Él ♥️ (Harry Potter fanfic).

Capítulo IX.

Camino al baño siento que alguien me toma del brazo.

—Pestch, al fin te encuentro —dice Draco dando un suspiro de alivio —. Will y yo nos habíamos dividido y te buscábamos por todo el castillo.

—Oh, ¿Por qué? ¿Pasó algo? —pregunto un poco asustada.

—Pues no, solo queríamos invitarte, más bien darte el privilegio de que vayas a Hogsmeade con nosotros —dice y sonríe con autosuficiencia cruzando los brazos.

Yo sonrío, es algo tierno de parte de ambos, pero justo ahora tengo la posibilidad de ir con Harry y no creo que le agrade la idea de compartir el viaje con dos Slytherins, y mucho menos si uno de ellos es Draco Malfoy.

Me quedo concentrada pensando en eso hasta que él habla.

—¿Y bien? ¿Entonces vamos a buscar a Will?

—Eh... en verdad lo siento, me encantaría ir con ustedes, pero ya tengo planes. Aunque más tarde podría alcanzarlos.

—Oh, está bien —dice pensativo —¿Y se puede saber planes con quién? Digo, ¿Qué podría ser más importante que yo?

—Ay eres tan egocéntrico, Draco.

Digo rodando los ojos, tratando de esquivar la pregunta.

—¿Es con la chica Weasley?

—Sí, con ella —miento para terminar la conversación.

—No lo creo.

—¿Eh? ¿Por qué?

—Porque ella ya se fue con Dean Thomas. También estaba tu archienemiga ahí, esa tal "Hannah".

—Ah, es que Ginny y Dean... ¿Salen? Y bueno, como él es amigo de Hannah...

—¿Y no te molesta que todos salgan juntos y hagan como si no existieras?

Dice el rubio, siempre tan sensible...

—No. No me importa —digo, aunque pensarlo sí duele.

—Mira, ya te lo dije, ellos no valen la pena. Son nerds, feos, estúpidos, idiotas. A ver, ¿Qué más? —dice pensativo con una mano en la barbilla.

Yo me río.

—Además te hablaron horrible, no dejaré que vuelvas a caer y ser su amiga. Por favor, no te rebajes con ellos, Pestch —habla haciendo cara de asco.

—Tranquilo, eso no pasará. Y  gracias por preocuparte por mí.

Le digo con una sonrisa cálida y le doy un abrazo.

—Aguarda, yo no me preocupo..., ¡Pestch! —dice completamente colorado, tratando de zafarse del abrazo.

—Sí, sí te preocupas, y eso es muy gentil de tu parte. Pero descuida, no lo andaré diciendo por ahí para no arruinar tu fama de fuckboy.

—Bueno... no me molestaría que se lo dijeras a algunas chicas, como para que se enamoren más se mi... Aunque no creo que eso sea posible, ya que todas están muertas conmigo —dice y sonríe egocéntricamente.

—Les diré, tranquilo. ¿Hay alguna en especial a la que quieras conquistar?

—Bueno me gustaría invitar a... Espera, no voy a decirte, Pestch, no seas chismosa.

Yo lanzo una carcajada.

—Bueno, luego te lo sacaré, ya verás.

—Claro, claro. Mejor vamos a buscar a Will y larguémonos.

—Ay, no puedo... Es que... tengo algo que hacer primero, pero cuando termine los buscaré, ¿Okey?

—Bien —dice Draco rodando los ojos, ya se cansó de insistir.

—Bien. Nos vemos luego, Malfoy —digo.

Él asiente y luego se va por el pasillo. Yo traté de bajar lo más rápido posible para que Will no me viera y no tenga que dar más explicaciones. Luego veo a Harry hablando con la profesora McGonagall.

—Pero, profesora... —dice Harry.

—Lo siento, Potter, conoces las reglas. Si el permiso no está firmado no puedes salir —habla mirándolo con tristeza.

—Pero mis tíos no querían firmarlo, ¿No podría hacerlo usted?

—No, eso es contra las reglas. Lo siento —dice con pena.

—Está bien —exclama Harry educadamente, con clara tristeza en su voz.

Luego me ve y se acerca.

—Lo siento, Rosie. No puedo ir, es el permiso, mis tíos no lo firmaron.

—Que pena, Harry. Pero ¿Sabes qué? Me quedaré aquí contigo.

—¿Eh? No, no, Rosie. Sal, diviértete, no debes quedarte encerrada aquí por mi culpa.

—Es que no voy a dejarte solo en el castillo. Puedo pedirle a Dobby que nos prepare chocolate caliente y nos sentamos en la sala común a charlar —digo animada.

—Ese plan se oye genial —habla con una sonrisa —, pero quiero que pases un lindo día de paseo, de verdad, yo estaré bien. Además ¿No querías comprarle algo a Dobby?

—Ay, sí pero...

—Pero nada, debes irte antes de que se vaya el carruaje.

—Harry, no —digo rogándole para no ir.

—Toma, para que te compres algo bonito.

Dice sonriendo, sacando un puñado de galeones (monedas de oro) de su bolsillo y entregándomelo.

Yo abrí la boca incrédula.

—Harry... no... no puedo aceptarlo...

—Por favor, hazlo, ya que yo no puedo llevarte, vé tú y comprate todos los chocolates que quieras.

Yo sonrío y lo agarro con mucha pena.

—Gracias, Harry. Te compraré algo bonito.

—No, no te preocupes, es solo para tí.

—Mm... bueno. Y no es por ser grosera, pero¿De dónde sacaste tanto dinero?

—De mis padres, ellos me lo habían dejado para mí. Pero date prisa, vas a perder el carruaje.

Dice Harry acompañándome hasta uno. Yo le doy un beso en la mejilla.

—Nos vemos más tarde, Potter. Prometo no divertirme tanto sin tí.

Él sonríe, su cara está roja.

—Yo tampoco lo haré. Diviértete —contesta.

Luego me ayuda a subirme y emprendo mi camino a Hogsmeade.