El comienzo de mi nueva vida

1 0 0
                                    

Después de haber pasado el Sábado con Betty, me siento mas reiniciada. Además hoy es mi primer día en mi nueva empresa. Bueno más que primer día, es un día de formación y de adaptación.


Me han dicho que hoy estuviera allí a las nueve de la mañana, pero que seguramente mañana ya me asignarían un turno. Me he probado un montón de ropa, no se muy bien el mensaje que quiero transmitir. Si el de joven decidida o el de joven desesperada, asique me decido por algo básico, una blusa blanca y unos vaqueros. Tampoco quiero ir de punta en blanco, no creo que sea necesario.


Cuando llego allí, veo que la mayoría del personal trabaja con uniforme. Supongo que yo también tendré que llevarlo. La verdad, es que sería un quebradero de cabeza menos. Estoy en un aula en la segunda planta del Almacén. Es un sala amplia, blanca y con el suelo gris. En la sala, estoy con otras dos chicas más, que también es su primer día. Una de ellas, tiene la misma cara de vértigo que tengo yo. Es una chica morena con el pelo recogido, y con una complexión bastante similar a la mía.Cuando hacemos un descanso para tomar un café, decidimos conocernos un poco.


-Hola, soy Katherine, bueno Kate -Dije dándole dos besos

-Hola, encantada, yo soy Shara. 

-¿Tú también empiezas hoy en operaciones? – Dije con curiosidad

-Si, la verdad es que estoy un poco asustada. No vengo de este mundo de la carga aérea. Yo trabajaba en un banco.

-Yo tampoco, yo era contable. Pero necesitaba un cambio, aunque fuera tan radical.

-Yo también necesitaba un cambio, por eso vi la oferta y no me lo pensé.

Mientras charlamos, aparece Vanessa cruzando el umbral de la puerta.

-¿Qué tal chicas? ¿Preparadas para empezar? – Dijo con una sonrisa.

-Hola Vanessa, si, estábamos comentando que nos daba un poco de vértigo pero que teníamos ganas.- Dijo Shara.

-Pues no os preocupéis, porque vais a estar conmigo los tres primeros meses formándoos. -Dijo Vanessa

-Genial, que bien. -Dije aliviada.

-Cuando acabéis los cursos, bajad a la oficina de Operaciones hasta que acabéis el horario ¿vale? Yo estaré abajo esperándoos.

-Vale -dijimos las dos al unísono


Vanessa se despidió de nosotras y se volvió a su puesto. Volvíamos al aula de nuevo a terminar un par de temas del curso y después bajaríamos a la oficina.


La verdad, que el saber que estaré formándome durante tres meses con Vanessa me relaja bastante. Tengo un miedo espantoso a no volver a dar la talla... aunque esta empresa no tiene pinta de ser como la anterior, pero es un sitio nuevo, aun no se que me puedo encontrar. Mientras voy bajando a la oficina, voy pensando en las palabras de mi anterior supervisora. Retumban aun en mi cabeza. Me repito constantemente que eso no es verdad, pero sus palabras siguen ahí.


Cuando paso por el arco de seguridad para entrar en el Almacén, veo a muchos operarios con carretillas eléctricas moviéndose de un lado a otro sin parar. Todos van con chalecos reflectantes amarillos, excepto un par que van con chalecos naranjas.


Al llegar a la puerta de mi nueva oficina, un escalofrío recorre mi cuerpo. El principio del cambio – me digo. Al entrar, me doy cuenta de que no es una oficina convencional como lo era en mi anterior empresa. Es un autentico desastre. Es una mesa alargada con puestos a un lado y a otro, todo lleno de gente tecleando sin parar. Todos dan voces, hablan de trabajo a gritos, algunos corren de un lado a otro con folios en las manos. Al fondo, puedo ver el mostrador que vi la primera vez que vine aquí. Esto parece un caos, pero me gusta.


Shara y yo nos sentamos al fondo de la gran mesa rectangular. Cada una con un ordenador. Vanessa se sienta detrás de nosotras y nos da nuestras claves para poder acceder a los sistemas. Mientras vamos iniciando los equipos, veo volar una grapadora bajo el grito de "¡Ross, toma te la devuelvo!". Esto parece Wall Street. Pero la verdad, que el pensar en que algún día estaré integrada en este caos, me hace sentir bien. Como si me sintiera a gusto dentro de tanto desastre. 

