Final feliz

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Izuku abrió los ojos y pudo ver que se encontraba recostado, a su lado estaba su madre tomándolo de la mano. Inko al ver como su hijo estaba despierto se arrancó a llorar y lo abrazó.

—Estas despierto Izuku—sollozaba.

—K-Kacchan...

—Estoy aquí—escuchó su voz y lo buscó hasta que lo vio cerca de la ventana.

Inko le dio un beso en su mejilla y salió de allí, Bakugou se acercó hasta la cama para tomarlo de mano.

—Descuida, ahora estás a salvo.

—Kacchan—sus ojos empezaban a ponerse llorosos—pase por tantas cosas...

—Lo sé—lo tomó del rostro para acercarlo a su pecho y acariciar su cabello—perdón por llegar tarde... Pero te juro que los hice pagar.

—Pero Kacchan—se apartó para mirarlo—¿qué haces aquí? ¿No deberías estar en el inframundo?

—No—negó ligeramente con la cabeza—renuncié a mi liderazgo—acariciaba su mejilla—tu papá me acepto como tu pareja, claro, si aún me quieres a tu lado.

—Kacchan, claro que te quiero a mi lado—tomó su mano que se encontraba en su mejilla—¿no te desquitaste con Kirishima?

Cuando escuchó ese nombre, desvió la mirada molesto, no quería volverlo a escuchar.

—¿Kacchan?—insistió tratando de buscar su mirada.

—No podré perdonarlo, él sabía que tú estabas allá y nunca me lo dijo—de nuevo lo miró—para mí Kirishima no existe.

—Kacchan, no es malo. Kirishima fue el único que me ayudó... Por favor, él te quiere...

—Lo sé, pero de todas maneras no podré corresponderle, tú eres el único que está en mi corazón, desde el primer día.

—Perdónalo Kacchan, solo siguió las órdenes de tu papá, estaba amenazado...

—Izu, no me lo pidas. Simplemente no puedo perdonarlo.

—Sí no fuera por él yo creo que estaría muerto... Me ayudó mucho y no sabes de cuánto se arrepiente—lo miraba aún con los ojos llorosos.

—¿Y tú? ¿Ya sabes que Uraraka participó en los planes de mi padre?

—Sí, me lo contó Kirishima... Pero, no puedo odiarla, trato de entenderla, tal vez se sintió muy herida...

—De todas maneras, tu padre no la desterró del paraíso pero le prohibió aparecerse por aquí.

—Hablando de papás, ¿qué le pasó al tuyo?

—Ya no provocará problemas—respondió serio.

—Tu papá quería esto—agarró su medallón que llevaba sobre el cuello—por si no sabías es el pase directo para el paraíso, él era el único que tenía prohibido venir aquí así que lo necesitaba.

—¿Quieres decir que lo tuve entre mis manos? Con razón te importaba mucho recuperarlo—soltó una risa al recordar aquella vez, cuando eran niños.

Ambos reían pero Bakugou no pudo evitar ver sus heridas y un sentimiento de culpa lo invadía.

—Todo fue por mi culpa, si nunca te hubieras enamorado de mí, estarías viviendo tu vida tranquilo... —bajo la mirada.

—No digas eso Kacchan—lo tomó del rostro levantando su vista y así tener contacto visual—tú lo eres todo para mí... Son solo heridas, sanaran...

—Izuku, no te hagas el fuerte... Sé lo que ese desgraciado te hizo... Dabi...

—De seguro ahora ya no me quieres... Alguien más me tocó...

Ángel y Demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora