El niño que nació en el inframundo

57 8 0
                                    

El pequeño cenizo se encontraba recorriendo los pasillos, no había nada que hacer, se sentía aburrido, además de que era el único niño.

Tenía un muy mal carácter, se la pasaba gritándole a todos los que servían para su "padre".

Mayormente su "padre" no se encontraba en su castillo, porque si, su hogar era un castillo decorado con gárgolas, el tono de todo el castillo era una combinación entre guindo y marrón. La razón por la cual casi nunca estaba era porque salía a castigar a los que habitaban allí. Ese era su labor como el soberano líder, dios del inframundo o como lo querían nombrar.

De pronto escucho las puertas abrirse, así que corrió rápido hacia la entrada, su "padre" venía acompañado de un niño más grande que él por unos 4 años aproximadamente, su aspecto era horrible, a comparación de él; ya que todos admiraban la belleza de aquel demonio, al tener cabello rubio cenizo y unos ojos carmesí, decían que su aspecto era el adecuado para ser el nuevo dios del inframundo.

Aquel chico tenía el pelo azul en un tono grisáceo, se cubría la cara con lo que parecían ser manos, pero aún así podía notar la cara arrugada alrededor de sus ojos, los labios agrietados y una que otra cicatriz debajo de su ojo y su labio.

—Katsuki—habló—te presento a...

—Tenko—interrumpió al mayor.

—Acordamos que ese nombre quedaría en el pasado, ahora tu nombre es Tomura Shigaraki.

—Perdón se me olvidó—empezó a rascarse en el cuello desesperadamente.

—¿Por qué lo trajiste?

—Será como tu hermano mayor, después de todo ambos mataron a sus padres.

Al escuchar aquello el cenizo abrió los ojos como platos, era un tema el cual quería olvidar, empezó a temblar y sentía un ataque de nervios.

El mayor lo notó y se acercó a él para abrazarlo, el cenizo no correspondió, sólo tenía la cabeza hundida en el estómago de este.

—Calma Katsuki, tus padres nunca lograron entenderte—acariciaba su cabello—por eso ya no existen.

No soporto más y sin pensarlo extendió sus alas volando lo más lejos posible, los guardias pensaron que de nuevo escaparía así que intentaron seguirlo pero el mayor no los dejó.

—Déjenlo ir—dictó.

Shigaraki solo observó cómo se fue, aún seguía rascándose el cuello con más fuerza.

—Tú también debes estar tranquilo, después de todo nos tienes a tu hermano y a mí.

•••

Voló sin saber a donde, sólo se dejó guiar. Sin darse cuenta chocó contra un árbol muy grande, provocando que cayera, miró a su alrededor y pudo notar que ya no había nada. Supuso que estaba en los límites del inframundo, miro del otro lado y pudo observar que todo estaba muy reluciente, uno que otro árbol, flores y nubes.

Del otro lado era el paraíso.

Se subió en lo más alto del árbol, aquel sería un escondite para él; cuando se sintiera solo y triste acudiría allí.

Después de pasar muchas horas allí, decidió regresar a su hogar. Su padre ya no estaba, solo se encontraba su nuevo hermano, no le hablo, aún no aceptaba la idea.

Este tampoco le dirigió la palabra, no tenía idea de que hablar con un niño menor que él, aunque tenía la duda de porque mató a sus padres.

Pues él lo hizo porque ya estaba harto de su padre, su madre nunca intentó ayudarlo, por lo único que sentía culpa fue por su hermana y sus abuelos.

Ángel y Demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora