes, Danjuro. Salvaremos a Aiba, pero primero debemos vencer lo que sea que nos esté atacando (dijo seria ya con el sensor de peligro activado)

-Danjuro: S-si (dijo con seriedad sin dejarse llevar por la desaparición repentina de Aiba)

Usar sus quirks a lo loco no podría considerarse como una opción viable ya que no había un objetivo al que ver. Además, las heridas de Melissa que nunca pudieron curarse mermaron el uso libre que tenía antes sobre su quirk, por lo que solo lo usaba en combates mientras que Danjurp poseía un quirk mas defensivo que ofensivo, necesitaba un arma propia.

La Emperatriz de los demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora