¿Protección o amor? (Harry Potter) Pt.2

Fiesta fantasmal

Las primeras semanas de mi segundo curso no habían resultado como me hubiera gustado, estas habían sido más difíciles de lo que había esperado y yo para aquellos momentos solo rogaba por que llegara el fin de semana, para al menos poder descansar un poco, pero cuando llego el sábado, mi situación no mejoró. Durante el desayuno, mi bisabuelo me envió una carta para darme a saber que mi entrenamiento sería más temprano, debido al castigo que tendría que cumplir por la tarde, a lo cual accedí sin problemas. Mis entrenamientos con mi bisabuelo nunca me habían resultado aburridos o tediosos, por el contrario, estos eran muy interesantes y útiles, y yo estaba agradecida de que un mago tan sabio y poderoso, como lo era mi bisabuelo, se tomara el tiempo de darme clases particulares de Defensa Contra las Artes Oscuras. A pesar de que estas, también me resultaban difíciles y agotadoras, yo siempre las esperaba con ansias, y en tan solo un año había aprendido múltiples hechizos de defensa e incluso había aprendido a conjurar el hechizo Patronus, un hechizo difícil de realizar, incluso para los alumnos mayores. Aquel año, según me había dicho mi bisabuelo, nos centraríamos en mis reflejos y en mi velocidad en los duelos, a lo cual me sentía emocionada y un poco impaciente. Pero cuando la hora del entrenamiento por fin llego y yo ya estaba preparando mi varita para tener un duelo contra mi abuelo Albus, este con una pequeña sonrisa divertida, se apresuró a sacar un gran y polvoriento libro de debajo de su escrito, a lo cual yo lo mire confundida.

-¿Un libro? *Pregunte con ironía*

-No es cualquier libro. *Refuto mientras de un soplido limpiaba el polvo de la cobertura* Se trata de un antiguo libro que tiene registrados los duelos de magia más importantes de la historia, así como algunos consejos para diferentes situaciones en duelos, incluyendo ejemplos y las mejores respuestas a diferentes hechizos. *Explico mientras abría el viejo y maltratado libro en la primera página* Tuve que insistirle mucho a la señora Pince para que me lo prestara, es una pieza en extremo delicada y valiosa, no quedan muchos ejemplares en el mundo.

-¿Y tú quieres que lo lea, no? *Pregunte bajando mi varita resignada*

-Es correcto, quiero que lo leas de inicio a fin, estúdialo bien y aprende los movimientos utilizados en estos duelos que llevaron a estos magos a la victoria, así como los errores que llevaron a otros a la derrota. *Indico con tranquilidad* Tomate tu tiempo, esto te llevará más de una clase, como puedes ver, es un libro grande. Cada vez que termines de leer un duelo, discutiremos acerca de este, para que puedas comprenderlo mejor. *Dijo mientras con un ademán de la mano, me invitaba a sentarme* ¿Gustas una taza de té? *Pregunto mientras hacía aparecer una tetera flotante la cual servía el té por si misma*

Yo me senté resignada.

-Si, por favor. *Dije en un suspiro*

Para el final de la clase, habíamos discutido por lo menos unos diez duelos y yo salí del despacho de mi bisabuelo, malhumorada y apesadumbrada, sin dudas había esperado que mi entrenamiento de ese año fuera diferente, algo más emocionante y practico.

Aquella tarde, me reuní con Filch y con Malfoy en el segundo piso del castillo, donde la profesora McGonagall me había indicado durante la comida.
Ambos me esperaban con gesto ceñudo y Filch cargaba un par de cubetas con agua y jabón, mientras que Malfoy de mala gana, sostenía un par de escobas y cepillos de limpieza. Sin dudas podía hacerme una idea de que tipo de castigo nos tocaría y yo tuve que resignarme ante la idea de pasarme toda la tarde fregando pisos y aguantando los insultos de Filch y las provocaciones de Malfoy.

-Bien, antes que nada, ambos entréguenme sus varitas, no las necesitarán. *Nos ordeno Filch de mala gana*

Apesadumbrada, le entregue mi varita, diciéndome a mi misma que nos las devolvería cuando terminara el castigo y Malfoy, quien había dudado más en entregársela, a duras penas cedió.