Capítulo III Me Perteneces

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Capítulo III

"Tu voluntad, tu fuerza y tus esperanzas. Me pertenecen"

El día comenzaba con un amanecer hermoso; yo algo somnolienta, me despertaba luego de no dormir mucho por los nervios del primer día, me preparé, y desayuné; creo que habré revisado todo unas 100 veces para verificar que no me dejaba nada.

Antes de salir me miré al espejo con una sonrisa de par en par.

—Todo va a salir bien Cloe— me dije a mí misma para motivarme.

«Si no la estropeas, claro»

Salí de mi habitación y pase por la recepción; allí estaba la Señora Brenda, al parecer estaba jugando con su teléfono, parecía muy entretenida. Tenía que decirle que ya tengo un empleo y si me va bien podré pagarle todo lo que debo.

Sinceramente, me daba un poco de pena, el estar mucho tiempo en un lugar y no pagar lo que te corresponde, ya era para que me fuera echado a la calle junto a las ratas... me prometí que lo primero que ganara se lo daría a ella.

—¡Buenos días, Sra. Brenda!— me acerqué y le mostré una sonrisa sincera; realmente estaba muy feliz esa mañana, supongo que tenía un buen presentimiento sobre este nuevo trabajo.

—Buenos días, Cloe. ¿Cómo amaneces? El día está muy lindo hoy

Fui a la ventana más cercana que había y mire el cielo

—Sí, lo está Sra. Brenda— Dije volteándome para responder con una sonrisa

 Brenda— Dije volteándome para responder con una sonrisa

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—¿Son ideas mías o te veo muy animada hoy mi niña?

No diría que estuviera muy feliz, todavía tenía todas las preocupaciones que cargaba encima, como los de la residencia, el dinero para pagar los servicios, la comida y sobre todo las cosas que vi ayer en esa casa...

—Me alegro de que lo noté Sra. Brenda, ayer conseguí un empleo, y tengo un buen presentimiento de que todo va a salir muy bien, le prometo que cuando me paguen, le doy todo lo que le debo y la verdad disculpe mucho.

—Todo va a salir bien mi niña, tenlo por seguro— Me dio una linda sonrisa. La Sra. Brenda siempre me da muy buenas energías, ojalá todas las personas fueran como ella, tan dulce y amable.

—¡Hasta luego Sra. Brenda!— Salí de la residencia y me dirigí a la parada de autobús, pasaron los minutos y empecé a repasar la dirección, me acordé de lo que vi ayer.

La gente solo critica por criticar, no es capaz de acercarse, tratar de dar un poco de ayuda. Pues no, entiendo que eso no es problema de uno, pero... ¿Por qué simplemente no se callaron? Eso hubiese sido más útil que juzgar, la gente suele ser tan basura a veces.

¿Qué le habrá pasado a esa chica? Reflexionaba un poco mientras miraba el cielo, espero que esté bien.

Hoy había mucha gente, supongo porque es muy temprano, pero logré sentarme entre la mitad del autobús, una señora estaba dormida al lado mío, ya quisiera poder dormirme así en cualquier sitio...

Pacto Siniestro (corrigiendo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora