Correr, Esconder y volver a correr.

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"¡DETÉNGASE EN ESTE INSTANTE DEMONIO!" Gritó uno de los cazadores que perseguía a la mujer demonio entre la multitud.

Genya gruñó de la frustración, parecía el gruñido de un perro enojado, y si, estaba fastidiada.

Ella sin perder el tiempo cargó a Nobuyuki entré sus brazos y de repente empezó a crecer a una gran velocidad, la velocidad de un demonio, no la velocidad de un humano.

Esta vez se iba a permitir tirar sus modales humanos, tiraría todo a la borda por su hijo y para estar un día más con él pequeño.

"¡Agarrar!" Gritó Genya y Nobuyuki se agarró fuertemente a su madre, entonces Genya sonrió.

La mujer vio un puesto de frutas y extendió una mano, de esta salió la rama de un árbol la cuál agarró una manzana y la rama volvió a formar parte de Genya, haciendo así que la mujer tuviera la manzana en la mano.

De repente la mujer dió un gran salto, ahora estaba en los techos de las casas, locales, restaurantes, lo que sea, pero ahora corría por los tejados.

Y por supuesto, habían cazadores subidos en los tejados con ella.

Eran dos, una mujer y un hombre.

Mientras que habían otros dos siguiéndola desde la calle.

¿Pero dónde estaba el quinto?

"¡Suelta a ese niño demonio!" Gritó un chico delante del camino de Genya, este hacía una postura de la respiración del agua con la intención de cortar la cabeza de Genya.

Aquella espada estaba muy cerca del cuello de Genya, fácilmente habría cortado el cuello de aquel demonio.

Pero lo que no se esperaba el cazador fue que su pierna fuera tirada hacia atrás, haciendo que caiga y saliera rodando por la inclinación del techo. Así fue cómo este rodó hasta caer encima de un puesto de frutas, y su espalda que salió volando cayó encima de una sandía.

Se podía ver como una raíz que salia de la espalda de Genya fue la causa, pero esta se volvió a fusionar en la piel de la mujer y desapareció.

Genya tenía una sonrisa victoriosa detrás de la máscara de madera que se empezaba a pegar a su piel, como si fuera parte de su cuerpo aquella mascara.
Por nada del mundo iba a dejar que se caiga, esta mantenía oculta su apariencia original y no quería que ninguno de ésos cazadores se acordará de su cara.

Mientras tanto Nobuyuki reía de la emoción al pensar que era un juego de pilla pilla, él mas difícil al que su madre y él habían jugado.

Los cazadores trataron de acelerar más el pasó al ver como se estaban acercando al bosque de la montaña, estaban fastidiados y enojados, ese demonio se estaba llevando al niño que seguramente se iba a comer, y lo peor es que no sabían si sus compañeros sabían del plan.

"¡Ya están en sus posiciones! ¡Seguir al demonio!" Dijo un cuervo que volaba al lado de uno de los cazadores.

Genya escuchó eso, se puso tensa...

Pero si llega a la montaña todo ira bien, la montaña es un terreno que conocé perfectamente.

Es su tablero de juegos.

...

Y ese tablero de juegos estaba delante suya.

Ella salto del techo y aterrizó en el suelo, apegó a su hijo más a ella.
Evitó que su cabeza fuera cortada al agachar su cabeza al aterrizar.

Él cazador que casi le corta la cabeza maldijo por los reflejos del demonio.

Genya solamente le dió una patada al cazador y esté acabó estampado contra la pared. Él humano no morirá, pero tendrá muchos dolores para el día siguiente.

Entonces otra cazadora se aproximó a ella con las mismas intenciones de cortarle la cabeza, ella simplemente salto por encima suya y la agarró del cabello.

Le dió un cabezazo que hizo que la humana quedará inconsciente, hasta la frente empezó a sangrar por el golpe, aunque su regeneración hizo su trabajo quitando la marca de aquél golpe.

...

Una presión se hizo presente, el demonio lo sintió, esa presión venía del pueblo.
Es un pilar seguro, Genya debía de irse ya, no hay tiempo que perder.

Estas pequeñas peleás solo eran un pequeño calentamiento por si ocurría verdadera acción, pero ella ahora mismo tenía un objetivo principal.

Proteger a Nobuyuki.

"Lo cuidaré y protegere con mis propias manos."

"Estaré siempre a su lado y protegeré, aunque eso cueste mi muerte."

Ella corrió y lo logró.

Ya estaba en el bosque, ya estaba en su mesa de juegos favorita.

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Mamá corre y corre, y como siempre no me suélta.
Se aferra a mi con fuerzas para que no me caiga o me escape de sus brazos.

Ella empezó a saltar en las alturas, estamos en las copas de los árboles.

Yo suelo cerrar los ojos ya que mi madre no quiere que vea cosas.

Pero vi el cielo nocturno completamente estrellado, las estrellas me saludaban con su hermosa luz, eran iguales a los ojos y mechones amarillos de mi madre, resaltan en el color negro. Y ahí estaba la luna, también dándole una hermosa vista de la noche.

Su madre entonces aterrizó en el suelo, ese aterrizaje debió de doler, pero ella sigue corriendo.

Sigue y sigue, algo no anda bien.

Entonces mi madre deja de correr, me esconde en el hueco de un árbol grande.

Me acaricia la cara, rozando sus garras con mis mejillas.

Suelta ruidos y se que significan.

"Quédate aquí."

"No hagas ruido."

"Mamá volverá a por tí."

"Nobuyuki..." Ella dice naturalmente sin ningún esfuerzo, ella solamente podía decir bien el nombre de su hijo y el suyo.

Mamá se acerca y le da un cálido beso en la frente, después en la mejilla y por último él le da un beso en la mejilla a su madre.

Ella entiende sus dos manos, en una había una manzana la cuál agarró, pero en la otra no había nada.

Vi cómo de su mano vacía empezaba a crecer una flor, era una de esas flores mironas, son muy dulces, sólo miran los que les gusta, y está me está mirando atentamente.
Se que hacer, la guardo en el interior de mi yukata, si salgo al sol está no se verá dañada por su luz.
Y esta flor ayudará a mamá a encontrarme, es cómo si fuera un amuleto guía.

Ella me dedica una sonrisa mostrándo sus colmillos, asi que yo hago lo mismo y sonrió.

Heredé la sonrisa más dulce, la sonrisa de mi mamá.

Entonces escuchó ruidos y ella se despide con su mano y suelta pequeños gruñidos.

"Volveré pronto a por tí."

Es lo que ella quiere decir, así que se despide moviendo su mano.

"Esperaré por tí." Susurra Nobuyuki.

Vi cómo mi mamá salia corriendo y sus pasos se alejaban de mi, pero otros pasos se acercaban, eran de los que querían pillar a mi mamá y a mí...

Son muy tontos, porque han pasado por delante mía y ni me vieron, van a por mamá.

Solo pude reír porque son muy malos buscadores.

Mi mamá es muy raraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora