Capítulo III.

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Hoy me desperté temprano, lo cual es inusual, pero tenía hambre y se me antojaba un pastel de chocolate. Rápidamente me preparo y bajo al gran comedor. Allí veo a los chicos, Seamus, Dean y Neville, pero hay alguien más con ellos, Hanna. Dios, por qué tenían que sentarla en nuestra mesa, ¿a caso no son mis amigos? Yo siempre odié a las personas con las que ellos peleaban, me ponía de su lado, aún cuando sabía que no tenían razón, como cuando Seamus peleó con Ron porque juraba a muerte que la tierra era plana, y yo, como buena amiga, le dije que sí, era plana. Pero bueno, uno no puede esperar de los demás algo que no les nace. Entonces, me siento sola y agarro un gran pastel de chocolate. Luego llega Ginny.

-¿Puedo sentarme? -dijo ella.

--Sí, por supuesto -asentí con una sonrisa.

-Veo que te gusta el chocolate -dijo mirando mi chocolate caliente y mi pastel, también de chocolate. Ambas reímos.

Al terminar el desayuno fuimos a caminar por el castillo, ella empezó a hablarme de lo que hizo en verano, de cuánto le gusta el quidditch, e incluso me dijo que Dean le parecía lindo. No paró de hablar un segundo, pero no me molestó, ya que a mí me gusta escuchar más que hablar. En fin, ella me cayó genial, de hecho nunca habíamos tenido una conversación completa, pero podríamos ser amigas. Todo estaba muy bien, hasta que nos dimos cuenta de que íbamos tarde a clase, entonces nos despedimos rápido y corremos a nuestros respectivos salones.
En mi clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, sin embargo, no estaba el profesor más lindo de Hogwarts, Remus Lupin, al cual yo esperaba ver. Cuando entré al salón me llevé una sorpresa, el profesor Snape lo había reemplazado momentáneamente, y justo llego mientras él está pasando unas diapositivas. Todos posan sus ojos en mi, que entro agitada por haber corrido tanto. Genial, elegí el mejor día para llegar tarde.

-Señorita Pestch, que bueno que dejó de pasear por el castillo y recordó que tenía clases. Tome asiento inmediatamente -dijo muy lentamente, con esa voz que da miedo.

Me senté junto a un chico de Slytherin, muy lindo por cierto. Lo observé, tiene una mandíbula definida, cabello castaño claro, rulos, una forma de sentarse bien recto, su uniforme bien planchado y huele a perfume. Definitivamente los Slytherin se acercan bastante a la perfección.
Cuando la clase terminó yo me levanté para irme, pero escucho que él habla.

-Por cierto, soy William.

-¿Qué?

-Que me llamo William, William Dawson. Creí que te gustaría saberlo ya que no dejaste de mirarme en toda la clase, acosadora -dijo riendo, con aires de superioridad.

-¿Qué? Eh.. Yo eh... No, nunca te miré -.Hora de fingir demencia.

-De acuerdo, digamos que te creo. Aunque si me miras no te culpo, sé que soy lindo.

-Tenías que ser de Slytherin, te felicito, le haces honor a tu casa -dije enojada. Él rió.

-Nos vemos luego, linda -. Me guiñó el ojo y se fue con unos chicos.

Yo niego con la cabeza, y me dispongo a irme, cuando veo a Harry parado, mirándome con cara preocupada.

-Él... ¿Qué quería? ¿Estaba molestándote?

-No, Harry...

-Si ellos te molestan solo dime Rosie.

-No, tranquilo Harry, no me hizo nada. Pero gracias por preocuparte -.Él sonrió, y quedamos en silencio.

-Y, ¿tú cómo estás? ¿Quieres que vayamos juntos al gran comedor?

-Claro -dijo él, y comenzamos a caminar.

-Harry -.Él me mira -Te veo un poco triste últimamente, ¿Estás bien?

-Ah, eso. Eh, sí, estoy bien. Bueno, no. De hecho me preocupa Hagrid -.Yo lo miro para que siga hablando. -Draco llamó a su tonto padre y ahora quieren sacarlo de su puesto y a Buckbeack lo van a...

-A Buckbeack lo van a... ¿qué? -exclamo preocupada.

-Quieren sacrificarlo -dice Harry mirando hacia el suelo, suena triste.

-Ay, lo siento tanto, Harry.

Dudé un poco, pero como se veía triste lo abracé. Él se sorprendió, pero me devolvió el abrazo, de una forma muy suave y delicada, fue muy tierno. En ese momento me sentí rara, mi corazón empezó a latir más rápido. No sé cómo explicar esa sensación, pero no me disgustó para nada, todo lo contrario, quería seguir abrazándolo. Cuando nos soltamos él me miró, y yo me puse roja.

-Y... ¿Mañana tienes tu partido?

-Sí, ¿Irás a verme?

-Claro, no soy mucho de los deportes, soy malísima en realidad, pero con gusto iré a alentarlos -dije con una sonrisa.

-Estupendo. Me encantará verte allí -.Yo lo miro y sonrío (me va a doler la cara de sonreír tantas veces).

-Bueno, entonces... Nos vemos luego Harry -digo, ya que Ron y Hermione lo esperan para sentarse a comer con ellos.

-Claro. Eh, Rosie, ¿te molestaría ayudarme con el trabajo de Snape?

-De acuerdo, no hay problema. Podemos encontrarnos hoy a la noche en la sala común, ¿está bien?

-Está perfecto -.Harry sonríe y se rasca la cabeza.

-Okey, adiós.

Le doy un beso en la mejilla y camino rápido hacia la mesa. Debo estar tan roja como un tomate.
Ginny me hace señas para que me siente a almorzar junto a ella, lo cual hago. De cualquier forma evito mirarla porque tiene una sonrisa muy grande y, por cierto, maliciosa en la cara.

-Cuéntamelo todo. ¿Acaso le diste un beso a Harry?

-No, come tu comida, Ginevra -respondo, aguantando la risa y tratando de no mostrar lo contenta que estoy.

Él ♥️ (Harry Potter fanfic).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora