Fingir.

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Una cosa de tener una mami diferente al resto era que teníamos que ocultarnos la mayoría del tiempo...

Bueno, mi mami es la que se tiene que ocultar, no yo, lo cual me parece injusto.

Lo único que tengo que ocultar es el hecho de que mi mamá es muy diferente a las demás, y que nuestra familia también es muy diferente.

No me gusta ocultar lo maravillosa que es mamá, ¡Él mundo enteró debe de saber lo increíble que es! ¡No se debería ocultar a mi mamá!

Pero ella me dice que lo haga... Y mamá siempre sabe lo que es mejor para mi y para ella, así que no puedo cuestionarla.

Ella es inteligente, muy inteligente, sabe lo que hace.

Y yo también tengo que ser inteligente para proteger a mi mamá, debo de ser inteligente y fuerte por ella.

Siempre me protege, así que yo también la tengo que proteger como pueda.

"Mamá, ¿Cómo ocultaras tus ojos esta vez?" Preguntó Nobuyuki con un tono curioso.

Mamá miró a los lados.

Nos encontrábamos en un callejón oscuro, que era un poco iluminado por la calle llena de personas en el otro lado.

"... Máscara" Dijo Genya al observar como hoy era un festival y ver a alguna que otra persona con máscaras.

" ¿Que tipo de festival sera hoy?" Se preguntó curioso Nobuyuki mientras veía a la gente a lo lejos.

Empecé a escuchar unos ruidos y mire a mi mamá que me daba la espalda.

¡Lo esta haciendo otra vez! ¡Esta sacando algo mágicamente!

"Esperar..." Murmuró Genya mientras le daba la espalda a su hijo. En sus manos empezaron a salir ramas que empezaron a crecer de tamaño y darse forma a si solas, Genya parecia muy concentrada en su labor, ya que no pestañeaba ni hacia ninguna respiración. Estuvo de esa forma por un tiempo hasta que de repente se puso recta y se dió la vuelta para después darle a su pequeño una máscara de madera hecha a su medida, parecía la cara de un gato o un lobo.

"Vaya... ¡Es genial! ¡Me encanta!" Dijo Nobuyuki muy emocionado mientras se empezaba a poner la máscara sobre la cara, y está no se calló al dejar de sostenerla porque finas enredaderas se sujetaron en la parte de atrás de su cabeza. "¿Me queda bien mama?" Preguntó con una notable emoción.

Vi cómo mi mamá me sonreía, mostrando un poco sus colmillos, así que yo también sonreí, a pesar de que la máscara tapaba toda mi cara.

"Mami, mami, ponte también tu máscara, quiero ver como te queda." Pidió Nobuyuki algo impaciente por la emoción.

Mamá solamente se rió porque no dejaba de moverme por la emoción.

Entonces ella se la puso, y solo puedo decir que mi mamá se ve muy linda con la máscara.
Es parecida a la mía, hecha de madera, pero esta se empezó a volverse de un color morado y blanco, eso es raro, pero con mi madre todo es posible.

Nadie es cómo ella.

"¡Estás muy linda mamá! ¡Ahora vamos a comer!" Dijo Nobuyuki emocionado.

En realidad yo ya desayuné, ¿Cene? con los monjes, ellos siempre me preparan algo cuando ven que no comi nada más que una manzana en el desayuno.
Pero ahora vuelvo a tener hambre, puedo oler la comida de los restaurantes desde aquí.

Que ganas tengo de comer esa comida que huele tan bien.

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Genya agarraba la mano de Nobuyuki mientras caminaban entre la multitud de gente en sentido contrario, buscando algún restaurante para poder comer.

La mujer logró hacer que sus garras solamente se volvieran uñas con la punta afilada, creé que las dejara así mas a menudo. Aunque estas seguían sin ser muy humanas ya que eran de un color negro, pero seguramente los humanos pensaran que se las pintó de alguna manera, como parte de le celebración o simplemente para verse bonita.

Algunos la veían fijamente, no porque supieran que es una demonio, ellos no saben ni lo que son los demonios.

La veían porque ser una mujer alta, superaba hasta algunos hombres que pasaban a su lado.
Y también la veían por su cuerpo, su cuerpo con curvas y codiciado.

Ella sabe que tendrá problemas, lo presiente.

Ya tuvo problemas como humana por aquello, ella no lo recuerda muy bien, pero hasta ahora tiene él sentimiento de asco al tacto.

No quiere que nadie toque su mano excepto su hijo.
O algún que otro demonio como agradecimiento por ser su alimento sacrificando así sus vidas.

Había qué ser agradecida.

"¡SE AGRADECIDA MALDITA PUTA! ¡PAGUE MUCHO PARA ESTAR CONTIGO! ¡ASÍ QUE PONTE DE RODILLAS Y AGRADECE!"

Otro recuerdo fugaz paso por la cabeza del demonio.

Ya habría atacado a cualquier persona que estuviera cerca, pero no lo hizo, no con su hijo delante.

"¡Mamá! ¡Vamos a ese!" Pidió Nobuyuki señalando un pequeño puesto ambulante con comida de calle.

Es un día festivo, asi que permitirá darle un capricho a su hijo humano.

Pero a la próxima iran a un restaurante con comida buena para su pequeño.

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"¡Señor! ¡Hemos encontrado otro árbol!" Informó un cazador mientras se acercaba al superior, que no era nada más que él pilar del viento.

"Me dijeron que el anterior grupo ya se había encargado de esta montaña, ¿Acaso no saben buscar?" Cuestionó Sanemi algo enojado.

"Señor, ellos revisaron la montaña ayer justo cuando avisaron de las desapariciones de las mujeres de los granjeros, pero este árbol parece haber aparecido recientemente, como hace menos de tres horas ya que no tiene tantas... Venas llenas de sangre como los otros, y el demonio esta... Sufriendo, pero consciente.

"... Interroguemos a esa cosa y acabemos con ésto rápido..." Dijo Sanemi enojado, mas enojado que antes por todo este lío con los demonios siendo retenidos por jodidos árboles.

Él cazador guío a su superior hasta llegar a un sitio en específico, habían varios árboles normales, altos, que eran claramente parte de ese bosque.
Pero después había un árbol de color negro con marcas rojas que resaltaba demasiado, claramente no era parte de esa fauna y no estuvo mucho tiempo aquí, porqué muy pocas raíces estaban sujetas al suelo, la mayoría se encontraban en el exterior sujetando algo.

Entonces vio una escena fea, pero los ojos de Sanemi ya estaban acostumbrados a ver y presenciar cosas así, pero la mayoría de veces eran en cuerpo de humanos.

Pero ver al demonio sufrir le traía una gran satisfacción, es algo enfermizo su felicidad al ver a aquella criatura sufrir, pero no puede evitarlo, los demonios han hecho cosas horribles a los humanos.

Quién sea el que creo esos árboles, bendito sea.

"Bien, bien, espero que pueda seguir hablando y no solo gritar esta mierda... Va a ser larga la noche." Comentó Sanemi mientras desenvainaba su espada y se sentaba delante del demonio agonizante que estaba siendo atravesado por las raíces. "Demonio, deja de lloriquear y contesta mis preguntas... Y si me dices información útil acabaré rápidamente con tu sufrimiento..." Dijo Sanemi pero de repente atravesó la mano del demonio con su espada. " Y si no ... Ayudaré a este tronco a hacerte tus últimos momentos un infierno."

El demonio que anteriormente se encontraba suplicando ahora miro con terror al pilar.

Mi mamá es muy raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora