¿No existe la felicidad para nosotros?

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Los días siguientes transcurrieron con normalidad, Kirishima seguía sin saber a donde es que Bakugou iba; cada vez que salía del castillo iba detrás de él pero lo terminaba perdiendo.

Mientras tanto, AFO estaba esperando el día para empezar con el plan, aunque necesitaría de la ayuda de Uraraka y Kisihima. Un día de esos mandó a llamar a la castaña.

Uraraka se encontraba en su mundo y cada vez que Izuku iba para disculparse, ella simplemente lo ignoraba; se sentía dolida, seguía sin entender por qué él sí y ella no.

Aunque, ¿que pasaría si le llegara a contar a All Might? Lo más probable es que lo encerraría de nuevo, sería bueno para ella.

Y así estuvieron por un tiempo, Izuku ya no sabía que más hacer para no perder su amistad; la quería como amiga, casi como a Shoto.

Ese día se fue como de costumbre al árbol eterno, allí espero a Kacchan y pasaron el día juntos. Cada día tenían algo de que hablar, Bakugou le contaba acerca de sus investigaciones e Izuku encantado.

Cuando ambos tuvieron que separarse e irse a sus hogares, Bakugou llegó y caminó hacia la fuente, curiosamente allí se encontraban 2 de sus amigos. Al verlo trato de girar para que no notaran su presencia, pero fue en vano.

—¡Hey!—gritó un chico rubio con una rayo negro—hasta que al fin apareces hombre—extendió sus alas y voló cerca de este para poner su brazo sobre el hombro.

Kirishima al verlo también se acercó, pero prefirió caminar.

—¿No nos extrañas?—cuestionó el rubio muy animado, pero Bakugou se movió provocando que el contrario casi se cayera.

—No.

—¿En donde has estado Bakubro?

—No es asunto suyo—respondió serio.

—¿Acaso andas de vago? ¿O es que acaso conociste a una chica?—levantó la cejas para molestarlo.

Kirishima por alguna razón se ruborizó, a veces se avergonzaba de las preguntas que su amigo Kaminari hacía.

—Kamibro, no digas eso.

—¿Qué? Es lo único que se me ocurre—encogió los hombros.

—Pero, ¿E-es por alguna c-chica?—dijo algo temeroso por saber la respuesta, aunque en el fondo de su corazón quería que lo negara.

—Ya les dije que no es su asunto—rodó los ojos—dejen de joderme la existencia.

—¿Es linda?

—Cierra la boca, idiota—rechinó los dientes.

De pronto apareció Shigaraki detrás de Kaminari, este al sentir la presencia de quedó completamente callado; le daba miedo.

—Hermano—dijo serio—nuestro padre te necesita urgentemente.

—¿Para qué? No tengo tiempo.

—Necesita de tu presencia, ahorita mismo.

—Bien—bufo molesto.

Shigaraki se dio la vuelta para empezar a caminar y detrás de él lo seguía Bakugou. Ya se imaginaba la razón, una vez más no había cumplido con sus obligaciones.

Al llegar a la habitación donde regularme su padre los citaba, Shigaraki se fue a ponerse a su lado para mirar a Bakugou.

—Querido. Hasta que te dignas a aparecer.

—Ve al punto—comentó sin mirarlo.

—Solo para recordarte que dentro de muy poco serás el nuevo líder, ¿ya conseguiste a una pareja para que lidere contigo?—entrelazó sus propias manos.

Ángel y Demonio Donde viven las historias. Descúbrelo ahora