Nos pasamos las dos horas restantes grabando datos sencillos en el sistema. Algo simple para ir empezando a rodar en este mundillo. También Vanessa nos pone al día sobre las personas que están de turno. Nos cuenta quienes son los Supervisores y a que se dedican, cotilleos de algunos de ellos, lo típico cuando entras en un trabajo nuevo vaya. También nos dice como vamos a organizarnos los próximos tres meses. Compartiremos turno con ella, es decir, que si ella estas dos semanas de turno de mañana, nosotras también. Por el momento, la semana que acabamos de empezar, será de mañana. Entraremos ya mañana a las seis de la madrugada. Creo que en mi vida me he despertado tan pronto para venir a trabajar... pienso en lo que madruga John y me siento cansada solo de pensarlo.


Cuando acabamos el turno, Shara y yo salimos juntas. Decidimos tomar un café mientras espero el autobús.

-Pues la primera toma de contacto no ha estado mal ¿no? -Dice Shara sonriendo

-La verdad es que no, he flipado un poco como es todo ahí dentro. Quiero decir, que es un poco desastre, todo es ruido y gritos. Pero la verdad, que me gusta.

-Yo también me he sorprendido al ver el ambiente, pero parece que todo el mundo se lleva bastante bien.

-Si, eso parece. Lo que aún no he asimilado es el madrugón de mañana... nos tendremos que levantar a las cinco de la mañana para venir.

-Ya, yo creo que nunca he madrugado tantísimo para ir a trabajar, para irme de viaje si, pero para trabajar nunca. Lo bueno, es que salimos a mediodía.

-Si, es lo bueno. Tenemos toda la tarde para descansar... he de irme, viene ya mi autobús, mañana nos vemos. -Dije despidiéndome con la mano.

-Mañana nos vemos Katherine.


Una vez sentada dentro del autobús, pienso en Shara. Me da buena energía. Tengo la sensación de que también lo ha pasado mal en su anterior trabajo y que ha pasado por lo mismo que yo. Me transmite mucha confianza sin apenas conocerla.


Cuando llego a casa, le cuento a John como me ha ido el día. Me siento tan emocionada. Hacia mucho tiempo que no me sentía así por un trabajo. Lo que no he analizado, es como será trabajar con tu pareja. Es algo con lo que no había contado. No tiene porque ser malo ¿no? Le hablo de Shara y de las sensaciones que he tenido al entrar en aquella oficina. Cosa que a él no le sorprende porque la ha visto muchas veces. Hablamos de los turnos y de que esta semana ambos compartiremos horarios, así que no hay problema con el transporte. Necesito comprarme un coche ya -pienso. En cuanto no coincidamos, tendré que ir a trabajar en transporte publico y para entrar por la tarde vale, pero para entrar a las seis de la mañana lo tengo imposible.


Suena el despertador a las cinco y veinte de la madrugada. Creo que no he tenido tanto sueño en mi vida. Si es que todavía es de noche. Todo está en silencio. No se oye ni un solo pájaro en la calle. John y yo vamos en silencio todo el trayecto hasta el trabajo. Tenemos tanto sueño que no cruzamos palabra. Necesito un café triple. Cuando entro en la oficina, me espero un ambiente mas calmado que el que me encontré ayer. Pero la verdad, es que todo sigue igual. Todo el mundo hablando, desayunando, dando el cambio de turno. Cuanta energía junta tan temprano. Al poco de entrar, entra Shara por la puerta, con la misma cara de cansancio que yo. Y seguido, entra Vanessa, tan activa como siempre. 

Vanessa se pone hablar con los del turno de noche, para que le informen que se queda pendiente para poder repartir las tareas y empezar nuestra jornada. Shara y yo nos tomamos un café rápido mientras Vanessa organiza el turno, y nos sentamos con ella como hicimos ayer. El día transcurre bastante rápido a pesar de haber madrugado tanto. Hemos estado grabando datos como hicimos ayer, pero aumentando un poco más el ritmo de trabajo.

Ey, soy Kate.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora